Jhoalys Siverio @jhoalys
El pago fraccionado de utilidades en la CVG y sus empresas tuteladas condena a trabajadores activos y pasivos a cubrir apenas gastos de alimentación.
Ciudad Guayana. Son tres años desde que la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y sus empresas básicas hacen el pago fraccionado de las utilidades. Esto resta el poder adquisitivo del monto total de lo que recibirán este año, que para quienes están activos en el plan de contingencia, con suerte, puede llegar a unos 140 dólares.
Los más afectados son los jubilados. El pago total de sus utilidades es poco más de 70 bolívares. El primer pago fraccionado de 25 % que recibieron hace unas semanas fue de entre 14 y 18 bolívares. Monto con el que apenas pueden pagar medio cartón de huevos y el resto para la recarga de un botellón de agua de cinco litros.
Fue precisamente la compra que hizo Ernesto Medina, jubilado de CVG Ferrominera.
Cuando consulté el saldo del Banco de Venezuela, tenía 16 bolívares. Me depositaron 14 de utilidades porque en mi cuenta quedaban como 2 bolívares. Realmente yo vivo de mis hijos y me da pena y tristeza no poder colaborar con los gastos de la casa”, lamentó.
Jubilación, un castigo
Para el secretario general del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos (Sunep) de la CVG, Ramón Gómez, actualmente una jubilación en Venezuela es un mecanismo de castigo.
“Antes se celebraba una jubilación. Hoy es un castigo que emplea el régimen de Nicolás Maduro, ya que condena al jubilado y su familia que está bajo su responsabilidad. Ser jubilado en Venezuela, en este momento, es ser condenado a pasar hambre”, sostuvo.
En su caso, Gómez recibió una jubilación adelantada en 2018, a pesar de no tener ni la edad ni el tiempo de antigüedad para que se le aplicara. Se trató de un castigo por participar y liderar las protestas laborales de 2018, en contra del Decreto 2792 con el que eliminaron los beneficios económicos de las contrataciones colectivas.
Gómez agregó que en los últimos años crecieron las estadísticas de muerte de personal jubilado de la CVG por no recibir atención médica oportuna.
El rebusque, la solución
Carlos Ramírez no es el primer trabajador ni el último en dedicarse a un oficio alterno por el bajo salario que percibe en una empresa del Estado. Con 35 años de servicio en Sidor, en febrero le suspendieron su sueldo por reclamar sus beneficios laborales y el de sus compañeros. Desde entonces, comenzó a dedicarse a la cría de codornices y la venta de huevos de codorniz.
Ahorita trabajo con eso como una forma de rebuscarme y adquirir un ingreso que me permita subsistir con mi familia. A veces también se me hace difícil vender los huevos de codorniz porque la situación en Guayana está bastante crítica”, señaló.
Como él, otros trabajadores se dedican a la venta de yuca, de sardinas, guarapos, otros venden ropa o trabajan de taxistas.
Sobre el pago de las utilidades, detalló que, en promedio, el total de cada trabajador oscila entre 80 y 140 dólares. El primer 25 % que recibieron en Sidor osciló entre 120 y 270 bolívares, para los activos.
“Alcanzó para comprar algo de comida y pagar algunas deudas”, agregó Ramírez.
Comida nada más
Una trabajadora con más de 20 años de servicio en la CVG, quien prefirió no identificarse, coincide en que el pago de las utilidades apenas alcanza para algunos días de comida.
“Llegué muy joven a la Corporación Venezolana de Guayana. La CVG me sirvió de escuela y trajo cosas buenas a mi vida, pero actualmente no es la misma, ni siquiera desde hace cuatro años”, manifestó.
Es de las que recuerda que años atrás, no muchos incluso, las utilidades de un trabajador de la CVG o cualquiera de sus empresas tuteladas les permitía adquirir desde una nevera, cocina o hasta pagar la inicial para la compra de un vehículo.
Hoy se reduce en el pago de deudas o comprar un poco más de alimentos de los que mensualmente les permite su salario.
Yo cobré 264 bolívares en este primer 25 %. Me sirvió fue para unos días de comida nada más. Soy madre soltera. Mi hijo tiene 16 años y todavía no he podido completar lo que necesita de útiles escolares y uniforme. Mi hijo ya está más alto que yo, ha perdido toda la ropa y no he podido comprarle nada”, comentó.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, la pobreza extrema en Venezuela aumentó de 67,7 % a 76,7 %. Esta se mide de acuerdo con quienes perciben menos de 1,90 dólares diarios de salario.
El salario mínimo mensual en Venezuela es de 7 bolívares, 1,60 dólares a tasa del Banco Central de Venezuela.
Crónica Uno