A partir del próximo 1 de octubre Venezuela entrará en un nuevo proceso de reconversión monetaria. El mismo es conocido en la literatura económica como «redenominación» y su implementación busca cambiar el valor nominal de los billetes o monedas en circulación. Esta medida suele tomarse cuando existe un proceso inflacionario en curso, en donde ya las cifras contables se hacen inmanejables para las personas y empresas, o cuando simplemente se sustituye una divisa por otra, para comenzar de cer0″. Así lo indica Torino Economics, la unidad de investigación de la consultora financiera Torino Capital en su más reciente informe sobre Venezuela.
En este sentido, Torino Economics mencionó que, durante las dos últimas décadas del siglo XX, la economía venezolana había experimentado episodios persistentes de inflación, pero nunca había ameritado una redenominación, si bien existió la tentativa para hacerlo e incluso planes inconclusos.
Pero, las medidas adoptadas se limitaron a la introducción de nuevas piezas monetarias, destinadas a facilitar el intercambio comercial y el resguardo monetario del bolívar (moneda que se implementó como moneda de uso legal desde 1879).
Bolívar Fuerte
No obstante, desde su llegada al poder a comienzos del siglo XXI, Hugo Chávez, solicitó a su equipo económico que se hiciera un estudio para evaluar la redenominación de la moneda, puesto que consideraba que había perdido mucho valor en los últimos años.
En 2006 se adelantó la implementación de la referida redenominación de la moneda local que finalmente se implementaría a partir del 1 de enero de 2008.
«Entre las bondades que el gobierno de Chávez promocionó acerca de la redenominación de la moneda local y que tuvieron mayor repercusión entre la ciudadanía era que la medida, si bien formalmente no implicaba un cambio de valor del bolívar, implicaría la reducción y estabilización de los precios», indicó Torino Economics.
Y recordó que Chávez dijo en una alocución en julio de 2007 que «la medida es pertinente en Venezuela en virtud de la fortaleza de la economía nacional, al tiempo que sirve de punto de partida para un giro en la histórica lucha contra la inflación. El objetivo de la reforma es reducir la inflación a 1 digito anual».
Finalmente, el nombre de la nueva moneda fue «Bolívar Fuerte», por medio de la cual se redujeron tres ceros con respecto al anterior bolívar.
Sobre esto último, Torino Economics recalcó que el proceso de reconversión tuvo el tiempo necesario y suficiente para que la población dejara de usar el antiguo cono monetario y se sustituyera por el nuevo, sin contratiempos reales.
No obstante, la consultora financiera señala que los objetivos planteados en la reconversión no fueron alcanzados. La inflación acumulada entre 2008 y 2017 fue de 5.700%, «algo nunca visto en el país», por lo que prontamente se recurrió a la introducción de nuevas piezas monetarias, para alargar la vida de ese cono monetario. Lo que sin embargo, fue solo un paliativo temporal que terminó siendo ineficaz.
Bolívar Soberano
«Por ello, la administración de Nicolás Maduro tuvo que recurrir a una nueva reconversión, encendiendo las alarmas sobre el pobre desempeño económico, que ya había hecho impacto en el poder adquisitivo de los venezolanos. El país había pasado del terreno de la inflación persistentemente alta a un escenario de hiperinflación», señaló Torino Economics.
De esta forma, la inflación registró una aceleración mayor que la emisión de billetes, lo que los inutilizó, incrementó su escasez e hizo necesario que se planteara una nueva reconversión.
Así, la nueva redenominación del Bolívar, que finalmente tuvo lugar en agosto de 2018, fue incluso más agresiva que la anterior, buscando eliminar cinco ceros al cono monetario de ese entonces y crear una nueva moneda denominada esta vez «Bolívar Soberano».
A diferencia de la anterior reconversión, se hizo de forma accidentada y en un corto periodo de tiempo. Se anunció el 22 de marzo de 2018 y se comenzó a implementar el 20 de agosto de ese año.
El lapso para el acoplamiento entre la fecha estimada para recoger los billetes y la impresión de nuevos billetes en cantidades suficientes no fue el más adecuado.
