Gerardo Reyes, director del equipo de investigación de la cadena Univisión en Estados Unidos, señaló los puntos clave de la vida del colombiano, que está actualmente preso en Cabo Verde a la espera de su posible extradición a Estados Unidos, en donde la justicia lo reclama por presunto lavado de dinero y otros delitos

Por Luis De Jesús @Luisdejesus_ -septiembre 17, 2021

Si a alguien tiene que agradecerle Alex Saab por la millonaria fortuna que logró amasar con los contratos que consiguió, además de sus aliados del chavismo, es a Piedad Córdoba. La excongresista colombiana fue la lobbista en Caracas para que el empresario colombiano comenzara a construir, alrededor del Palacio de Miraflores, una estructura que le garantizaría jugosos ingresos económicos, aunque eso conllevara el hambre de los venezolanos.

Córdoba, aprovechando los momentos en los que tanto Hugo Chávez y Nicolás Maduro confiaban en que ella llegaría a la presidencia de Colombia y que llevaría a ese país el tan proclamado socialismo del siglo XXI, intercedió por Saab para salvarlo del fracaso que vivía en Barranquilla. Pero fue Cilia Flores quien poco después pudo ver que aquel hombre, discreto y de cabello largo amarrado con una colita, tenía la habilidad para hacer negocios, limpios y sucios, y de resolverle los problemas a la revolución bolivariana.

Una demanda de Alex Saab fue una invitación involuntaria para que el periodista Gerardo Reyes destinara toda la información de interés que había recabado para escribir un libro, aunque inicialmente era para defenderse en un posible juicio

Gerardo Reyes, director del equipo de investigación de la cadena Univisión en Estados Unidos, así lo dejó plasmado en su libro Alex Saab: la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro. En una entrevista con El Nacional, el periodista señaló los puntos clave de la vida del colombiano, que está actualmente preso en Cabo Verde a la espera de una inminente extradición a Estados Unidos, en donde la justicia lo reclama por presunto lavado de dinero y otros delitos.

—El título de su libro sugiere que Alex Saab tenía poder en Venezuela. ¿Cómo un tipo tan común se posicionó tan bien en Miraflores?

—Alex Saab es un empresario colombiano que se convirtió en una especie de chacal financiero, de un operador internacional del gobierno de Venezuela, para burlar las sanciones económicas de Estados Unidos; al mismo tiempo se hacía millonario con los negocios que le encomendaba ese gobierno. Era una simbiosis muy utilitaria, pragmática, en la que el gobierno de Venezuela resolvía problemas urgentes y él se hacía millonario. ¿Cómo llegó a ese punto? Es una historia en la que se mezcla un fracaso personal en sus negocios, una gran suerte de encontrar a la única persona que tenía en esos momentos vínculos oficiales entre el gobierno de Venezuela y el de Colombia y, además, no hay que negarlo, tenía una gran habilidad por hacer negocios, limpios y sucios, en su afán por convertirse en un magnate instantáneo, un millonario de carrera.

—¿Qué tan fracasado estaba?

—Saab salió de Barranquilla en una situación deplorable porque había invertido un dinero para exportaciones ficticias a Venezuela y en ese momento el gobierno de Chávez congeló los fondos de Cadivi, no solamente para mortificar al presidente Álvaro Uribe, su enemigo histórico, sino porque tenía razones convincentes, según él, para pensar que varios empresarios colombianos estaban aprovechándose del caos de Cadivi para hacer exportaciones ficticias y quedarse con el dólares preferenciales. Entonces Saab, bajo presiones sociales —en Barranquilla se comenzó a rumorar que el hombre estaba en mala situación—, decide cortejar a la senadora Piedad Córdoba para que lo ayude a recuperar ese dinero a cambio de encargarse de sus quehaceres políticos y electorales, ayudarla con el transporte, a desplazarse, acompañarla en la campaña. Esa relación funcionó muy bien y Piedad Córdoba, por su propio interés, le prestó ayuda.

—Piedad Córdoba es una de las consentidas del gobierno venezolano. 

