Roig explicó que en la empresa privada no aplica una escala fija, porque ofrece bonos a sus empleados, por lo que el salario más bajo en promedio puede ser de casi 60 dólares, mientras que el promedio general puede ubicarse en 150 dólares.
Puntualizó que en los comercios el tema es un poco más complicado y diferente al de otras actividades del sector privado, por lo que el promedio fluctúa entre 35 a 40 dólares como remuneración fija.
Roig, también exparlamentario, manifestó en entrevista con Unión Radio que “lo peor que ha ocurrido con la distorsión de los salarios es que ha destruido el trabajo formal”. Incluso acotó que con la pandemia las personas aprendieron a que no tienen que ir a la oficina para ganar dinero, y que pueden tener horarios más flexibles.
Roig propuso que, para terminar el “ciclo perverso” de los salarios en Venezuela, es urgente modificar la estructura económica. Al mismo tiempo, planteó reformas concretas a la legislación laboral, como flexibilizar horarios, y suprimir esa cantidad de supuestas protecciones que no favorecen a los trabajadores.
En un entorno como el venezolano, se requiere una mayor libertad para establecer contratos laborales que, de verdad, favorezcan a los trabajadores con mejores ingresos.
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