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Locuras del poder | por Claudio Zamora

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La historia ha sido generosa con los gobernantes, ha permitido que numerosos jerarcas desarrollaran sus más perversas desviaciones o desvaríos con sus gobernados, desde perversiones sexuales hasta crímenes horrendos, nombrar cónsul a un caballo, decapitar a su esposa, morder a sus invitados, asesinar a su madre, creerse lobo, masturbarse en público, cazar animales enjaulados y toda clase de desviaciones que debían tolerarse en estados monárquicos donde la opinión del soberano valía menos que una piedra del camino.

La cuestión cambia cuando el gobernante sella un pacto con sus gobernados y debe ajustarse a la normativa preexistente en una Constitución y un conjunto de leyes. En Venezuela en la actualidad debemos reconocer que el ejercicio del poder significa suertes de malabarismos para aparentar normalidad donde en realidad lo que existe es un estado de emergencia.

La estructura política administrativa fue ideada para un estado productivo donde desde las bases de la organización política permitiese la sustentabilidad económica de sus estructuras. La derogada Ley de Régimen Municipal como la vigente del Poder Público Municipal en su artículo 10 exigen entre los mismos “La capacidad para generar recursos propios suficientes para atender los gastos de gobierno, la administración general y la prestación de servicios”, bajo este requisito el ochenta por ciento de los Municipios del país no cumplen con este simple requisito y no generan los recursos suficientes para atender las obligaciones de gobierno, por tal motivo los Alcaldes viven en Caracas como unas cieguitas solicitando recursos al poder central para cubrir nominas de empleados y gastos operativos mínimos, limitándose a cortar la maleza de las vías públicas, pintar con cal las aceras, montar algunos bombillos en vías principales y sostener reuniones estériles para dar la sensación que están trabajando.

En ese panorama hay algunos que se han vuelto muy imaginativos y han diversificado sus ya múltiples funciones con otras totalmente alejadas de la normativa legal, no hace mucho tiempo fue destituido y procesado un alcalde muy pintoresco que regalaba consoladores a sus gobernados, inauguraba públicamente prostíbulos y maltrataba a la población vulnerable ridiculizándoles públicamente. En estas latitudes también hemos tenido la desdicha de hacernos acreedores a esta especie de mezclas de políticos de pacotilla, charlatanes de feria y magos de circo, con el agravante que nadie los eligió y llegaron a sus cargos por esos malabares del un gobierno que no respeta las formas establecidas y nombra desde Caracas a los gobernantes que debía hacerlos el voto popular, en Venezuela no importa si ganas las elecciones para Alcalde, Gobernador, Diputado o Concejal, si caes en desgracia te revocan, apresan y nombran a cualquier hijo de vecina de su agrado.

Así llego el de una población cercana y lo primero que se le ocurrió fue cambiarle el nombre a la aldea, digo aldea no por una calificación despectiva sino porque es lo que es realmente, en décadas sigue siendo lo mismo, una comarca de personas que viven de la Ciudad Vecina y que sólo van a dormir a sus casas, padeciendo de carencias en servicios que es común en todo el país. El cambio de nombre quiso ser el conjuro que borrase de un solo golpe las carencias y limitantes de una comarca depreciada y desubicada en el mapa, es el último municipio, el más austral del Estado Anzoátegui y frente a otro Estado del cual depende casi en su totalidad, es como el abuelito enfermo que mudaban a un cuarto en el último rincón del patio y salvo las comidas de vez en cuando le daban vuelta a ver si seguía vivo. Bueno es este municipio se les ocurrió a sus gobernantes realizar “Divorcios Colectivos”, una suerte de cayapa legal para disolver vínculos matrimoniales como que fuesen cacería de conejos, con una sola concha mató cinco animalitos.

No se pasearon por nuestra constitución que protege el matrimonio como célula fundamental de la sociedad (art. 77); tampoco por el Código Civil, La Ley de Abogados y pare de contar, el objetivo es parecer que se hace algo cuando no se hace nada y que la gente crea que existe gobierno, a ese paso pronto veremos abortos y castraciones colectivas. Donde estará el Fiscal General? tan diligente para estas cosas. Seguiremos conversando. [email protected]