—Ella es la niña de la revolución bolivariana. Sabían que a través de ella se podían lograr contactos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que simpatizaban con el gobierno venezolano, y a través de ella también se pudo establecer un canal de retaguardia para comunicarse con el gobierno de Uribe, a pesar del distanciamiento. Eso en tiempo presente, y en tiempo futuro el chavismo estaba apostando a que ella podría ser la incursión en Colombia del socialismo en América Latina a través de la Presidencia. Ahí es cuando, no solamente se ponen de acuerdo Chávez y Maduro, sino que además, y aquí viene ese elemento de realismo mágico, consultan a la gran Yolba, una santera de La Pastora, en Caracas, para que ella, a través de sus contactos espirituales con el Libertador —ella es la médium oficial del Libertador—, consulte si es factible en el mundo de ultratumba que se sepa que ella va a ser presidenta y esta santera da el visto bueno, en voz del Libertador, frente a la senadora Córdoba, que estaba presente en esa sesión, y me lo confirmó en una entrevista que le hice para el libro.

En un par de semanas se puede ejecutar la extradición, afirmó Gerardo Reyes

—La figura de Hugo Chávez ha estado siempre muy ligada a la santería. Es interesante que incluso Piedad Córdoba haya participado en esos rituales.

—Ella incluso me aceptó que es santera, y que ha visto a Yolba en Cuba. Así que ahí se consolida todo: deseos terrenales y de ultratumba que apuntan a que esta señora tiene futuro para la presidencia de Colombia y es cuando logra finalmente conseguir que le paguen a Saab 30 millones de dólares que tenía congelados en Cadivi a cambio de, según algunos indicios que tenemos de una fuente cercana ella, de unas comisiones.

—¿Sabe cuánto habría cobrado Piedad Córdoba por esos presuntos favores?

—No tengo un aproximado, pero la fuente me dice que podría ser entre 5% y 10% que se cobraba, no solamente a Saab sino a otros empresarios que tenían también represados pagos en Cadivi. Piedad Córdoba no solamente se dedica a ser intermediaria de empresarios que tienen represados dinero en Cadivi. A ella también la buscaron empresarios que estaban muy temerosos de que Chávez les confiscara propiedades; entre ellos están Pedro Torres Ciliberto y Carlos Battistini, quienes tenían el temor de perder una compañía de vallas publicitarias y un canal de televisión. Ella también intermediaba con intereses personales económicos. Ambos expresan su interés en ayudar a Piedad Córdoba.

Cómo el chavismo ayudó a Alex Saab a convertirse en un magnate
Piedad Córdoba. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez

—Piedad Córdoba le abre las puertas del Palacio de Miraflores a Alex Saab. Hay un video, quizá el único, en el que se le ve firmando un contrato en Caracas, con Maduro presente. ¿Cómo consiguió que el chavismo le diera tanta confianza, al punto de hacer lo imposible por salvarlo de la extradición a Estados Unidos?

—Lo que me dicen las fuentes, y hay una cosa que se debe que tener en cuenta, es que se movía no solamente con Piedad Córdoba. En un momento dado, producto que a él le hacen un atraco exprés en Caracas, Piedad se preocupa por su seguridad y logra que Maduro, entonces canciller, le asigne a su secretario personal Williams Amaro como asesor de seguridad cuando Saab vivía en Caracas. Ese señor se vuelve como la sombra de Saab en Caracas después de ese atraco, y también Saab lo utiliza para buscar el acceso al gobierno. A esas alturas ya ha conocido a Tareck el Aissami, porque es uno de los que les presenta Piedad Córdoba, y se llevan muy bien por ser paisanos, hablan en árabe ambos y se llaman «primo»; también Tarek William Saab. Alex Saab es simpatizante de la causa palestina porque su padre era un apasionado e incluso se le llegó a investigar en Colombia por sus vínculos con los grupos considerados por Estados Unidos terroristas que apoyan la causa palestina. Eso le da también entrada a Saab esta identificación ideológica con la revolución.

Shadi Nain Saab, hijo mayor de Alex Saab, aparece en algunas de las sociedades que utilizó Saab por lo menos para los negocios del Comité Local de Abastecimiento y Producción

—¿Alex Saab se podía mover libremente por Caracas con un equipo de seguridad privado?

