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¿Venezuela decente o escatológica? | por Américo DeGrazia

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“El cambio es una puerta que se abre desde dentro.”

Upata 6 de Marzo del 2023
Américo De Grazia

Existen cada vez más signos alarmantes de la decadencia escatológica en los escenarios políticos venezolanos. Alcaldes que se ufanan en usar sus apodos y alias de pranes más que sus nombres propios, que nombran sus peluqueros y estilistas personales de médicos hasta ungirlos de ostentosos cargos de directores de hospitales. Mientras otros le regalan a una humilde ciudadana un dildo para que satisfaga sus necesidades sexuales, haciendo de eso un bochornoso espectáculo comunicacional. Un presidente que inventa su propia versión de la “Barbi y Kent” para sustituirlos por el “súper bigote y Cilita”. Decadencia es ver a un General amenazar a un ciudadano con su arma de reglamento en la calle u otro, asesinar a su esposa en un lugar público con cámaras de videos y suicidarse; para luego ser enterrado con honores. Todos los funcionarios públicos que han violado los derechos humanos, han cometido crímenes de lesa humanidad, acusados de corrupción administrativa o abuso de poder, terminan ascendidos o premiados. Indignos son aquellos que de obscenas maneras construyen gigantescas menciones en el parque nacional el Avila o Waraira Repano ante la mirada de millones de ciudadanos de la gran Caracas. Es la misma banalidad de quienes construyen palacetes de playa en Los Roque. O montan sus bacanales en un Tepuy.

Todos estos personajes en decadencia son los herederos de la praxis del “eterno”, que pagó fortunas petroleras por narrar en cadena de radio y televisión un partido de béisbol desde el estadio de los Yankees de New York, o gastar una fortuna por ver en privado via VIP a la “vinotinto” jugar con el Milán en su patio para “matar un antojo”, con el propio dueño del equipo, Berlusconi, de anfitrión. Montarse en un topo del Metro de Ccs, para trepanar un túnel mientras encadenaba durante 1 hora todas las emisoras y televisoras del país. Esos excesos comenzaron desde el día uno, en el que rompiendo el protocolo se juramento sobre “la moribunda”. Para seguidamente convertir nuestro territorio en santuario del ELN y la FARC. Socios del Hezbolá, Hamas, el cartel de los soles, despedir de un pitazo más de 20 mil petroleros de PDVSA, crear otro componente militar (milicianos), distinto a los designados constitucionalmente. Sustituir el molde constitucional de las concesiones extractivista por modelos ilegales y relajadas de “alianzas”, diseñadas para corromper y saquear más y mejor las entrañas de nuestra tierra, con el arco minero.

Sustituir la barbarie del odio, el atraso, la infamia del abuso, pasa por construir un modelo institucional distinto. No será suficiente con cambiar de presidente. Que podamos tener autonomía de poderes. Fuerzas armadas institucionales, productividad económica, calidad de vida, excelencia educativa, transparencia administrativa, protección ambiental, seguridad social sustentable. Eso lo hemos llamado en Guayana, cambio de modelo para una Venezuela decente.

¿ Venezuela decente o escatológica ?

“El cambio es una puerta que se abre desde dentro.”

Upata 6 de Marzo del 2023
Américo De Grazia

Existen cada vez más signos alarmantes de la decadencia escatológica en los escenarios políticos venezolanos. Alcaldes que se ufanan en usar sus apodos y alias de pranes más que sus nombres propios, que nombran sus peluqueros y estilistas personales de médicos hasta ungirlos de ostentosos cargos de directores de hospitales. Mientras otros le regalan a una humilde ciudadana un dildo para que satisfaga sus necesidades sexuales, haciendo de eso un bochornoso espectáculo comunicacional. Un presidente que inventa su propia versión de la “Barbi y Kent” para sustituirlos por el “súper bigote y Cilita”. Decadencia es ver a un General amenazar a un ciudadano con su arma de reglamento en la calle u otro, asesinar a su esposa en un lugar público con cámaras de videos y suicidarse; para luego ser enterrado con honores. Todos los funcionarios públicos que han violado los derechos humanos, han cometido crímenes de lesa humanidad, acusados de corrupción administrativa o abuso de poder, terminan ascendidos o premiados. Indignos son aquellos que de obscenas maneras construyen gigantescas menciones en el parque nacional el Avila o Waraira Repano ante la mirada de millones de ciudadanos de la gran Caracas. Es la misma banalidad de quienes construyen palacetes de playa en Los Roque. O montan sus bacanales en un Tepuy.

Todos estos personajes en decadencia son los herederos de la praxis del “eterno”, que pagó fortunas petroleras por narrar en cadena de radio y televisión un partido de béisbol desde el estadio de los Yankees de New York, o gastar una fortuna por ver en privado via VIP a la “vinotinto” jugar con el Milán en su patio para “matar un antojo”, con el propio dueño del equipo, Berlusconi, de anfitrión. Montarse en un topo del Metro de Ccs, para trepanar un túnel mientras encadenaba durante 1 hora todas las emisoras y televisoras del país. Esos excesos comenzaron desde el día uno, en el que rompiendo el protocolo se juramento sobre “la moribunda”. Para seguidamente convertir nuestro territorio en santuario del ELN y la FARC. Socios del Hezbolá, Hamas, el cartel de los soles, despedir de un pitazo más de 20 mil petroleros de PDVSA, crear otro componente militar (milicianos), distinto a los designados constitucionalmente. Sustituir el molde constitucional de las concesiones extractivista por modelos ilegales y relajadas de “alianzas”, diseñadas para corromper y saquear más y mejor las entrañas de nuestra tierra, con el arco minero.

Sustituir la barbarie del odio, el atraso, la infamia del abuso, pasa por construir un modelo institucional distinto. No será suficiente con cambiar de presidente. Que podamos tener autonomía de poderes. Fuerzas armadas institucionales, productividad económica, calidad de vida, excelencia educativa, transparencia administrativa, protección ambiental, seguridad social sustentable. Eso lo hemos llamado en Guayana, cambio de modelo para una Venezuela decente.