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Inducción al suicidio | por Américo DeGrazia

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“La resignación es un suicidio cotidiano”
Honoré de Balzac

Mucho hemos aprendido y, más tenemos que desaprender de lo vivido en las últimas dos décadas en Venezuela. Recordemos la tragedia dé Franklin Brito al declararse en huelga de hambre, por la expropiación que le ejecutara Chavez, de su finca en Maripa, aquí en Guayana. No faltaron los alienados que lo alentaban al suicidio, al grito invictus de “…valiente, valiente”. De haberse devuelto, hubiese sido acusado de cobarde, firmando su epitafio, “Chavez lo compró”. Ganamos la Gobernación del Zulia en el 2017 con Juan Pablo Guanipa, al ser requerido de modo arbitrario para juramentarse en la constituyente de Diosdado, inmediatamente el gobernador electo, declinó hacerlo, y el régimen de facto abusivamente le desconoció la victoria. Se volvió a entonar el himno de la insensatez, “…valiente, valiente”; al mismo tiempo que los otros tres gobernadores que acudieron a la ANC, fueron expulsados públicamente de AD, y lanzados a la hoguera inquisidora; perdiendo así legitimidad de origen y ejercicio, con el estigma de “traidores”. Este virus infeccioso se extendió hasta las alcaldías ganadas meses después. Satanizados sus alcaldes tuvieron que montar tienda aparte. Y parir su propia organización política.

Esta inducción sistemática al suicidio político y colectivo no ceja. La Corte Penal Internacional, aliada de los venezolanos, hasta que instaló sus dependencias dentro del TSJ. Presumo que los alienados, la querían en Carapita. La comisión de DDHH, dicta un informe detallado sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Maduro, y toda Venezuela aplaudió, bastó que renovaran la misión por dos años, y salen los alienados a decir, “¿hasta cuándo pruebas?”. La OIT determina violación de los derechos laborales de los trabajadores. Y logran mediante presión de calle y negociación, instalar una mesa de salario tripartita, y destrabar la elección sindical sin CNE; derechos que habían sido confiscados por el régimen desde sus inicios, y a los alienados les parece concha de ajo. Biden logra canjear 2 “narcosobrinos”, por 7 gerentes petroleros norteamericanos secuestrados por Maduro; y los inquisidores no se hicieron esperar, “EE.UU. nos dejó solos”. Elsa Castillo, líder sindical del magisterio, reclama salario decente al gobierno de Maduro; y los Torquemadas, la acusan, de traidora y tarifada, porque “reconoció a Maduro”. Nuestros docentes acuden en fila a comprar los calzados del gobierno y son echados a la hoguera por indignos. Cuando la verdad es que les sobra dignidad pero les faltan zapatos. ¿O acaso quienes hacemos cola por gasolina también botamos la dignidad en el camino?.
Tenemos que sobreponernos a los ataques directos del madurismo, y al solapado e inducido mediante la narrativa mediática para fracturarnos; construidos en laboratorios comunicacionales. El régimen construye su narrativa e induce la nuestra para servirse de ella. Generando miedo, desesperanza, agresiones, fracturas y desconfianza. ¿La solución? urge, constituir una dirección política con legitimidad de origen y ejercicio. Lo correcto es hacerlo mediante las primarias, con doble propósito; escogencia del líder presidenciable y el equipo de dirección de conformidad al porcentaje de los votos obtenidos por las organizaciones participantes.

Américo De Grazia
Upata 10 de Octubre del 2022