—Sí. Se hospedaba en una suite del hotel Meliá de Caracas, que se le había asignado a Piedad Córdoba para todo el proceso de conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que estaba promoviendo el presidente Chávez.

—Y, por supuesto, logró importantes enlaces con altos jerarcas del chavismo.

—Las fuentes dicen que, más que Maduro, su esposa Cilia Flores, empieza a identificar en la personalidad de Saab a un tipo hábil, pero, sobre todo, osado, que puede conseguir negocios y resolverle los problemas a la revolución bolivariana. Todo eso se va a mezclar y, en la próxima etapa, logra ganar el contrato de construcción de viviendas populares, que fue ese momento quedó grabado. Y el expresidente Juan Manuel Santos es como un invitado de piedra porque quienes debían estar ahí firmando todo, como protagonistas, debían ser los dos presidentes de cada país, y resulta que a quien anuncian como el representante del gobierno de Colombia no es el presidente, sino un tipo desconocido con una colita de caballo, a quien presentan como Alex Saab.

Con la ayuda de Piedad Córdoba y la intuición de Cilia Flores: el afán de Alex Saab por convertirse en un magnate y cómo lo logró con el chavismo
La única vez que se vio a Alex Saab en televisión fue en 2011, cuando firmó un contrato con el gobierno de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores. Ese sería el primero de muchos que lo ayudaron a posicionarse en la cúpula del chavismo. Captura de video

—Rusia e Irán son los principales países que han rechazado su detención en Cabo Verde. Eso sugiere que tiene mucha información.

—Las relaciones formales e informales son muy claras y fáciles de probar. De hecho, en el maletín que le confiscaron durante el arresto en junio de 2020 en Cabo Verde, había una carta que decía que Maduro no puede asistir, que está al frente de toda la crisis del covid, pero que confía en las buenas gestiones que haga Saab. Es una expresión de confianza directa en el empresario para que desarrolle una agenda bien apretada que tenía en Irak. Eso lo que refleja, en principio, las alturas en las que se movía Alex Saab, no era a nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores o de asesor, no. Era de la cúpula, porque son cartas enviadas a los ayatolás, uno al encargado del Ministerio Agricultura, al gran ayatolá de la Revolución Islámica para hacerle invitaciones y para acordar negocios de petróleo y de alimentos. Eso puede dar una idea de los secretos que tiene guardados Saab, de cómo operaba, después se le veía entrando a bancos de Rusia para hacer efectivo y monetizar las divisas que había obtenido con la venta del oro, que era llevado en sus aviones privados. Todos esos son elementos que sirven para demostrar esta gran alianza entre el alto gobierno de Venezuela y el empresario. A eso hay que agregarle que, después de acusado, él envió un emisario para hablar con los agentes federales encargados del caso en Estados Unidos y llevarles el mensaje —que los dejó a ellos extrañados, mirándose unos a otros, según una fuente— de que quería hablar con el presidente Donald Trump para contarle sobre los viajes suyos relacionados con Irán que podrían significarle la victoria en la reelección. De pronto le estaba dando una importancia desproporcionada a sus conocimientos sobre el gobierno de Venezuela. Pero eso da la idea de que Saab ha estado jugando en dos tableros. Uno con Venezuela, posando como el Robin Hood de la revolución bolivariana, como el gran salvador, y, por el otro lado, mandándole señales al gobierno de Estados Unidos, no solamente después de que fue encausado en el sur de Florida, sino antes, cuando lo estaban investigando, que se sentó a hablar con varios de los agentes, incluso con el fiscal del caso Michael Nadler, que ya renunció.

El gobierno de Venezuela ordenó grafitear el nombre y el rostro de Alex Saab como parte de una campaña que comenzó en Venezuela para intentar mejorar la imagen del empresario colombiano ante los venezolanos. Foto: Yuri CORTEZ / AFP

—Pero Maduro jamás lo ha mencionado. Y, si comparamos con un hecho vigente, cuando al Pollo Carvajal lo detuvieron en Aruba en 2014 por presunto narcotráfico Maduro lo denunció públicamente y hasta celebró cuando regresó al país.

