Home Opinión

Táctica y estrategia opositora

120

La posición, ese es el norte que ha privado siempre en la mayoría de la oposición democrática, de modo que no hay incoherencia.
El rechazo a la farsa electoral del 6/D/2020 pretendía, tal como se logró, impedir la legitimación del régimen de facto, el cual había preparado un proceso a troche y moche con el único fin de legitimarse y en el cual la participación de la oposición democrática y constitucional no podía ser otra que denunciarlo y rechazarlo. Para hacer más patente el rechazo se organiza y realiza la Consulta Popular, de modo que la abstención de participar en la farsa electoral montada fraudulentamente por el régimen de facto, tuviera un rechazo activo, efectivo y presencial.
El resultado de esa línea política, de carácter coyuntural fue que el régimen de facto no pudo obtener la legitimidad que buscaba y de allí que aún sigue siendo considerado por casi todo el mundo occidental como un régimen de facto, no democrático y que se le exija, en consecuencia, que cese en su conducta para que las sanciones puedan ser revisadas.
De modo que el objetivo trazado por la oposicion democrática y Constitucional se obtuvo con las consecuencias propias de cualquier contienda. Pero el régimen no se legitimó ni en el frente interno ni en el frente externo.

🔹Ahora bien, estas elecciones estadales y municipales, representan otro escenario, distinto y singular respecto del anterior ya que el centro de gravitación político es algo distinto a la legitimidad del régimen. Aquí se trata, por parte del régimen de facto, de obtener la menor participación relevante de la oposición. Mientras que para ésta, el objetivo debe ser movilizarse, denunciar al régimen por su condición antidemocrática, exigir elecciones libres, justas y transparentes que permitan un grado aceptable de competitividad para enfrentar al régimen de facto, descalificarlo, vencerlo si fuere posible. Pero además en el proceso promover posiciones democráticas, ejercer la denuncia concreta y eficaz de las políticas y la conducta del régimen, concientizar, organizar, preparar y movilizar a decenas o cientos de miles de venezolanos confrontado las ideas, la conducta y los personeros del régimen de facto, denunciando la corrupción, el ventajismo y las trampas en la política y en el proceso electoral. Es decir, es la preparación de un numeroso contingente con un grueso grupo de dirigentes nacionales, regionales, municipales, medios y de base que constituyan un cuerpo ciudadano articulado, consciente y en movimiento que pueda ejercer disuasión frente a las pretensiones de perpetuación del régimen de facto.
Si para la oposición democrática y constitucional no se obtienen condiciones de competitividad razonable, pues no presentará candidatos, pero no porque sea abstencionista, sino para no convalidar una elección no competitiva. Si otros presentan candidaturas, pues que las defiendan y luchen por ellas, y si llegan a ganar, pues que defiendan el triunfo y se enfrenten más a fondo al régimen y nosotros los acompañaremos solidariamente. Si el triunfo de algunos candidatos es reconocido, esos puestos deben servir para ayudar a lampoblacion con gestiones honestas, eficientes, y dentro de lo posible resolviendo algunos problemas populares. Pero lo más importante es que sirvan de tribuna para enfrentar al régimen de facto.
☝️
Estos razonamientos fundamentan, esencialmente, una táctica política acertada de la oposición democrática y constitucional frente a la coyuntura y debe estar acompañada, en todo momento de una lucha incesante por los derechos constitucionales, por todos, de diversa índole, en cada sector social, de modo que el régimen de facto se vea acorralado por la fuerza del reclamo popular

🔹Dr. Edwin Sambrano Vidal