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El presidente Joaquín Crespo cometió fraude electoral | por Luis Alberto Perozo Padua

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Periodista y escritor

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Venezuela ha celebrado elecciones desde su nacimiento como república, pero no fue hasta 1858 cuando se registró por primera vez el sufragio directo y secreto para varones.

Después del restablecimiento del voto público en 1873 y la eliminación del voto directo en 1881 –ambas reformas llevadas a cabo durante los gobiernos del general Antonio Guzmán Blanco–, se inició en el país (1888) una tenaz agitación política con la determinación de restablecer el voto directo y secreto, escenario que se logró a través de la nueva Constitución de 1893, devenida de la Revolución Legalista liderada por el general Joaquín Crespo en 1892.

Al triunfar la Revolución Legalista, liderada por el general Joaquín Crespo que pone fin al gobierno del presidente Dr. Raimundo Andueza Palacio quien quería perpetrarse en el poder mediante una reforma constitucional, se convoca a todos los venezolanos varones mayores de edad para que eligieran representantes para una nueva Asamblea Constituyente.

Joaquín Crespo hizo su entrada en Caracas el 6 de octubre de 1892 para encargarse –al día siguiente–, del Poder Ejecutivo. Meses más tarde, la Asamblea, bajo la presidencia del general José Antonio Velutini, aprobó la gestión administrativa del general Crespo como presidente Provisional de la República y sancionó una nueva ley de elecciones el 20 junio de 1893, permitiendo así que se realizara elecciones generales con el voto “directo y secreto” de todos los ciudadanos venezolanos “varones y mayores de 21 años”.

El proceso eleccionario se realizó en febrero de 1894 para darle algo de legalidad al gobierno de facto. Solo José Manuel Hernández se enfrentó al general Crespo para un periodo de cuatro años 1994-1998.

Las elecciones, para sorpresa de muchos, transcurrieron sin mayores incidentes; Crespo, obtuvo 349.447 votos; y el “mocho” Hernández, registró 1.003 votos. Crespo tomó posesión como presidente Constitucional de la República el 14 de marzo de 1894.

El profesor Jorge Luis González Mora, en su artículo Fraude electoral en los comicios de diciembre de 1893 en el Estado Los Andes, publicado en la Revista de Historia, número 44, julio-diciembre 2023, de la Universidad de Los Andes, afirma que: “En el proceso comicial de diciembre de 1893 se eligió a los funcionarios que ocuparon los cargos de Presidente de la República con el voto de la mayoría absoluta de los pueblos de Venezuela, los presidentes de los ocho Estados de la Unión, sesenta y cinco diputados que integraron el Congreso Nacional, uno por cada 35.000 habitantes, y otro más por exceso de 15.000; representantes a las Asambleas Legislativas estatales; y los miembros de los concejos municipales, que no debían ser menos de siete en cada una de las corporaciones para el período constitucional de 1894 a 1898.”

Los comicios se efectuaron en un ambiente de relativa tranquilidad, salvo algunos focos de violencia entre partidarios de un bando y otro en Lara, Carabobo y Los Andes.

En su estudio, el profesor González Mora subraya que la corrupción electoral estuvo presente en la mayoría de las elecciones realizadas en Venezuela durante el siglo XIX.

La coacción fomentó el triunfo

Una de las principales razones para que el general Joaquín Crespo ganara las cuestionadas elecciones generales de 1893, fue la permanente y encarnizada coacción los seguidores de Crespo sobre sus adversarios políticos.

González Mora afirma que “La aplastante unanimidad con que fueron electos en general Joaquín Crespo y la mayoría de los candidatos de su círculo, generan fundadas sospechas sobre la pulcritud de los comicios; sospechas que apuntan no tanto a la perpetración de un fraude abierto, sino en la coacción hacia los votantes de otro bando a través del reclutamiento forzoso y la toma de plazas, aunque las otras organizaciones políticas quizás no tuviesen el músculo político necesario para movilizar a sus partidarios.”

Precisa el historiador Arturo Guillermo Muñoz, que, ante la posibilidad de una elección honrada, (en las elecciones de 1893) las tácticas de las facciones políticas se centraban en evitar que los rivales entraran al pueblo. Estas medidas solían estar acompañadas por la intimidación a los hacendados para que los campesinos no concurrieran a los comicios. Igualmente, se organizaban manifestaciones en los pueblos destinadas a amenazar a la oposición.

El periódico La Soberanía de San Cristóbal, publicó el 27 de diciembre de 1893, en su edición N.º 6, en la página 2 que, en Trujillo, “fueron trastornados los comicios por patrullas armadas capitaneadas por araujistas. Amedrentaron a los ciudadanos, con promesas sangrientas é hicieron de las suyas.”

1897: otro proceso fraudulento

Cuando el general Joaquín Crespo ganó la carrera presidencial, había garantizado que los comicios para el período de 1898 -1902 serían libres.

De los cinco candidatos que se presentaron en aquella oportunidad, solo uno se destacaba como favorito: el general José Manuel mocho Hernández, respaldado por el recién fundado Partido Liberal Nacionalista.

La evidente popularidad del mocho Hernández, su imagen de hombre honrado, aunque sin programa de gobierno definido y, sobre todo, su campaña, que utiliza por primera vez en Venezuela los métodos electorales perfeccionados en Estados Unidos, pronto convence a Crespo que su candidato oficial, el general Ignacio Andrade, tiene pocas posibilidades de imponerse en los comicios.

Fue entonces cuando Crespo, valiéndose de su poder como mandatario nacional, urdió el fraude el día de la votación, el 1 de septiembre de 1897, ordenando ocupar las mesas por “…hombres del campo que llevaban el machete debajo de la cobija…”.

No se trató de un fraude en la votación propiamente dicha, sino en el control armado de las mesas y juntas de votación dispuestas en todas las plazas del país. Para aquellos comicios, solo podían inscribirse y votar los allegados al bando oficialista.

Los escrutinios dan como vencedor al candidato oficialista, el general Ignacio Andrade, con 406.610 votos frente a una flacucha votación para el mocho Hernández de apenas 2.203 votos. Entretanto, Juan Pablo Rojas Paúl obtuvo 200 votos y Antonio Guzmán Blanco 152 votos.

Andrade es proclamado por el Congreso el 28 de febrero de 1898, mientras el mocho Hernández impugnaba y protestaba los “groseros resultados”. Tomó entonces nuevamente la vía de la sublevación contra la farsa electoral.

Por su parte, el presidente saliente y artífice del fraude electoral, se aventuró personalmente a sofocar la rebelión, pero en el sitio de La Mata Carmelera, estado Cojedes, una bala mortal acabó con su sueño de erigirse perpetuamente en el poder el 16 de abril de 1898.

Fuente: Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Empresas Polar, Caracas 1998

Joaquín Crespo fue velado en Cabudare. www.CorreodeLara.com