Eduardo Osto Ojeda
José la prestó su cuenta bancaria a un amigo, para que le depositaran un dinero que no podía recibir en su propia cuenta porque la tenía un problema con la misma.
Todo transcurrió sin problemas: el dinero llegó a la cuenta de José, él se lo pasó al amigo a otra cuenta y el amigo le hizo un regalo, por ese favor.
Pero a los pocos meses, ese depósito que recibió en su cuenta para un amigo, llevó a José a la cárcel.
Una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas se lo llevó presó de su casa, pues el dinero que había recibido era producto de una extorsión a un empresario por parte de un grupo delictivo al que su amigo estaba unido.
Así ocurren muchos casos en Venezuela. Hay mucha gente en las cárceles por haber recibido en sus cuentas dinero proveniente de diversos delitos. El origen del dinero lo desconocían, solo le prestaron la cuenta a un amigo que debía recibir ese dinero con urgencia y no tenía una cuenta disponible.
Se han conocido casos de personas que han prestado las cuentas por solicitud de sus parejas y esto las ha llevado a prisión.
Las autoridades policiales del país han alertado sobre estos casos, en los que personas sin escrúpulos se aprovechan de sus amigos y familiares para que les presten sus cuentas bancarias, las cuales son usadas como receptoras de dinero proveniente del delito.
El llamado de las autoridades es a no recibir en las cuentas bancarias fondos que no sean propios y de los cuales no se certifique el origen.
En ese sentido, se debe resaltar que el desconocimiento de la norma no exime su cumplimiento, y aunque hayas sido engañado para prestar tu cuenta bancaria, igual deberás pagar con cárcel el hecho de haber recibido dinero proveniente del delito.