No será por la acción de los partidos políticos, como cuando -el 23 de enero de 1958- el pueblo venezolano y las fuerzas armadas derrocaron a la dictadura perezjimenista. Será ahora un gran movimiento social, sin distingos de clases sociales ni ideologías, el encargado de acabar con el régimen dictatorial en Venezuela. Las protestas se harán incontenibles, en todo el país, porque sabremos combinar las virtudes del modelo de organización descentralizada (planteado por la Teoría de Movilización de Recursos), con el modelo de Proceso Político, el cual introduce una nueva variable al estudiar los movimientos sociales (llamada estructura de oportunidad política), complementando así al llamado modelo clásico o de catarsis generalizada (Bonamusa, 1994).
Para que un gran movimiento social pueda llegar a conformarse y tener capacidad para cumplir sus metas, es necesario contar con recursos; no sólo materiales, sino también de tipo: cultural, moral, socio-organizacional y humano (Edwards & McCarthy, 2004). Una protesta, para que sea exitosa, requiere de dinero, pero también de los otros tipos de recursos. Fundamentalmente, la organización de un evento de esta índole exige planificar y ejecutar actividades bien específicas (i.e., un recurso cultural). También, hacen falta reuniones preparatorias, en las comunidades, y contar con la posibilidad de difundir mensajes, a través de los medios impresos y radioeléctricos, redes sociales -tanto virtuales, como reales- y volantes; es decir, recurso socio-organizacional.
En la Teoría de Movilización de Recursos, el capital social es inevitable. Es imposible organizar, en toda Venezuela y de manera simultánea, reuniones comunitarias sin contar con unas redes de relaciones sociales, ricas en capital social. Un equipo coordinador o núcleo, conformado por múltiples centros de poder locales, integrados por redes de información, determina la frecuencia y lugar de las reuniones; además, se encarga del diseño de las estrategias mientras que, a nivel local y tomando en cuenta realidades particulares (contexto político), se desarrollan las tácticas del movimiento social. De esa manera, al incorporar la estructura de oportunidad política, como una variable fundamental en la planificación de actividades, se optimiza el sistema globalmente.
Establecer rutas óptimas para la distribución de volantes sobre el movimiento social que puedan ser visualizadas en mapas, usando un sitio web o a través de plataformas tecnológicas como la ofrecida por la Tecnología Social SAI, es un requerimiento del cual puede depender el éxito de los eventos que se organicen. Recursos materiales, como equipos y suministros de todo tipo, son elementos a considerar para la ejecución de cualquier actividad, por más simple que esta sea. Igualmente, es necesario tener un inventario actualizado de los recursos humanos con los que cuente el movimiento social, con información segmentada por profesiones, experiencia, etc.
Indiscutiblemente, dinero es también un recurso indispensable. Deben existir fuentes internas y externas de financiamiento que garanticen la existencia de las organizaciones que integren el movimiento social (OMS). Los actores sociales que interactúan en las redes conformadas como resultado de las múltiples y continuas actividades del movimiento social, son individuos y OMS. Los primeros deben hacer los aportes que estén a su alcance, a nivel local, principalmente con su tiempo y esfuerzo, dedicado al cumplimiento de actividades, mientras que las OMS pueden y deben buscar financiamiento a nivel internacional, ya que hay entes dispuestos a ayudar.
Referencias:
Bonamusa, M. (1994). Movimientos sociales: organización y estructura de oportunidad política.
Edwards, B. & McCarthy, J. (2004). Resources and social movement mobilization.
Para descargar la versión más actualizada del libro completo (incluyendo todas las columnas publicadas a la fecha), haga clic en el siguiente enlace: Capital Social, José María Rodríguez, PhD. Además, para una introducción al tema, recomendamos ver el video CAPITAL SOCIAL: https://youtu.be/gRXjjZkCrzo.