Las virtudes son patrimonio exclusivo de las almas nobles, jamás esperes de los canallas acciones positivas ni resultados gratificantes, si por alguna circunstancia encontramos buenas acciones, son sólo disfraces para cubrir la mezquindad y la traición que tarde o temprano debe aflorar como parte de su conformación estructural. La fábula del sapo y el escorpión que ilustra muy bien esta condición, en la cual en una inundación en la selva el escorpión pide al sapo que lo salve de ahogarse y lo lleve por una laguna montado en su lomo hacia tierras altas y secas, una vez llegado a salvo, este le clava el aguijón a su salvador y este agonizante le pregunta ¿Por qué lo hiciste si te salve la vida? A lo que le responde el traicionero -¡¡No me puedo controlar, es mi naturaleza¡¡¡ – A quienes vemos las contiendas desde lejos y con mucha mayor distancia si se trata de los pleitos entre el partido de gobierno, brazo ejecutor de las tragedias que vivimos los habitantes de esta tierra, ellos incluidos, porque no están a salvo de las miserias que compartimos, salvo que se encuentren en ese dos por ciento de ungidos y que gozan de las mieles del poder estando inmunes a nuestros padecimientos, nos hace entrar un “fresquito” cuando vemos que la ley de compensaciones pone las cosas en su lugar, algunos dirán que es “justicia divina” pero en mi condición de abogado y agnóstico, no creo en esa normativa, pero será tema de otra reflexión. Decía que ese “fresquito” es un pequeño alivio cuando son los malos quienes sufren algo de las consecuencias que ellos mismos generan con sus iniquidades. Todos en el Estado Bolívar sabemos que Justo Noguera nunca fue nuestro Gobernador, al menos por eso que llaman representatividad, esa figura que te hace reconocer al gobernante así no hayas votado por él, hasta en el partido de gobierno saben que con ayuda del gobierno “arrebato” el cargo a su legítimo ganador Andrés Velásquez y burló la voluntad popular de cientos de miles que votamos por el que consideramos es el líder de la región con sobradas virtudes para dirigir los destinos del Estado, con toda la estructura delincuencial del estado, un Consejo Nacional Electoral tutelado por el Ejecutivo fue impuesto en nuestro Estado en la conciencia de no haber obtenido el favor de los votantes, así asume la máxima magistratura regional para maximizar nuestros padecimientos. Si cuando llegó estábamos mal, hoy estamos mucho peor. La infraestructura del Estado en su nivel más bajo, las carreteras son trochas selváticas, los hospitales tiendas de campaña, los servicios públicos casi inexistentes, los índices de contagio por Covid entre los primeros del país, la inseguridad rompe record, en fin, resulta más fácil señalar algo que sirva o funcione y la respuesta es NADA. Con este negativo balance decide participar en las primarias para su reelección al cargo, llegando de segundo (Ni en su partido lo quieren) por detrás del Alcalde del Municipio más grande del Estado, ambos se dividieron los míseros votos inflados de las primarias, los cuales en un derroche de recursos del estado en marchas, concentraciones, regalos de comida, licor y espectáculos musicales que no respetaron las restricciones de la pandemia y hoy padecemos el repunte de los contagios por sus locas campañas electoreras. El Partido de Gobierno decide llevar a “revisión” los resultados, proclamando a un candidato que no participo en las elecciones primarias, si, así como lo oye, declararon ganador de la competencia a un corredor que no participo en la carrera, dejando con los “crespos hechos” a los grises aspirantes quienes preparan el acta de entrega, los cuales reniegan de sus pésimos asesores que pensaron que con eslóganes vacíos como “El Papá” o “Político de Altura” podían cubrir las carencias de personajes que nunca calaron en el favor popular, la política también es cuestión de carisma, ese “savoir faire” que es innato y muy pocos lo tienen, pero paga muy buenos dividendos en la política. “Quien a hierro mata, no puede morir a sombrerazos” dice la sabiduría popular, yo añadiría del refranero popular español “Quien roba a ladrón, tiene cien años de perdón”. Y bueno, el 98% de los habitantes del Estado, amanecieron con un “fresquito” que con el calor de Bolívar es muy gratificante. Seguiremos conversando.

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SOURCEClaudio Zamora
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