—Creo que tiene que ver con el hecho de que quiere marcar una distancia aparente con el empresario que, según el gobierno, le salvó la economía de crisis en la que vive día a día Venezuela, pero no tengo ningún indicio de por qué, y es interesante lo que tú acotas, esa actitud de poca solidaridad con Alex Saab o por qué trata de protegerse y no hablar de él. No tengo mayor información que lo pueda explicar, pero parece convincente que a Maduro no le gusta hablar de personas que, por el hecho de reconocer su relación con ellos, pueda agravarse su situación ante los ojos de las autoridades de Estados Unidos, pero es una cosa tan evidente y tan directa entre ambos que es muy difícil ocultarla.

—¿Qué ocurrió con la denuncia en su contra en Estados Unidos por el caso Alex Saab? Un grupo de periodistas de Armando Info debió salir de Venezuela por un proceso judicial. Con nuestro sistema de justicia era muy difícil que pudieran hacer algo.

—Esa demanda fue el detonante del libro, como una invitación involuntaria de Alex Saab a que lo escribiera porque me demandó por un perfil que publiqué de él y de su compañero Álvaro Pulido, un narcotraficante convicto en Europa, una situación que nunca evaluó el gobierno de Venezuela, que le dio contratos a un narcotraficante que estaba tratando de comenzar una nueva vida. Esa demanda no prosperó, entre otras cosas, porque Alex Saab no puede venir a Estados Unidos porque le quitaron la visa en los años 90 por el lío de que encontraron los drogas en una caja de toallas que envió su compañía desde Barranquilla, aunque nunca lo acusaron de eso. Yo empecé a prepararme para el juicio en la corte estatal de Miami y encontré información muy útil y fuentes dispuestas a hablar de todas las aventuras de Saab y Pulido. La paradoja es que a unas cuadras de la corte hay mucha gente que conoció y trabajó con Saab. Ese material que en principio estaba recaudando para una eventual defensa en el juicio se fue convirtiendo en material del libro, hasta que llegó la pandemia y me dediqué a escribirlo. Esa demanda fue desestimada por el juez y lo mismo pasó con otra demanda contra mí por ser jefe en Univisión por otros artículos publicados sobre los abogados de Alex Saab.

En Alex Saab: la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, el periodista Gerardo Reyes cuenta, luego de una larga investigación, la impresionante evolución de Alex Saab. Foto: Gerardo Reyes

—Álvaro Pulido es la mano derecha de Alex Saab, también se le menciona en los contratos turbios que alcanzó en Venezuela. Parece que tienen mucho en común.

—Álvaro Pulido es, digamos, la persona que se vuelve como un maestro de Saab en los métodos para engañar al gobierno de Venezuela con las importaciones ficticias. Este señor había sido parte de una organización de narcotraficantes que exportaba cocaína desde Colombia hacia Europa y, por los documentos que encontré en su expediente en Italia, era una persona muy activa que estaba muy atenta a los detalles de los negocios. Él se encargaba no solamente de coordinar el envío de la droga, sino de todo lo demás, del lavado del dinero producto de la venta de esas drogas en varios países de Europa. Él es acusado en Italia y cuando Italia se entera de que cae en Bogotá, en ese momento, lo identifican como el jefe del cártel de Bogotá. O sea, que Saab era socio del exjefe del cártel de Bogotá de las drogas. Después cumple con una sentencia, sale y decide empezar una nueva vida, se puso un nombre falso, de una persona que ya había muerto en Estados Unidos, y conoce a Saab y ambos se entienden muy bien porque tienen un perfil psicológico de persona de poco hablar, taciturnos, pocos dados a la vida social, exuberante o por lo menos puertas afuera y empiezan a asociarse en varias compañías, y una de las que tengo conocimiento es el Fondo Global de Construcción, que fue la firma que se encargó del contrato de vivienda popular con el gobierno de Venezuela. Es un tipo enigmático que solamente habla más de lo necesario cuando le preguntan por las capitales del mundo, porque está muy orgulloso de que se las sabe de memoria.

