Existe una extensa y muy variada iconografía de la venerada imagen de Nuestra Señora de la Coromoto, estampada, pintada y moldeada en los más disímiles materiales

Alberto Veloz

El 8 de septiembre se conmemoran 369 años de la aparición de la virgen María al cacique de la tribu Los Cospes en el lugar llamado la quebrada Coromoto, cercana a la ciudad de Guanare, en Portuguesa.

A la madre de Dios se le venera en Venezuela bajo la advocación de Nuestra Señora de la Coromoto y fue el 7 de octubre de 1944, cuando el Papa Pío XII la declaró oficialmente como “Celeste y Principal Patrona de Venezuela”.

La coronación canónica de la Virgen fue consagrada por el Papa Pío XII el 11 de septiembre de 1952, año en que los devotos celebraban el tricentenario de su aparición. Esta fecha es la reservada para festejar a la Patrona de Venezuela.

Filatelia coromotana

Ese acontecimiento dio lugar a que en 1952 se emitiera una serie de tres estampillas con la imagen oficial de Nuestra Señora de la Coromoto cuyo valor era de Bs. 1 para cada uno de los tres sellos.

Las tres estampillas de correo ordinario de Venezuela son idénticas en cuanto al diseño, en diferentes tonos de rosado y de tres tamaños: una grande, otra mediana y la pequeña.

Sellos postales de la Virgen de Coromoto 1952. Colección Alberto Veloz

En las esquinas superiores de la estampilla están los años 1652 – 1952. En el arco que enmarca a la figura de la Virgen la frase “Tricentenario de la Aparición de Ntra. Sra. de la Coromoto”. En el inferior señala Bs.1 Correos de Venezuela.

La emisión fue encargada al maestro impresor de sellos postales, Helio Courvoisier, de Suiza, con fecha de circulación 6 de octubre de 1952. Perforación: 12 x 11

La figura de la virgen de Coromoto aparece en otra estampilla venezolana con motivo del Bimilenario de la Natividad de Nuestra Señora 1985, en una colección de 10 sellos con un valor de Bs. 1, emitida por el Instituto Postal Telegráfico (Ipostel) e impresa por Gráficas Armitano C.A.

Estampillas de advocaciones de la virgen María en Venezuela

En esta serie están representadas las advocaciones de La Divina Pastora; de La Chiquinquirá; del Valle; Perpetuo Socorro; de la Paz; Inmaculada Concepción; La Soledad; La Consolación; Las Nieves y de la virgen de La Coromoto.

Igualmente circuló un interesante sello postal donde el Papa San Juan Pablo II besa una imagen de Nuestra Señora de la Coromoto durante su visita a Guanare.

Esta estampilla forma parte de una colección de 10 sellos con diferentes valores postales, en homenaje a la visita que realizó Su Santidad Juan Pablo II a Venezuela y su fecha de emisión y circulación es del 22 de octubre de 1986 por el Instituto Postal Telegráfico y también impresas por Gráficas Armitano C.A.

Estampilla del Papa San Juan Pablo II besando a la Virgen de Coromoto

Advocación, veneración y adoración

Se habla de advocaciones, veneración y adoración pero se desconoce el verdadero significado que tienen esas palabras dentro del ritual de la Iglesia Católica.

La veneración es una acción donde priva la fe de los creyentes y practicantes católicos hacia los santos y muy especialmente a la virgen María, que es la madre de Jesucristo, la cual es venerada bajo diferentes nombres nacidos de un momento histórico, eventos geográficos, una aparición divina, dones, milagros o acontecimientos religiosos donde ella es protagonista con todos sus atributos.

Esos diferentes nombres o acepciones hacia la virgen María son las llamadas advocaciones marianas, cada una de las cuales tienen miles de fieles seguidores en todas partes del mundo donde ocurrió el hecho, considerado como histórico.

Esa adoración trasciende los límites físicos del lugar que origina la advocación y casi siempre contiene un mensaje implícito dependiendo de la naturaleza o de la aparición milagrosa.

En este punto es importante explicar la diferencia entre el significado de veneración que siempre está dirigido hacia los santos y la virgen María y la adoración que es un sentimiento de fervor humano, también pleno de fe y esperanza, pero dirigido solo a Dios, representado en sus tres naturalezas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¿Coromoto es un cacique o una quebrada?

La advocación de la patrona de Venezuela toma su nombre de la palabra Coromoto, pero en la abundante literatura sobre el tema se pueden observar contradicciones en cuando a su origen.

Existen varias versiones sobre el acontecimiento histórico-religioso-milagroso de la aparición de la virgen María a un cacique y su mujer, de la tribu Los Cospes las cuales muchas difieren en nombres, lugares y fechas.

En el caso de Coromoto la mayoría le atribuye éste como nombre del cacique, quien -según la leyenda- luego de su bautizo, lo cambió por el de Ángel Custodio. En otras historias Coromoto se señala como el nombre de la quebrada que se encuentra en la confluencia de los ríos Tucupido y Guanaguanare o Guanare.

El punto focal de la aparición milagrosa sucedió el 8 de septiembre de 1652 cuando una imagen luminosa que representaba a la virgen María se le apareció por segunda vez al cacique y a su mujer, pertenecientes ambos a la tribu Los Cospes que habitada esa región.

