Una vez más, en una sola voz cientos de trabajadores, sindicalistas y jubilados marcharon este lunes en Caracas y otras diez ciudades de Venezuela para exigir un «salario digno», respeto al derecho a la libertad sindical y el cese de la «criminalización» de la protesta.
En declaraciones a la agencia de noticias EFE, el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv), Gregorio Afonso, dijo que educadores y organizaciones gremiales y sindicales del sector público se movilizaron en «Caracas y en 10 ciudades más» para exigir «salarios y pensiones dignas», entre otras peticiones.
«Los salarios y las pensiones en Venezuela son las más bajas del planeta«, expresó Afonso, quien señaló que el ingreso del profesor universitario que está en el «más alto escalafón» y con mayor dedicación «no supera los 16 dólares mensuales».
A su juicio, esta situación es «absolutamente inaceptable» en «un contexto en el que el Estado» reporta un incremento de la producción petrolera -la principal fuente de divisas de la nación- y de la recaudación por la vía del cobro de impuestos, por lo que el profesor aseveró que hay «recursos para atender las demandas de los trabajadores».
En la capital, los trabajadores corearon consignas como «No estamos desfilando, estamos protestando» y «Quiero un salario digno y vivir con dignidad», a la vez que alzaban pancartas con mensajes como «Por un salario igual a la canasta básica«.
Los empleados también reclamaron el «derecho a la negociación colectiva» y rechazaron la condena a 16 años de prisión dictada el pasado mes a seis dirigentes sindicales.
La ONG Provea señaló que los manifestantes fueron a la sede de la Fiscalía General en Caracas para entregar un documento en el que exigieron el «respeto a la libertad sindical y cese a la criminalización de la protesta».
Afonso señaló que el 20 de septiembre habrá una «jornada de protestas de diferentes sectores» en varias universidades, y prevén intensificar «estas acciones hasta poder alcanzar un aumento salarial que permita restablecer las instituciones y la educación pública» y evitar que los «jóvenes sigan saliendo del país».
En Venezuela no hay aumento del salario mínimo desde marzo de 2022, cuando el Gobierno lo subió a 130 bolívares al mes, casi 30 dólares en ese entonces, un monto que se ha reducido un 87 % hasta 3,86 dólares, como consecuencia de la devaluación de la moneda local frente a la divisa estadounidense, usada en el país para fijar la mayoría de los precios.
Entretanto, el costo mensual de la canasta básica de alimentos, calculada para una familia de cinco personas, supera los 500 dólares, según estimaciones independientes.