“Las oportunidades también tienen fecha de expiración”.
Upata 19 de Junio del 2023
Américo De Grazia
El pánico de Maduro es obscenamente escandaloso, puso a los rectores oficialistas del CNE a renunciar, para poder nombrar nuevos rectores “espantavotos”, de composición “rojo rojito”, que induzcan a la abstención de manera natural. Que nos hagan reaccionar como duquesas ofendidas, que provoquen darle una patada a la mesa, y respondamos en coro, “yo, así no juego”. Esa película ya la hemos visto,la hemos sufrido en carne viva. No debe sorprendernos que pongan de rectores al meón de Diosdado, Cilia, Delsy, Jorge Rodríguez, Mario Silva, Padrino López o cualquier innombrable que le revuelva el estómago a los venezolanos. Para ello debemos estar preparados. Conscientes del reto que nos anima. Esta es una oportunidad insólitamente única, insospechada. El rechazo a Maduro es inobjetable, su sola mención genera náuseas colectivas.
Por ello debemos ratificar nuestra propuesta. Insistir en el camino democrático, pacifico, constitucional y electoral. Sin atajos, ni calles ciegas. Pongan al meón del mazo, que los venezolanos los vamos a derrotar, esta nueva directiva del CNE se tiene que convertir en los sepultureros del madurismo. Ganarles por paliza, con un candidato de unidad, seleccionado en primarias, con ese liderazgo a la cabeza, convocar a la firma de un protocolo que pueda ser suscrito bajo propósitos comunes, que nos sirva como acta constitutiva de un nuevo centro de dirección política capaz de conducirnos, no solo a la victoria electoral, sino a la construcción de un nuevo modelo político nacional capaz de reponer la libertad, la democracia y garantizar la gobernabilidad de Venezuela en tiempos turbulentos.
El reto que tenemos los venezolanos es gigantesco y desproporcionado a la capacidad de cada uno de los actores a modo propio. La unidad no es una frase de utilería, sino un ejercicio consciente y responsable. Nosotros ganamos las presidenciales, pero ellos van a conservar de entrada él monopolio de las armas, las oficiales y las irregulares, van a conservar de el poder legislativo y judicial, tendrán fortunas mal habidas a borbotones para financiar locuras, despropósitos y descabelladas tareas. No perdamos de vista a quién nos enfrentamos. Estos son tiempos más complejos que los heredados por Betancourt en los 60. Estas no son las FANB del siglo XX, ni el país tenía entonces el deterioro económico, social e infraestructural que hoy padecemos. Aquí nos necesitamos todos, de modo consciente. Venezuela es ahora. Basta de comiquitas.