Con la ayuda de Piedad Córdoba y la intuición de Cilia Flores: el afán de Alex Saab por convertirse en un magnate y cómo lo logró con el chavismo
Nicolás Maduro envió al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, el año pasado. En la misiva, el oficialista pidió ayuda para que Alex Saab obtuviera un envío urgente de 5 millones de barriles de gasolina

—¿Sabe cuánto dinero ha invertido el gobierno de Venezuela en la defensa de Alex Saab?

—No tengo cifras exactas, pero se deben calcular en millones de dólares, no solamente pagados al exjuez español Garzón, sino a la oficina de abogados en Washington que están defendiendo a Alex Saab en Miami.

—¿En cuánto se calcularían los ingresos de Alex Saab?

—Las autoridades calculan que los ingresos de Saab podrían sobrepasar los 1.000 millones de dólares, y las cuentas que hacen son aparentemente sencillas. El contrato de vivienda popular costó un poco más de 300 millones de dólares; a eso hay que agregarles los contratos de alimentos y, sobre todo, los de minería, de exportación y monetización de los lingotes de oro, así que podemos hablar de que pasan de los 1.000 millones de dólares.

—¿Qué otros temas clave toca en su libro?

—Hablo de cómo fue su juventud, también de su padre, un inmigrante libanés que llegó a Barranquilla a finales de los años 50 con 30 dólares en el bolsillo; llegó porque en Líbano había comenzado estudiar las grandezas geográficas y las riquezas de Colombia y, contrario a las sugerencias de su padre, que le dijo que se fuera para Estados Unidos, Saab insistió, incluso llegó a parar en Caracas, después a Cartagena y de ahí se fue a Barranquilla a vender textiles. Ese es otro punto. En todo esto, para mí lo más importante es con el libro dar explicaciones de las cosas negativas, positivas, los matices que forjaron a un personaje como este, por el que nadie daba un peso en Barranquilla y que un año después llegó en avión privado, con nueva esposa —una modelo despampanante—, y se instala en un edificio en donde tiene un penthouse Shakira como para demostrarle a esa sociedad barranquillera que no era un fracasado.

La justicia italiana incautó en 2019 lujosos bienes que el empresario colombiano tenía junto con su esposa Camilla Fabri y que habrían escondido en ese país

—Hay información que señala que Maduro conversó con el padre de Alex Saab.

—De eso me enteré a través de un periodista de Barranquilla que entrevistó al padre de Alex Saab, dijo que había tenido una conversación muy solidaria con el presidente Maduro y que se identificaba con él y que era madurista. Él siempre se caracterizó por un discurso antiamericano, tanto por las malas experiencias que tuvo como por ser simpatizante de la causa palestina. Me imagino que tenía razones para odiar al imperio.

—Falta poco para que se ejecute la posible extradición a Estados Unidos. ¿Qué puede pasar después? 

—Saab afronta un panorama bastante difícil ante la justicia de Estados Unidos. Los agentes federales han recabado muchos testimonios y documentos que pueden hacerle difícil enfrentar a la Fiscalía; y las estadísticas en este país indican, sobre todo en este tipo de juicios, que la gente tiene pocas probabilidades de ganar. A eso tienes que agregarle que el gobierno de Estados Unidos ya le hizo saber también que su hijo mayor podría ser encausado, eso se convierte en una carta de negociación para forzarlo a que negocie o a que se declare culpable. No digamos que de todos los cargos que están en la acusación original, sino de uno o dos que le podrían significar 10 o 20 años de prisión, así que de lo que él sepa y lo que va a contar por ahora no nos vamos a enterar porque eso sería completamente confidencial. Solo podríamos saberlo en voz de la Fiscalía, si él decide seguir el consejo de presentarse en el juicio.

Con la ayuda de Piedad Córdoba y la intuición de Cilia Flores: el afán de Alex Saab por convertirse en un magnate y cómo lo logró con el chavismo
Cilia Flores, afirmó Gerardo Reyes, descubrió la habilidad de Alex Saab para hacer negocios y la capacidad resolverle los problemas a la revolución bolivariana. Foto: Cristian Hernández / AFP

—La ficha clave de su hijo, ¿en qué estaría involucrado?

