Andrés Martínez @andres_m14
FundaRedes señalaba en un informe del año 2020 que la emergencia humanitaria compleja conllevó a que se incrementara a más del 60 % el abandono en el sistema escolar en el período 2019-2020. Por su parte, Gricelda Sánchez, del Sindicato Venezolano de Maestros, constató los problemas de algunos planteles y reconoció que en las condiciones actuales es imposible retomar la presencialidad en las aulas.
Caracas. Hace unos días Nicolás Maduro señaló que “la vuelta a clases presenciales del país se realizará en octubre, con todas las medidas de bioseguridad, de lograrse la meta de vacunación masiva. Hay que completar todo el proceso de vacunación de todo el sector educación”.
Ante la propuesta del Ejecutivo de retomar las clases presenciales en octubre de este año, las organizaciones y gremios docentes han denunciado en reiteradas oportunidades que no existen condiciones sanitarias ni de infraestructura para volver a las aulas.
A pesar de que no hay datos oficiales, para los docentes, que conocen de cerca la situación de la infraestructura escolar, el deterioro es más que evidente. Gricelda Sánchez, secretaria de reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros, confirma que en una reciente visita a la comunidad de Carúpano, en el estado Sucre, vio escuelas completamente destruidas.
“De ocho escuelas que visité, seis estaban completamente destruidas, con huecos en los techos, sin pocetas ni bombillos, y filtraciones por todos lados”, relató.
La profesora Sánchez hizo hincapié en la Escuela República de Haití, una de las más emblemáticas de esa comunidad, y donde más se evidencia el abandono del Estado por el profundo deterioro de sus instalaciones.
Ninguno de los baños funciona, las paredes se están cayendo, los pasillos no tienen luz, las barras de las rejas están rotas o parcialmente desprendidas. Para la profesora, es impensable que los estudiantes asistan a clases en lugares con estas condiciones que ponen en riesgo su salud y su seguridad.
En lo que respecta a Caracas y Miranda, la historia no es muy diferente. De cada 10 escuelas que Sánchez ha visitado, siete presentan un grave deterioro en su infraestructura. Mencionó especialmente la escuela Magali Burgos, ubicada en Petare, al este de la capital, donde hay espacios del recinto completamente inutilizables.
“Hay salones cerrados llenos de pupitres dañados, no hay lavamanos, hay una sola poceta para todo el plantel y no sirve. Esto para una escuela con una matrícula de 130 estudiantes”, comentó.
Otro caso que destaca Sánchez es el de la escuela José Antonio Pérez Bonalde, de Catia. Allí, antes de la pandemia, los alumnos debían suspender clases si empezaba a llover porque las filtraciones del techo eran tan grandes que los salones se inundaban. “Llueve más dentro de la escuela que afuera”, sentenció.
El problema de las filtraciones es un factor común en las escuelas que recorre el sindicato. Según la profesora Sánchez, al menos ocho de cada diez escuelas tiene problemas de este tipo, lo que supone un riesgo cuando llueve para cualquier persona que trabaje o estudie en esos recintos.
Más escuelas destruidas
Un informe del Observatorio de Educación de FundaRedes, publicado en 2020, señalaba que la emergencia humanitaria compleja conllevó a que en el período 2019-2020 se incrementara a más del 60 % el abandono en el sistema escolar.
Asimismo, se documentó que 90 % de las escuelas y liceos de las zonas urbanas y rurales no cuentan con ruta escolar, el 80 % del transporte público no funciona y los alumnos viajaban en vehículos de carga insegura, vulnerable y de alto riesgo. El estudio también reveló que 95 % de la infraestructura escolar presenta un alto grado de deterioro, sin servicios básicos continuos.
En 2019, otro informe de FundaRedes evidenció que solamente 11 % de los planteles contaba con condiciones óptimas para desarrollar las actividades escolares, apenas el 2 % reportó que se desarrollaran actividades de mantenimiento y el 1 % dijo contar con los servicios básicos de forma permanente y con los servicios sanitarios en buen estado. Ese mismo informe reveló que la inversión en infraestructura para ese año fue de apenas 4,3 %.
Las deficiencias en la dotación de mobiliario alcanzan al 91 % de la muestra de planteles, la inexistencia de espacios con dotación de equipos de computación para el uso de los estudiantes, alcanza el 97 %, el 93 % dijo no contar con espacios ni equipos deportivos, y solo el 7 % dijo tener material didáctico adecuado”, se lee en el informe.
Higinia Alvarado, encargada de las escuelas de la parroquia Macarao en Caracas, relató cómo los planteles de su comunidad se encuentran en un grave estado de deterioro por el abandono del Estado.
Indicó que ninguna de las 13 escuelas de la parroquia recibe agua de manera constante. Además, los cortes de luz ocurren hasta dos y tres veces por semana. Comentó que mientras se desarrollaba la entrevista para este trabajo no tenían luz en la parroquia.
Alvarado y Sánchez coincidieron en que no ha habido una respuesta del Ejecutivo ante las denuncias y manifestaron que la mayoría de los liceos y escuelas no han recibido mantenimiento en más de cuatro años.
Sánchez destacó que la única institución a cargo del Ministerio de Educación que ha visitado y está en buenas condiciones es el Liceo Manuel Palacio Fajardo, ubicado en la parroquia 23 de Enero, plantel donde votaba Hugo Chávez cuando ocupaba la presidencia.
Fuera de esto, las únicas escuelas que se han podido mantener, y con un esfuerzo enorme, son las de Fe y Alegría y las de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), que no son administradas directamente por el Estado.
Las especialistas manifiestan con preocupación el daño que esto representa para Venezuela a largo plazo, partiendo de la base de que, sin personas capacitadas, no se puede construir país.
Reiteraron que no existen condiciones para volver a las aulas en octubre como lo propone el Ejecutivo. Sánchez explicó que hasta ahora no han empezado a vacunar a los docentes y la situación de los salarios permanece igual, pues los profesores siguen ganando menos de $10 al mes.
De hecho, la sindicalista aprovechó la oportunidad para denunciar que, en la Escuela Ricardo Montilla de Guarenas, prohibieron vacunar a seis maestras por órdenes del ahora exministro Eduardo Piñate.
En lo que respecta a condiciones sanitarias, el principal problema es que las jornadas de vacunación permanecen estancadas y ni los profesores ni los estudiantes han sido considerados como población prioritaria en el proceso. Según la ONG Fordisi, solo el 20 % de los maestros a nivel nacional ha sido inmunizado.