Una vez conocida la noticia de la aparición de “una señora muy bella que sostenía en sus brazos a un niño y caminaba sobre las aguas a la vez que le pedía al cacique de Los Cospes que recibiera agua del bautismo” trascendió los límites de los poblados cercanos y fue conocida en todos los rincones del país.

El cacique huyó pero tuvo otras apariciones de la virgen María donde intentó agarrarla pero sin éxito porque al momento de acercarse la imagen desaparecía.

Reliquia

En una de las presencias o apariciones milagrosas, la imagen se materializó en la mano del cacique cospe, quien de inmediato la envolvió en hojas y la ocultó.

Su materia es de una fibra vegetal, similar a un papel de seda y después de muchas vicisitudes, escondites, búsquedas, pruebas e historias, esta diminuta estampa de 27 milímetros de alto por 22 de ancho, se convirtió en la reliquia que se venera actualmente en el Santuario Nacional Nuestra Señora de la Coromoto, construido en el lugar de la segunda aparición, a 25 kilómetros de Guanare.

Imagen de la reliquia de la virgen de Coromoto

Diáspora unida por el fervor a la virgen de Coromoto

Pocas personas conocen que en la Capilla de la América Latina de la Catedral de Notre Dame de París se encuentra un acrílico sobre tela de la imagen de Nuestra Señora de la Coromoto pintada por el reputado artista plástico venezolano Ismael Mundaray, residente en esa ciudad desde hace más de 18 años.

Gracias a las gestiones de un grupo de venezolanos liderados por una luchadora de la diáspora, Elvia Martínez y con el apoyo de Juan Rafael Pulido, de la Asociación Diálogo por Venezuela, encomendaron la obra al reconocido artista venezolano Ismael Mundaray para que elaborara una pintura de la imagen de la Patrona de Venezuela.

Ismael Mundaray y su obra de la virgen de Coromoto

El 26 de octubre de 2018, la Catedral de Notre Dame de París recibió la hermosa obra en acrílico sobre tela, de una dimensión 92 x73 cm en formato renacentista montada en un hermoso marco estilo español en hojilla de oro patinada sobre madera grabada.

Mundaray tuvo que buscar afanosamente algunos colores que él no suele utilizar, para dar con los tonos específicos con los cuales quiso impregnar su obra y así utilizó el rojo naphtol claro, carmín napthol, varios ocres, amarillo de Nápoles, Siena natural, dorados ricos y brillantes, blanco vivo, negro de marte y azules primarios Raphael, como base de la paleta principal.

La comunidad católica de la diáspora en París se congregó en Notre Dame para recibir el cuadro. En ese momento todos los venezolanos en el exilio estaban representados en unión espiritual y con la misma esperanza libertaria, unidos a través de la imagen de la Virgen de Coromoto.

Al recordar aquel acontecimiento tan importante, el mismo Ismael Mundaray relata: “Fue un acto maravilloso cuando la obra recibió la bendición religiosa por parte de las autoridades eclesiásticas, fue un momento de mucha emoción estar con nuestra patrona en ese recinto emblemático de la Ciudad Luz, la diáspora venezolana estaba muy feliz de tener a la Virgen de la Coromoto en la capilla de la América Latina en la catedral de Notre Dame.

Lamentablemente el 15 de abril de 2019 un voraz incendió se desató en el techo del icónico templo que ocasionó daños irreparables a una parte de la estructura, pero milagrosamente las obras de arte no sufrieron daños y entre ellas el cuadro de Nuestra Señora de la Coromoto de Ismael Mundaray.

En este sentido Mundaray explicó su estado actual: “gracias a Dios y a Ella, la obra salió sana y salva del incendio y actualmente está en custodia en el Museo del Louvre hasta que sea restaurada la catedral y la obra regrese a Notre Dame de París. Nuestra patrona -agrega el artista plástico- es un gran apoyo para la diáspora venezolana en Francia, un apoyo de Fe y Esperanza”.

Acrílico sobre tela, obra de Ismael Mundaray

La Coromoto en la pintura de Pedro Centeno Vallenilla

Una obra al óleo poco conocida de la imagen de la virgen de Coromoto fue realizada por el pintor Pedro Centeno Vallenilla, artífice y representante de nuestra iconografía histórica, mitológica, de leyendas indigenistas e imaginería popular, excelso maestro del dibujo y del criollismo venezolano.

Esta pintura de grandes dimensiones se encuentra en una de las capillas laterales de la Nave del Evangelio de la Iglesia Parroquial San Juan Bautista en la avenida San Martín, frente a la Plaza de los Capuchinos.

La imagen muestra a la Virgen María de pie, acompañada de tres ángeles: uno blanco, uno indígena y otro negro, ubicados en la base que sostiene al Niño Dios, representando a las tres razas que constituyen el mestizaje americano. A los lados columnas de frutas criollas, un par de maracas y un cuatro. En la base flores blancas. La obra fue realizada en Nueva York y donada a la iglesia por el artista en el año 1941.

Virgen de Coromoto por Pedro Centeno Vallenilla 1941  Iglesia de San Juan Caracas

Las tres razas

Como nota curiosa dos obras contemporáneas de la década de los 40, una literaria y la otra pictórica, se refieren al tema de las razas cuando Andrés Eloy Blanco escribió el poema Píntame angelitos negros y por su parte el maestro Pedro Centeno Vallenilla plasmó tres angelitos representativos de las razas indígena, negra y blanca en el óleo en homenaje a la virgen de Coromoto al cual se hace referencia.