Otros inconvenientes fueron la distribución de las piezas en el sistema bancario y la puesta a punto de los cajeros automáticos para la provisión de los billetes, cuestiona Torino Economics.
Entre los puntos que se destacan de esa reconversión con respecto a la anterior fue la elección del mes de agosto para adoptar la nueva divisa, cuando la anterior se hizo el 1 de enero de 2008, tiempo en el cual se iniciaba un nuevo año fiscal.
«Adoptar la medida en medio del año comercial, calendario y fiscal, implicaría, necesariamente, que para efectos tributarios y corporativos las empresas debían llevar una contabilidad dual hasta el cierre de sus años comerciales, en su mayoría el 31 de diciembre de 2018, pero en algunos casos el 31 de marzo de 2019», indicó.
Pero la medida más controvertida y que originó toda una serie de especulaciones fue la adopción de una nueva unidad monetaria, conocida como el Petro.
Bolívar Digital
Así, luego de tan solo tres años de adoptar esta medida Venezuela muestra nuevamente la necesidad de llevar a cabo una tercera redenominación en su signo monetario, cuando la economía venezolana está próxima a registrar la hiperinflación más extensa de la historia, siendo superada solo por el caso de Nicaragua.
«Si bien comienzan a observarse señales de desaceleración del ritmo de la hiperinflación, sigue representando una gran pérdida del poder adquisitivo para aquellos hogares cuya principal fuente de ingresos se mantiene en la moneda local, generando a su vez problemas transaccionales para cubrir montos de baja denominación -como el pago del transporte público-, así como problemas en la capacidad del procesamiento contable de los sistemas bancarios», señaló la firma.
Esta reconversión, ha sido ampliamente esperada, sin duda, por muchos agentes económicos, en un entorno donde la demanda por la moneda nacional es cada vez menor.
Sobre este tema, el ministerio de Comunicación e Información procedió a anunciar la tercera reconversión monetaria el pasado 5 de agosto, para ser implementada en menos de 2 meses, el día 1 de octubre de 2021, apenas a un mes de las elecciones regionales y locales previstas para el domingo 21 de noviembre, explicó la unidad de investigación de Torino Capital.
Dolarización y ambiente multimoneda
Y continuó señalando que tras 44 meses en hiperinflación y en medio de un gran número de distorsiones económicas, entre las cuales destacan un elevado déficit fiscal financiado desde el Banco Central, tuvo lugar el levantamiento de las penalizaciones sobre las transacciones en divisas en 2019, llevando a la economía venezolana a un contexto «multimoneda», donde no sólo destaca la presencia del dólar sino también de criptomonedas, e incluso de oro como medio de pago en las zonas mineras del país.
Asimismo, se ha registrado una reducción significativa del uso de las monedas y billetes en las transacciones, iniciando así una migración hacia el «Bolívar digital», siendo esto una de las premisas centrales de esta nueva reconversión monetaria planteada por el gobierno de Maduro.
Así, la mayor parte de las transacciones en bolívares se realiza a través de transferencias bancarias, operaciones P2P o C2P (servicios de mensajería financiera local), o uso de tarjetas de débito.
«Adicionalmente, la banca comercial ha migrado gradualmente hacia la apertura de cuentas en divisas, así como cuentas en bolívares indexadas a la tasa de cambio oficial», indicó Torino Economics.
Por otra parte, Venezuela se encuentra entre los primeros tres países con mayor volumen de transacciones en Bitcoin, así como otras criptomonedas tales como el DASH, Ethereum, entre otros. Por su parte el petro, iniciativa de criptomoneda impulsada por el gobierno, parece estar limitado a solo ser una unidad de cuenta para operaciones con el sector público.
Recientemente, en mayo, Maduro decidió autorizar el cálculo de las prestaciones sociales de la administración pública en petros, como una medida para defender «el valor real de las prestaciones sociales», indicando además que «estudia emparentarlo con las pensiones y luego con lo demás. El petro vale».
