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El bloqueo en Internet: La mano de la censura “sin responsables”

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Este lunes 22 de julio ocurrió la peor jornada para la nueva modalidad de censura en Venezuela. Ocurrió el número más grande de bloqueos en Internet de sitios web informativos. Nadie asume responsabilidad en esta práctica restrictiva, mientras que la ciudadanía pierde acceso a la información diversa en un contexto clave, estando en vísperas de unas significativas elecciones

Andrés Cañizález/El Estimulo

En marzo pasado, cuando el proyecto “Venezuela Sin Filtro”, de la organización Conexión Segura y Libre, hizo un balance de lo que había ocurrido durante 2023 e inicios de 2024, daba cuenta de al menos 51 medios de comunicación bloqueados y la misma suerte había corrido otros 14 sitios con contenido de crítica política.

La práctica de los bloqueos obedece a instrucciones telefónicas que reciben las empresas proveedoras de Internet en Venezuela, según ha confirmado a El Estímulo un alto ejecutivo que por razones obvias pide que no se revele su nombre. Es una orden escueta y directa: “Me tumbas a …” y en cuestión de minutos esa empresa les impide a sus usuarios que accedan al sitio web crucificado por esa comunicación informal de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL).

El usuario, por lo general, no entiende lo que ocurre y hasta puede pensar que es una falla técnica del medio de comunicación. Ahora además de medios de comunicación, a la lista de sitios web bloqueados se han sumado iniciativas que combaten la desinformación, así como portales en Internet de organizaciones que defienden el derecho a la información.

No existen directrices escritas y nadie asume el costo político de lo que es en realidad una práctica de censura, se le censura contenido a la ciudadanía. Tal cosa, de por sí grave y reñida con lo que dice la constitución nacional, que junto a la libertad de expresión señala que todas y todos tenemos en Venezuela el derecho de acceder a información libre y plural.

Y es peor, sin duda, que tal cosa ocurra a pocos días de las elecciones, como lo que se registró este 22 de julio, cuando junto a otros sitios informativos de Venezuela fue bloqueado el acceso a la web de El Estímulo.

Desde Madrid, saliendo de la pandemia de la COVID-19, tuvimos una inusual confesión empresarial de parte de Telefónica de España, que en su informe de transparencia 2021, admitió también ser parte de esta política de censura que se lleva adelante en Venezuela. La empresa española reconoció haber bloqueado el acceso a sus usuarios de 27 dominios web dentro del país, en aquel año. No hay datos más recientes de esta empresa que en Venezuela es propietaria de Movistar.

Cuando se cierra un medio de comunicación, especialmente con la razzia que se ha vivido en el sector radiofónico, ya que más de 200 emisoras han sido clausuradas según los registros de Espacio Público, allí se presentan unos funcionarios (usualmente de CONATEL), en compañía de efectivos de la Guardia Nacional, como para que quede claro de que la cosa va en serio. En todo caso hay un ente responsable del cierre. Se levanta un acta donde se deja en constancia la presunta infracción y se abre un período de apelaciones, que por cierto ningún radiodifusor venezolano ha logrado ganar en dicha instancia.

Los bloqueos, en cambio, tienen un costo político menor o casi nulo para las autoridades. No hay ninguna orden escrita, nadie se hace responsable, y los proveedores de Internet, especialmente las empresas telefónicas como Digitel o Movistar, dependen de muchos permisos oficiales para sus operaciones, así que han optado por no molestar al gobierno.

Estas empresas, y otras más del sector, cuando se recibe la llamada para bloquear un portal informativo, sencillamente ejecutan la orden oficial sin chistar.

El bloqueo en Internet, este 22 de julio, no sólo fue grave en número, un total de 6 en un solo día (10 desde que comenzó la campaña a inicios de julio) sino que también simboliza una jornada con un mensaje claro de quienes ordenan la censura en Venezuela: el sitio web de Venezuela Sin Filtro, que viene documento esta práctica, también resultó bloqueado.

Andrés Cañizález

Andrés Cañizález