El primer mandatario apuntó que Venezuela es responsable de menos del 0,4% de las emisiones globales de gases del efecto invernadero en el planeta.
Nicolás Maduro, señaló en la 27° Conferencia sobre el Cambio Climático en Egipto que es momento de que los países del mundo «avancemos por un mismo rumbo: el camino del bien común de nuestros pueblos».
«Construyamos un orden económico social más justo, ambientalista, humano y equilibrado. Tenemos en nuestras manos el destino de la humanidad», sumó.
Sostuvo que «terribles desequilibrios ambientales que hoy afectan de manera dramática la vida en todo el planeta parecen indicar que el cambio climático es un hecho irreversible».
«En la Cumbre de Copenhague se puso de manifiesto la poca voluntad de las élites negacionistas para avanzar con el ritmo adecuado la emergencia y en el sentido correcto de la vida», dijo.
Comentó que «hemos perdido mucho tiempo, cada hora, cada mes, cada año de inacción, de vacilación, de indolencia, se traduce hoy en ecosistemas destruidos, en especies extintas y en el deterioro de las condiciones de vida del planeta».
Instó a los países del mundo a modificar el modelo de vida consumista: «de seguir en este rumbo autodestructivo, en 30 o 40 años será inhabitable este planeta».
Cabe acotar que la temperatura media anual en los últimos 100 años subió 0,8 grados centígrados y se espera que para los próximos 5 años supere 1,7 grados centígrados.
Expresó que los gases del efecto invernadero en el año 2021 superó el récord del 2019, cuando fueron aproximadamente 12% más alta que en el 2010. «Alrededor del 80% de los desastres naturales entre 2001 y 2021 estuvieron relacionados con sequías o inundaciones», resaltó.
Manifestó que Venezuela es responsable de menos del 0,4% de las emisiones globales de gases del efecto invernadero en el planeta: «el pueblo venezolano debe pagar las consecuencias de un desequilibrio causado por las principales economías capitalistas del mundo».
El jefe de Estado apuntó que el desequilibrio y la crisis ambiental «son equiparables a las condiciones de desigualdad e injusticia que el capitalismo ha creado contra la humanidad. El capitalismo ve recursos donde otras culturas ven la vida».
Exhortó proteger a la Amazonia: «milenios de existencia han dejado una huella irreparable en Amazonas. Son los pueblos originarios quienes deben enseñarnos cómo salvar y convivir con la naturaleza».
«Se agotó el tiempo de los discursos y también el de los lamentos. Sólo queda un presente para actuar radical y certeramente en favor de otro mundo posible», enfatizó.
