“Puede ser que el proceso de negociación de México traiga algo de estabilidad si se logran flexibilizar las sanciones. De pronto eso le puede dar un respiro a la economía, pero no serán cambios profundos sin un cambio político que pueda llevar adelante un reacomodo institucional (…), señaló García
Los ojos de buena parte del mundo están puestos en la mesa de negociación que el gobierno y la oposición llevan a cabo en México. Dentro del país, la negociación se ve con recelo y desconfianza por un sector; fuera del país, parece haber esperanzas de que los acuerdos lleguen y vayan enderezando el rumbo de un país cuya crisis ha permeado a toda la región.
La economía nacional está en expectativa, aunque quizás los acuerdos en México no alcancen para darle un cambio de 180° a la precaria situación. Así lo analizó Henkel García (@henkelgarcia), ingeniero químico, analista e instructor de finanzas, director de Econométrica, quien afirmó que para lograr un cambio se necesita más que eso.
“Puede ser que el proceso de negociación de México traiga algo de estabilidad si se logran flexibilizar las sanciones. De pronto eso le puede dar un respiro a la economía, pero no serán cambios profundos sin un cambio político que pueda llevar adelante un reacomodo institucional, que se logre que la gente vuelva a confiar; que tenga esperanzas y expectativas para los que dirigen al país, ese alivio será restringido y limitado”.
García agregó que “Venezuela necesita más que un cambio de postura parcial, deben haber cambios profundos y por ahora eso no está planteado ni garantizado. Ese tema no es parte de las negociaciones que se vienen dando en México”.
Mientras estas negociaciones se vienen dando, el país está a las puertas de su tercera reconversión en 14 años, una medida que le quitará seis ceros al bolívar. A partir del primer de octubre, los ciudadanos volverán a transitar por un proceso que ya le es conocido.
“Ya los venezolanos tenemos un know how en este tipo de medida. En esta ocasión hay una particularidad, que se hace en medio de un uso extendido del dólar. Pero como parte de la economía se maneja en bolívares se hace necesario quitarle ceros a la moneda. Gran parte de la población ya maneja los montos en dólares, también pienso que al quitarle seis ceros a la moneda y no cinco como la última vez lo hará más fácil para la gente”.
Aunque es una medida conocida y pedida, sobre todo por los sectores empresariales que enfrentan grandes desafíos con las altas cifras, García no espera que tenga mayor incidencia en la economía.
“Es una medida que no tiene mayores efectos en la economía real, quizás tampoco en la nominal. Una reconversión no desacelera la inflación. De pronto la gente pudiera tener algunas reservas porque el pico de la hiperinflación la vivimos en 2019, justo luego de la reconversión de 2018. Puede que piensen que pasará lo mismo pero esto es una medida cosmética para facilitar el manejo de bolívares. Solamente es eso”.
La inflación se desaceleró en agosto
El Observatorio Venezolano de Finanzas publicó la cifra de inflación en el mes de agosto. La misma estuvo en 10,6% y a pesar de que el ente no es el oficial para dar este tipo de información, sus datos se toman como referencia ante la falta de datos por parte del BCV.
Esta cifra es menor a la del mes de julio. “El ritmo de los precios, más en la dinámica actual, va de la mano con el ritmo del tipo de cambio. Son variables que se retroalimentan, así que al lograr controlar el tipo de cambio tiene un efecto de desaceleración de la inflación”.
García apuntó que una de las teorías de esta desaceleración es la mayor oferta de dólares del gobierno hacia el sistema bancario y a la misma economía. “Eso lleva a un tipo de contención. Eso es por ahora, porque no me atrevo a dar algún pronóstico de cómo será para fin de año en medio de un ambiente volátil y errático. Viene un evento electoral así que pudiese darse una expansión monetaria y si esta no viene de la mano de una oferta de dólares puede ser que esa dinámica no se mantenga”.
Con información de El Estimulo