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Vuelve el Sundde y los controles fracasados | por José Luis Alcocer

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 La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDEE) acordó precios máximos al consumidor final en algunos rubros priorizados. 

Los controles de precios aplicados por el régimen chavista hacen más de una década no han producidos efectos positivos. Por el contrario, ha acelerado la inflación hasta llevarla a términos de hiperinflación; al tratar de detener la inflación a través de los controles de precios y salarios, lo que han hecho es dañar el sistema económico, político y social. La intervención estatal al máximo, hasta en los menores detalles ha destruido el sistema de libre empresa, sencillamente porque los precios no deben ser impuestos sino producto de la dinámica del mercado. 

Lamentablemente, los gobernantes de turno en Venezuela no se han paseado por pasajes en la historia de la humanidad en la que está registrado que los egipcios hacen 4 mil años después de un periodo brillante colapsaron la economía, como también su estabilidad política, la crisis financiera se prolongó en el tiempo, la moneda se devaluó y el comercio declinó. Los trabajadores disgustados por las imposiciones abandonaron las tierras y huyeron hacia otros lugares. 

Asimismo, en Babilonia, hace unos 40 siglos, el Código de Hamurabì, impuso un rígido sistema de controles de controles de precios y salarios. Sin duda estos controles dañaron los sistemas de producción y distribución en Babilonia. Los hechos históricos muestran un deterioro del comercio en el reino de Hammurabi y en el de sus sucesores. Esto se debió por una parte a los controles de precios y por otra a la influencia negativa de un gobierno acentuadamente centralista que intervenía en la mayoría de los aspectos económicos.  

El imperio romano también llevó lo suyo al aplicar controles en la economía. Como los males económicos se acrecentaban, los emperadores intentaron remediarlo devaluando la moneda. Nerón comenzó con devaluaciones pequeñas, pero las cosas empeoraron en tiempo de Marco Aurelio, cuando se redujo el peso de las monedas. Estas manipulaciones fueron la causa probable del aumento de precios. El manejo irresponsable de la moneda provocó la inflación, cuando Diocleciano en su famoso Edicto en el año 30 dc, le atribuye la responsabilidad de la inflación a los comerciantes y especuladores, la historia se repite. Creyendo que podía controlar por decreto la inflación, Diocleciano puso precio fijo a todas las mercancías y a todos los servicios. Este fue el objeto del edicto y quienes lo redactaron sabían muy bien que si no lograban da[1]le un valor universal y fijo al denario en términos de bienes y servicios, un valor que no coincidía para nada con su valor real, sistema inventado iría hacia un colapso seguro. De allí que el Edicto cubriera todas las eventualidades y que las multas fueran muy severas, llegando incluso a la pena de muerte.  

El resultado fue que la inflación romana alcanzó el 2.000 por ciento y Diocleciano dejo de ser emperador y por el resto de sus días se dedicó al cultivo de coles.  

Mientras no se entienda que los precios libres estimulan la producción general del país, y en especial canalizan los recursos hacia los sectores de mayor demanda. Y que los precios libres por sí solos buscan un nivel aceptable para el consumidor y estimulan la competencia. No podremos salir del atolladero.  

En definitiva, las políticas de controles de precios son dañinas porque no sólo pospone en el tiempo las medidas efectivas para controlar la inflación, desorganiza la producción y la distribución, sino que además crean una fuerte división social y fomentan la puesta en marcha de restricciones que amenazan a la libertad política de los individuos. 

Economista José Luis Alcocer