14 de marzo de 1961. Falleció en la ciudad de Caracas, don Brígido Nacera Ricci, quien coronó su obra de magistrado, docente, periodista y munícipe fundando “El Bolivarense” El vespertino “El Luchador”, ese mismo 14, día de su muerte ocurrida en Caracas adonde había sido trasladado de urgencia, editorializó exaltando sus cualidades ciudadanas, impecable estilo de vida, filantropía, entereza, notable presencia de cuerpo y espíritu y su constancia en el buen consejo: Brígido Natera Ricci, nacido en el casco histórico de la capital orinoquense el 12 de enero de 1897, anduvo siempre línea recta, paralela a los principios filosóficos de un teismo humanitario, entre las ineludibles obligaciones del hogar familiar y el servicio público, bien en el aula como en el foro, el parlamento, en la administración pública, en la Logia, en el club Leones o circulo literarios a los que perteneció. No pudo ser jurisconsulto o abogado como su abuelo y su padre, pero heredó toda la cauda de la ciencia del derecho y con el sólo título de Bachiller en filosofía, entonces sólo expedida por la Universidad Central de Venezuela, pudo ser durante diez años Juez de la Corte Superior, Juez de Hacienda y Fiscal. Incursionó en la política al igual que sus antepasados y desarrolló su capacidad e iniciativas como Director de Política, Director de Educación, Secretario General de Gobierno, diputado al Congreso Nacional y Presidente del Concejo Municipal de Heres. Por otra parte fue profesor de literatura del Liceo Peñalver, Venerable Maestro de de la Logia Asilo de la Paz No. 13, Orador, periodista desde las columnas vespertinas de “El Luchador” y finalmente desde las páginas de su propio diario “El Bolivarense”. “El Bolivarense” vino a ser su obra perdurable. Hoy es el decano y el primer periódico matutino inaugurado en Guayana, justo en los albores de la Democracia. Entonces estaba don Brígido retirado de la Política, del Foro, la docencia, dedicado sólo y por entero al ejercicio del periodismo, en su propio periódico que el primero de Diciembre de 1957 comenzó a editar en los viejos talleres de la Editorial Talavera, fundada en la década de los años veinte por Monseñor Dámaso Cardozo y el Padre Rafael María Villasmil, quienes vinieron de los Andes junto con el Obispo de la Diócesis de Guayana, Monseñor Miguel Antonio Mejía. En esa vetusta imprenta donde se editaba la “Gaceta Eclesiástica”, nació “El Bolivarense” y dieron sus primeros pasos en el periodismo toda una cáfila de profesionales y técnicos, algunos extintos y otros dispersos por todo el país.(AF)