Este domingo murió en Caracas Isaías Rodríguez, figura clave en la campaña de Hugo Chávez Frías y en el retorno del exmilitar al poder durante el golpe de estado de 2002. Esto es lo que se sabe
El Estímulo 13 de enero, 2025
Ayer domingo 12 de enero falleció en Caracas Julián Isaías Rodríguez Díaz, exfiscal general durante el gobierno de Hugo Chávez Frías y funcionario que ejerció varios cargos desde que el militar golpista ganó las elecciones de 1998.
Se desconocen las causas del fallecimiento.
Rodríguez nació el 26 de diciembre de 1942 en Guárico. Se graduó en derecho en la Universidad Central de Venezuela y fue vicepresidente ejecutivo de Venezuela, fiscal general de la República, y segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional Constituyente, convocada en 2017 por Nicolás Maduro. También fue embajador en Italia hasta 2019.
Es recordado porque el 12 de abril de 2002, durante el golpe de estado contra Chávez, informó al país que el presidente estaba preso en Fuerte Tiuna y no había renunciado. Esto fue clave para el regreso de Chávez al poder.
Militó en los partidos políticos Acción Democrática y MEP. Se uniría a la campaña de Chávez hacia finales de los años 90, luego fue electo senador en 1998 y constituyente en 1999.
A las órdenes de Chávez
En enero 2000, Rodríguez fue nombrado por Chávez como vicepresidente de la República, Estuvo diez meses en el cargo. Luego pasó a fiscal general, cargo que ostentaría hasta noviembre de 2007. En este puesto fue el encargado de perseguir y tomar acciones contra la oposición y cualquier figura ajena al chavismo.
Se le recuerda especialmente por tener en sus manos el caso del fiscal Danilo Anderson, quien el 18 de noviembre de 2004 falleció por la explosión de una bomba colocada debajo del asiento de su vehículo. Este fiscal investigaba lo sucedido durante el golpe de estado de 2002.
Fuentes ligadas a la investigación aseguraron que Rodríguez aprovechó el caso de Anderson para acusar a opositores con los que él o Chávez tenían viejas rencillas. Por ejemplo, buscó inculpar a la periodista Patricia Poleo, a Salvador Romaní, hijo de un cubano anticastrista y al banquero Nelson Mezerhane, fundador y accionista del canal Globovisión. Para ello usó las declaraciones del «testigo estrella» Giovanni Vásquez, un colombiano que resultó ser un falso psiquiatra.
Se recuerda aún con sorna que Rodríguez aseguró, cuando le preguntaron sobre la credibilidad de Vásquez, que había “leído la sinceridad en sus ojos”. Luego dijo que había sido víctima de un engaño por parte del testigo.
Rodríguez también tenía en sus manos la investigación del Plan Bolívar 2000, una de las primeras misiones de Hugo Chávez manejada por militares, lanzada en 1999. Más de 150 millones de dólares desaparecieron de este plan sin que se encontraran culpables.
Su papel en el año 2002
Su paso por la Fiscalía General de la República fue agitado, en especial después de la muerte del fiscal Danilo Anderson en el año 2004.
Fue una pieza clave en el golpe de Estado contra Chávez en el año 2002, cuando declaró ante los medios que no había vacío de poder y que los militares depusieron al entonces mandatario. Su rueda de prensa la dio desde la Alcaldía de Maracay, ciudad en la que antes de su ascender dentro del chavismo lo vio crecer políticamente.
De las polémicas de Isaías Rodríguez
Durante las protestas de 2017 cuestionó a su excolaboradora y entonces fiscal Luisa Ortega Díaz al decir que no era imparcial sobre la presencia de niños y adolescentes en las marchas opositoras.
Cuestionó la versión sobre la muerte del joven Juan Pablo Pernalete al asumir Rodríguez la versión del chavismo que acusó a los mismos manifestantes de provocar su deceso, cuando después se comprobó que habían muerto por el impacto de una bomba lacrimógena que lanzaron efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Una extraña renuncia
Ya como embajador en Italia generó polémica al renunciar al cargo en una carta que hizo público en la que cuestionó al entorno del líder chavista.
En 2019, Rodríguez fue noticia por presentar su renuncia al cargo de embajador de Venezuela en Italia a través de un documento difundido por las redes sociales.
«Renuncio, presidente, a mis dosis de insomnio, estrés, aflicción y a las víboras con cabeza triangular que desde hace mucho tiempo lo acompañan”, dice Rodríguez en el documento..
“Mi esposa acaba de vender las prendas que le regaló su ex esposo, para poder mantenernos frente al bloqueo norteamericano. Estoy intentando traspasar el vehículo que compré al llegar a la embajada y, como usted sabe, no tengo cuenta bancaria, porque los gringos me sancionaron y la banca italiana me echó de su lonja”, agregó.
«Se ha irrespetado la Embajada donde lo represento, y tengo 77 años. Mi frente está y estará en alto, no soy de los que se quedan mirando los zapatos. Toda la vida he rechazado las injerencias que pretendan humillar o alterar mi consciencia y mi espíritu», dijo entonces.
El 7 de mayo de 2019 se supo que la embajada de Venezuela en Roma llevaba tres meses sin poder pagar el alquiler de su sede ni los salarios de más de una docena de trabajadores debido a las sanciones financieras internacionales contra el régimen de Maduro.
«Debemos tres meses de alquiler y hemos recibido ya un aviso para desalojar la sede, aunque, como llevamos 25 años con esa inmobiliaria, han esperado tiempo de manera excepcional», explicó en aquel momento Rodríguez.
En la carta Rodríguez expresó que sentía orgullo de haber sido embajador y compañero de Maduro y que, tras su renuncia, siente como si le quitaran una de las tres contracturas que afirma tener en la columna.
“Guardaré los recuerdos que de usted tengo en una caja con pelotas de naftalina”, agrega.
“Su causa, que es la mía, me ha retenido como un campo de fuerza, como un imán. Con fe absoluta me he aferrado al chavismo, cual tabla en este océano de contradicciones que rodea su gobierno. He llegado, sin embargo, a comprender definitivamente que no puedo convertir el agua en vino, ni resucitar a los muertos. Muchos de sus discípulos tienen muy poco de apóstoles, y es cuando todos nos preguntamos ¿si es la Iglesia o Dios, quién está fallando?”, concluyó.
Rodríguez intentó una carrera literaria en sus últimos años, sin mayor éxito.