A su vez, en una reciente entrevista otorgada por Maduro a la agencia Bloomberg, señaló que «Venezuela creó una criptomoneda, el petro, junto con un sistema operativo de criptomonedas a nivel mundial, lo que ha permitido a muchas personas realizar comercio nacional e internacional y ha abierto una ventana a los consumidores de Venezuela».
Si bien la «dolarización transaccional» ha dinamizado el sistema de pagos en Venezuela, en medio de una tendencia a la reducción de la tasa de crecimiento hiperinflacionaria, aún el poder adquisitivo promedio de los venezolanos se encuentra significativamente rezagado en términos del acceso a los bienes de consumo básico, añade Torino Economics.
Reconversión monetaria y nuevo ciclo electoral
La firma resaltó que Venezuela se encuentra en medio de otro ciclo electoral: «En esta ocasión, están previstas las elecciones de alcaldes y gobernadores para el próximo 21 de noviembre. Respecto a los últimos procesos electorales, cuestionados en su legitimidad no solo por la oposición política sino por la comunidad internacional, en esta oportunidad el gobierno de Maduro ha otorgado mayores concesiones»
Así, la autoridad electoral presenta una nueva correlación de fuerzas, con la presencia de dos rectores (de cinco en total) vinculados con factores de la oposición. Asimismo, se ha invitado a la Unión Europea como observador de estas elecciones, lo cual, de concretarse, podría brindar mayor confianza al proceso, y traducirse en una mayor participación tanto de partidos políticos como de electores.
Sin embargo, Torino Economics insistió en que si bien es necesario el diálogo político para alcanzar un acuerdo nacional que promueva, entre otras iniciativas, la realización de elecciones en condiciones aceptables, ello no resultará suficiente para consolidar un escenario de recuperación económica.
En este contexto, tendría lugar una nueva reconversión monetaria, cuyo impacto y duración dependerá de la implementación de un conjunto de políticas de carácter monetario y fiscal, basadas en la reducción del gasto público, con el fin de reducir la financiación del déficit fiscal a través del Banco Central, fuente central de la hiperinflación.
No obstante, el equipo de Torino Economics considera que al menos durante el transcurso de este nuevo ciclo electoral, las medidas de política fiscal y monetaria necesarias para revertir la hiperinflación estarán relegadas en favor del gasto fiscal pro-cíclico, lo cual contribuirá al mantenimiento de las presiones inflacionarias y, con ello, a restar tiempo de vida al nuevo cono monetario que entrará en vigor en Venezuela a partir del 1 de octubre.
Enfoque de Torino Economics
«La redenominación monetaria es una medida necesaria, pero no suficiente, ante entornos de inflación persistente o hiperinflación, ya que contribuye a facilitar los pagos entre los distintos agentes económicos, así como la contabilización de dichas transacciones», indicó la firma.
Sin embargo, enfatizó que esta nueva redenominación monetaria debe ir acompañada de medidas de política fiscal y monetaria que contribuyan conjuntamente a eliminar la hiperinflación, cuyo origen se basa, fundamentalmente, en el financiamiento del déficit fiscal por parte del Banco Central, así como en la importante contracción de la capacidad productiva del país, tras siete años consecutivos de recesión.
«Con el surgimiento de la dolarización de facto experimentada en Venezuela en los últimos años, se ha producido una dinamización de las transacciones comerciales y financieras que ha paliado parcialmente las consecuencias del colapso del sistema de pagos sobre la población. Sin embargo, sin la adopción generalizada y ordenada de un esquema multimoneda que permita a los venezolanos realizar transacciones en bolívares y dólares, e incluso criptomonedas, difícilmente esta nueva reconversión monetaria tendrá un efecto de largo plazo», advirtió.
Asimismo, concluyó que la adopción del «Bolívar Digital» debe basarse en la mejora de la conectividad y de los servicios de internet en el país, lo que parece una tarea ardua en un contexto de obsolescencia tecnológica y de crecientes necesidades de inversión en el sector de las comunicaciones.
con información de Banca y Negocios