En todo gobierno que se precie de serlo, son ellos los únicos legitimados para proteger a sus ciudadanos de los estafadores y charlatanes que pretenden timar y burlar la buena fe de sus gobernados, pero cuando el modus operandi tiene ribetes oficiales y para reforzar cuenta con antecedentes más que notorios, debería ser nugatorio el resultado, pero fíjense que no, que como decimos en Venezuela, Todos los días sale un pendejo a la calle y el que lo consiga es de el; de estafas privadas están llenos los anales de la historia, no hay feria de pueblo en que no lleguen los guarañeros una especie de legión de iluminados y charlatanes que han vivido por generaciones del engaño y la trampa, nada más preciso y grafico que el cuento de “Blacaman el bien Hacedor de Milagros” del gran Gabo. Llegan con sus mesas, vasos y barajas invitándote apostar donde está la bolita, debajo de tres vasos que mueven con arte y soltura, te dejan ganar algunas partidas para darte confianza y luego comienzan tu desplumado sin agua caliente y pluma por pluma, generalmente explotan el alto grado de ludopatía de algunos que abandonan el desafío, cuando ya no les queda ni la ropa que llevan puesta. Así pasa con los brujos y adivinadores que lo único que no pueden adivinar es una forma decente de ganarse la vida que no sea guisando pendej@s. No conozco el primer brujo o adivino que hubiese adivinado siquiera un caballo ganador en el hipódromo, mucho menos rifas o loterías, pero lo que si adivinan es que hay cada día más una tropa de pendejos a los cuales hay que temerles como decía Facundo Cabral por hasta eligen presidente. Este gobierno ha sido un estafador reincidente con su propia gente, desde quitarle hasta catorce ceros a su moneda para devaluar y empobrecer a su población, jugar con el régimen de cambio para enriquecer a cientos de políticos que tenían el privilegio de gozar de los dólares preferenciales que utilizaron en mesas de dinero con el fulano RECADI, era tan grosero el negocio que sólo en un mes podías con 100 dólares y las reventa acumular un millón de verdes sólo moviéndote en las esferas privilegiadas del gobierno. También estafaron a los trabajadores con lo que llamaron las prestaciones atractivas para liquidarlos de común acuerdo y entregarles como indemnización terrenos que nadie quería, materiales para hacer piscinas y alevines para criar peces, o chiqueros de cerdos, o galpones de gallinas, les suministraron los primeros meses de alimentos y asesoría técnica y los abandonaron a la buena de dios para arruinarlos y dejar en escombros y parcelas abandonadas decenas de años de servicio en empresas del estado. Cuando se había medio enfriado el escándalo, en el 2018 salió Nico con otro de sus cuentos de caminos, invitando a la gente a comprar los longoticos de oro del Banco Central para estimular el ahorro, la cuestión era que tu le dabas tu dinero, te vendían el equivalente en oro pero no te lo entregaban, sólo te daban un certificado y ellos custodiaban el metal en las bóvedas del BCV, por ahí anda una romería de estafados a los cuales no le han entregado su lingote ni devuelto su dinero, un vulgar paquete chileno. Solo ayer salió con un cuento recién sacado del horno, quiere vender acciones de las empresas del estado que están en la ruina, Sidor, Venalum y otras que lo único que producen es chatarra en el desguase de sus plantas, es la nueva trampa para cazar incautos, ya veré a muchos pelabolas con ínfulas de empresario, diciéndose socios de ese cementerio de fabricas, como un pasaje del Titanic pero sin siquiera el morbo de sus músicos. Seguiremos conversando. [email protected]