Margaret López

La siembra de maíz experimentó un repunte en el primer semestre de este año 2021, a pesar de que el sector agrícola nacional se enfrenta todavía a la escasez del diésel y a la ausencia del financiamiento bancario.   

Los cálculos de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (Sviaa) sostienen que se sembraron en total 180.000 hectáreas de maíz en Venezuela durante el primer semestre 2021, que corresponde al ciclo de invierno. Esto supone un incremento de 57,89% en comparación con el año pasado, cuando solo se lograron sembrar 114.000 hectáreas de maíz durante el mismo período.

“Se sembró más maíz que el año pasado, mientras que en arroz se mantuvo la superficie sembrada. El reto sigue siendo cómo vencer la brecha de rendimiento y eso solo lo lograremos con alta tecnología. Se producen entre 2.700 y 3.000 kilos por hectárea sembrada de maíz en el país, cuando el promedio es de 5.000 kilos por hectárea en el resto de la región” explicó Saúl Elías López, presidente de la Sviaa, en una rueda de prensa transmitida por Google Meet.

La siembra de arroz se conservó en el orden de las 40.000 hectáreas en todo el país y equivale al mismo número reportado durante el ciclo de invierno del año 2020.

Estas siembras se lograron a pesar de que los productores todavía se enfrentan a una gran escasez de diésel en los estados agrícolas. Al punto que el combustible se paga a un precio que se mueve entre los 0,80 y 2 dólares por litro para todas las gestiones agrícolas, que van desde el funcionamiento de los tractores para la preparación del suelo hasta el transporte de camiones para la venta posterior de las cosechas.  

Más financiamiento bancario

Los ingenieros agrónomos insistieron en la necesidad de que el crédito bancario para el sector pueda reorganizarse y reabrirse para el beneficio de todos los productores. Su expectativa es que las conversaciones entre el Ejecutivo y las empresas privadas a través de la Mesa Nacional de Diálogo, Reconciliación y Paz pueda darle un impulso a todo el sector agrícola.

“Ahora es muy difícil que se pueda financiar una mayor cosecha, porque ya el tiempo para sembrar pasó. Para el siguiente ciclo se necesita una inversión de 500 millones de dólares, para que se pueda aumentar en más de 30% la superficie sembrada” apuntó López.

Los cálculos reflejan que el crédito bancario agrícola apenas inyectó 50 millones de dólares durante el año pasado. Mientras que la estimación es que se concrete un financiamiento agrícola cercano a los 100 millones de dólares para el cierre de este 2021.  

La reactivación de la Bolsa Agrícola de Venezuela (Bolpriaven) y la incursión de nuevos actores como Impulsa Agronegocios pueden ser dos variables claves para que los medianos productores puedan obtener una vía alterna de financiamiento.

Aunque lo esencial es que la banca pueda volver a prestarles a los productores nacionales para invertir en la compra de fertilizantes, mejores semillas y en especial, para el pago de asesorías especializadas en suelo que permitan estudiar cómo aumentar el rendimiento de los cultivos.

Mayor apoyo a las exportaciones

La otra petición que lanzaron los productores es que se flexibilicen los mecanismos para la exportación de las cosechas. Esta sería una vía para que frutas como el aguacate nacional pueda venderse en otras latitudes a precio internacional y termine por otorgarles una mayor rentabilidad a los agroproductores nacionales.

“Hay muchas familias produciendo a pérdida. Queremos que agilicen la manera de  exportar las cosechas, independientemente si es un excedente o no (en el mercado nacional). Es importante que bajen esa burocracia administrativa que nos obstaculiza la exportación, sobre todo ahora que disminuyó el consumo nacional” argumentó Juan Carlos Montesinos, presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar (Avaf), durante la rueda de prensa.

Montesinos también volvió a hablar del impacto de las alcabalas que consiguen los productores en su ruta para llevar sus cosechas de frutas y verduras desde los estados Táchira, Mérida y Trujillo hasta la capital y la zona central. “Entre 20% y 30% de la producción se pierde en las alcabalas” señaló el vocero.