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El flagelo de la corrupción | por Claudio Zamora

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La Organización para la Transparencia Internacional sitúa a Venezuela en el puesto 177 de los índices de corrupción en el sector público de 180 países analizados, es decir que estamos a 3 puestos de caer al último lugar de la tabla. Según sus estadísticas desde el año 1995 donde nos encontrábamos en el puesto 38 hasta el pasado año hemos superado a 139 países. Las causas son diversas pero hay una máxima que se repite en los países con altos índices de corrupción y los fundamentales son sus débiles sistemas de justicia, la impunidad en el procesamiento y castigo de los delitos, el bajo nivel de ingresos de los funcionarios públicos y la grosera opulencia de los gobernantes que no pueden justificar sus riquezas. En Venezuela se añade una causa al catalogo, la depredación de los recursos naturales como política de Estado. La corrupción no es patrimonio de la revolución Chavista así se haya multiplicado en su gobierno, desde mucho antes los gobiernos que se han alternado en el poder han llegado para saquear los recursos del Estado, Las montoneras de la guerra federal, La Dictadura Gomecista, PerezJimenista y las maletas de la vaca sagrada, pasando por todos los gobiernos de la cuarta metieron sus manos en el tesoro público. La única diferencia era de forma más no de fondo. Se trataba de dar muestras de pulcritud y decencia, se juzgaba y condenaba así se enviara a los involucrados a una cárcel cinco estrellas llamada el Junquito donde pasaban su encierro con las comodidades de un hotel de lujo, mientras transcurría un tiempo prudencial que les permitiese un beneficio procesal y el regreso a su hogar. En el actual sistema ha sido tan grosera la corrupción que se ha transformado de manera tacita en una conducta permisada y tolerada por el sistema de gobierno. La sola pregunta, que puede comer un Juez, Fiscal, Defensor, Militar, político con sueldos de 50 dólares mensuales cuando la cesta básica pasa los 500 y deben mantener un nivel de vida acorde a su posición y costear vestimenta, vehículos, vivienda, seguridad, educación y tantas otras entendiendo que en Venezuela debes incluso perforar tu pozo de agua si quieres tener el servicio porque el Estado hace tiempo renunció a la prestación de la mayoría de los servicios públicos, razón por la que debes costearlos de tu propio peculio y comprar tu planta eléctrica si quieres luz, pagar servicio privado de internet, vigilancia privada en las urbanizaciones, clínicas, colegios privados, tu propios vehículos sino te montaran en la plataforma de un camión como un cochino y así sucesivamente. En consecuencia todo el país se transformo en botín donde todos participan sin tapujos, quien viaja por carretera sabe que debe pagar en las alcabalas para circular, en los aeropuertos para salir o entrar, en los puertos para sacar o recibir mercancías, en los tribunales para cualquier trámite, en fiscalías para que agilicen o demoren, en el saime por una cedula o pasaporte en fin, no hay un organismo que se encuentre libre de este flagelo porque en todos hay funcionarios buscando los ingresos para sobrevivir que su sueldo no satisface, tampoco existen modelos que exhiban buenos ejemplos porque cualquier político semianalfabeto que antes de asumir funciones de gobierno vivía en el cerro y pasaba horas en una parada de buses, lo vemos rápidamente mudarse a las urbanizaciones de lujo y manejar camionetas de cientos de miles de dólares. Tal como lo dijo hace años un político de la cuarta En Venezuela se roba, porque no existen razones para no hacerlo. Bajo esas premisas en estos meses descenderemos los tres puestos que nos faltan para llegar al fondo del pozo, en un rubro donde no tenemos competencia. Seguiremos conversando. [email protected]

FLAGELO:

nombre masculino

  1. 1.Instrumento para golpear que está formado por varias cuerdas anudadas y atadas al extremo de una vara.
  2. 2.Cosa, hecho o suceso que tiene efectos muy negativos en una persona o una comunidad.

Por extensión, flagelo también se refiere a cualquier cosa que causa dolor o pena, una calamidad o aflicción. Incluso, se habla de flagelos sociales para referirse a temas como la delincuencia o la drogadicción, así como se reconoce en el desempleo y el alto costo de la vida flagelos económicos.