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Estado de necesidad obliga a profesionales de Bolívar a trabajar de lo que sea

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De acuerdo con la Encuesta de Bienestar que realizó la UCAB Guayana, más del 80 % de los encuestados en Bolívar trabajan en áreas distintas a su profesión.

Puerto Ordaz. María Alejandra Muñoz tiene 31 años y estudió Economía en una universidad de Ciudad Guayana. Apenas pudo ejercer su profesión antes de ingresar al campo laboral como vendedora en diferentes locales.

“Llegué a trabajar en un banco hasta que hicieron una reducción de personal. Salí embarazada y así no me contrataban en ningún lado. Empecé a trabajar en una quincallería de mi tío. Allí aprendí a hacer manualidades y con eso me rebuscaba vendiendo cintillos y lazos para niñas”, cuenta Muñoz.

Hoy sigue en las ventas, atendiendo una ferretería. Todavía tiene clientes que le encargan alguna de sus manualidades y revende ropa que compra en Shein.

María Alejandra está entre el 84 % de los habitantes del estado Bolívar que trabajan en áreas diferentes a la de su profesión. Esto de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Bienestar, realizada por el Centro de Estudios Regionales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en Guayana.

El estudio refleja el estado de sobrevivencia que hay en Bolívar, donde 58 % de los encuestados se manifestaron insatisfechos con sus empleos, principalmente por bajos salarios y carencia de beneficios.

Jesús Medina, investigador del Centro de Estudios Regionales, agregó que de los que trabajan en la actualidad, solamente 39 % están como empleados. El resto labora de manera independiente, lo que indica un alto porcentaje de empleo informal.

La Encuesta de Bienestar en Bolívar se aplicó a 441 personas, de todos los municipios, a excepción de Bolivariano Angostura y Padre Chien.

En una escala de 0 a 1, Bolívar está en 0,485 de bienestar social. Aiskel Andrade, directora del Centro de Estudios Regionales de la UCAB Guayana, destacó que cada municipio registra una realidad diferente al promedio. El Callao, por ejemplo, está por debajo del resultado promediado, mientras que Cedeño está por encima.

Sin entretenimiento

La encuesta añade que 47 % tiene una baja satisfacción con sus ingresos, que en promedio es de 91,20 dólares.

De acuerdo con la Unidad de Análisis de Fedecámaras Bolívar, la canasta alimentaria de diciembre de 2022 se ubicó en casi 520 dólares a tasa del Banco Central de Venezuela.

Además, los encuestados concentran su consumo en dos rubros: alimentación y productos de higiene y aseo. Apenas el 0,5 % invierte en entretenimiento, aun cuando esto también forma parte de las condiciones de bienestar.

Baja formación

El estado de sobrevivencia conlleva también la necesidad de abandonar la formación académica. De los encuestados, 53 % son bachilleres, 29 % cursaron solo primaria y 15 % tiene una formación universitaria.

El 62 % piensa que su formación no le genera oportunidad de empleo. Fue el caso de Sandra González, abogada recién graduada.

“Hice pasantías en un bufete de abogados. Cuando me gradué quise seguir allí pero había poco trabajo. Ahorita me dedico a tramitar algunos documentos como actas constitutivas de alguna empresa, tramitar divorcios, pero hay muy poco trabajo”, relató.

En paralelo, Sandra trabaja manejando cuentas en redes sociales y haciendo diseños gráficos.

Es lamentable que mis cinco años de carrera no me generan casi empleo. Afortunadamente, desde que estaba en el colegio me gustaba diseñar en la computadora e hice cursos sobre manejo de redes sociales. A eso es que me estoy dedicando ahorita”, afirmó.

Otros jóvenes desertan para ingresar pronto al campo laboral y llevar dinero a sus hogares. Además, del 86 % que recibió formación en una institución pública, pese a sus condiciones, lo hace por la cercanía a su vivienda o por no tener cómo pagar una privada.

Crónica Uno