—El hijo de Saab (Shadi Nain Saab) aparece en algunas de las sociedades que utilizó Saab por lo menos para los negocios del Comité Local de Abastecimiento y Producción. Él empezó en Hollywood soñando con ser estrella. Aparece en una de esas sociedades y eso lo puede emproblemar. Recuerda además que él iba en el avión con su papá cuando fue arrestado, de manera que tiene conocimiento de lo que estaba haciendo y ya solo esa participación y en el entramado lo pone a las puertas de un encausamiento, como puede ser el caso también de Piedad Córdoba.

—A parte del hijo, de Piedad Córdoba y de Álvaro Pulido, ¿hay otras personas clave que pudiesen tener mucho peso en este caso?

—Sí, hay un abogado colombiano que juega un papel un poco paradójico que se llama Abelardo De La Espriella. En un momento dado, una de las abogadas de su oficina legal es contactada por un patrullero, de nombre Eddie Pinto, quien le dice a la mujer que es el encargado de interceptar las llamadas de Alex Saab, sus hermanos, un asesor legal y otras personas de su organización por solicitud de la DEA, que estaba investigando a Pulido porque parece que estaba otra vez en los negocios de narcotráfico y se encontró el nombre de Saab. El caso es que este abogado le regaló a su asistente un celular para dedicarlo a las comunicaciones directas entre ella y el patrullero para conocer todos los detalles que él tenía. No hay claridad de lo que estaba pidiendo él.

Cómo el chavismo ayudó a Alex Saab a convertirse en un magnate
El abogado Abelardo De La Espriella logró sacar información a un policía sobre el caso de Alex Saab en Colombia y lo libró de ser detenido en un procedimiento para capturarlo

—Ellos lo acusan de extorsión. Lo que sí es cierto es que había una operación para arrestar a Saab y sus colaboradores en Barranquilla, pero no encontraron a ninguno porque la oficina de su abogado ya tenía el aviso de que la operación se iba a llevar a cabo. Y fue un fracaso, un fiasco, del cual toma nota Estados Unidos porque no hubiese pasado por todas esas vicisitudes de Cabo Verde si este señor Abelardo De La Espriella no le hubiera dado el pitazo a su gente. Presentó la denuncia de la supuesta extorsión de Pinto 20 días después de que le habían sacado información y cuando ya había fracaso la operación de allanamiento y de arresto en Barranquilla. Ese señor debe estar en este momento un poco nervioso porque, si él logró eso en Colombia y teniendo en cuenta que esa investigación tenía el respaldo y la participación activa de la DEA, no tendrá que responder solo a las autoridades colombianas, sino también a las de Estados Unidos. Este fue el abogado pidió la muerte de Maduro, a pesar de que su principal cliente recibía dinero de él. Una cosa bien paradójica.

—Cuál es su análisis sobre el sistema judicial de Cabo Verde, que no ha cedido ante las presiones del gobierno de Venezuela.

—Cuando uno estudia los fallos de la justicia de Cabo Verde refleja primero que tuvieron mucha paciencia, tolerancia y flexibilidad al aceptar todos los argumentos de la defensa para estudiarlos; el argumento de que este señor tenía un papel diplomático y de que entonces tiene inmunidad, el argumento de que la orden de captura no estaba vigente al momento en el que se produce la detención. Ellos se tomaron el tiempo para estudiarlo en todas las instancias, llegó incluso a un Tribunal Constitucional; la extradición ya estaba aprobada, lo que el Tribunal Constitucional tenía que hacer era fallar si en todo el proceso hubo violaciones a la Constitución. Creo que refleja laboriosidad y es una actitud que, tengo entendido, el gobierno de Estados Unidos aplaude, porque ellos tampoco estaban presionando. La actitud del gobierno federal era de que se surtan todos los trámites, que se presenten todos los recursos, demandas y contrademandas para que cuando lo traigan acá Saab esté limpio y libre de cualquier duda jurídica. Así que creo que todo eso quedó aclarado. Ahora Garzón, en España, dice que todavía la historia no ha terminado. No sé qué otros recursos puedan presentar, pero mis fuentes acá me dicen que en un par de semanas se puede ejecutar la extradición.

@Luisdejesus_