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Dirigente petrolero: Los trabajadores venezolanos estamos entre la espada y la espada

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Texto y fotos: Vanessa Davies

«Cuando los trabajadores denuncian la corrupción simplemente los meten presos, son perseguidos, se les amenaza y se les dice que son agentes de la CIA», explica José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela y miembro de la Corriente C-Cura

Ha sido la industria petrolera el epicentro de la «cruzada contra la corrupción» del gobierno venezolano. Al menos, en las palabras. En los hechos la situación es otra, a juicio de José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela y miembro de la Corriente C-Cura.

«Los trabajadores, como todos lo sabemos, no tenemos nada que ver con la corrupción. Todo lo contrario. En reiteradas ocasiones hemos denunciado la corrupción, hemos presentado informes. Ahora, cuando los trabajadores denuncian la corrupción simplemente los meten presos, son perseguidos, se les amenaza y se les dice que son agentes de la CIA», aseveró Bodas en conversación con contrapunto.com.

El dirigente gremial participó este jueves 25 de mayo en el piquete de protesta en plaza Caracas, a pocos metros del Ministerio del Trabajo. En ese contexto contó que varios trabajadores «han creído en el discurso del gobierno de la supuesta lucha contra la corrupción, denuncian y, cuando denuncian, se los llevan presos. No es un caso aislado; es sistemático». Cita, entre otros, los ejemplos de Guillermo Zárraga, Chirinos y Aryenis Torrealba: «Son entre siete y ocho trabajadores».

A otros, cuando denuncian, los jubilan. «Esta es la realidad que tenemos».

Bodas contrasta el discurso sobre los presidentes de Pdvsa, calificados como revolucionarios y tratados como intocables, con las denuncias de los trabajadores. «Está pasando igual. Los trabajadores hemos denunciado todo lo que está ocurriendo: gasolina, importación de repuestos, sobreprecio en los repuestos, falta de equipos», enumeró. «Se dice que se utiliza una gran cantidad de dinero, lo dice el gobierno, y cuando ves todo es chatarra, de mala calidad, repuestos usados».

Recuerda que el control de los barcos debe estar en un sistema que registra la embarcación, su nacionalidad, capacidad, días en muelle y carga. «Todo eso debe estar electrónicamente, pero desde la pandemia es manual y sigue manual. Eso se presta para la corrupción». Para el dirigente «lo doloroso, lo criminal, es que hay personas muriendo en este país por falta de medicamentos, no se garantizan los alimentos», la red de salud pública «está destruida, también las escuelas y los salarios».

«En ese país que estamos viviendo, que lo vivimos en carne propia, resulta que fácilmente hablan de 3 mil millones de dólares, de 10 mil millones por las criptomonedas, de 20 mil millones por las cuentas por cobrar: no hay cifras, realmente. Dicen que cuando la gente tiene plata no sabe cuánto tiene, y dicen que cuando hay corrupción no se sabe cuánto han robado. Así está Venezuela. Se normaliza la corrupción. Es un vil robo a los niños, a los ancianos, a las futuras generaciones», subraya Bodas.

Mientras hay corruptos «tenemos a los trabajadores que trabajan los 365 días, las 24 horas, y con un sueldo promedio de 12 a 15 dólares mensuales de acuerdo con la clasificación y lo demás son bonos, lo que viola la ley orgánica del trabajo». Pagan por el servicio de salud Sicoprosa pero no lo reciben, deploró.

También está pendiente la discusión de la contratación colectiva: «19 meses que está vencida la convención colectiva en Pdvsa».

Bodas analiza que corrupción «no es solamente porque se robaron el dinero» sino porque «no dan la posibilidad de vivir como un ser humano al pueblo». Con la nueva directiva de Pdvsa «no ha cambiado nada» para el trabajador porque sigue cobrando bonos y sin contrato colectivo, «las condiciones de trabajo son iguales, el comedor no está funcionando, los implementos para proteger la vida de los trabajadores no los entregan con la regularidad pertinente».

No es posible, reitera, que el gobierno pague deuda externa, adquiera armamentos y esté preparándose para la guerra cuando nos estamos muriendo de hambre. Aquí no se garantiza la comida, no se puede comprar un medicamentos. Entonces, ¿qué se quiere? Con las balas no se come, con los fusiles no se come; se come con alimentos».

Solo el pueblo unido en la calle logrará derrotar «el paquetazo» del gobierno nacional, considera. Derrota sería «que se discutieran las contrataciones colectivas, que el salario sea igual a la canasta básica, que se invirtiera en salud».

Bodas propone una industria petrolera «sin trasnacionales, pero sin trasnacionales norteamericanas pero tampoco las chinas o las rusas; la necesitamos dirigida por los técnicos venezolanos, por los trabajadores. Se dice que el petróleo es de los venezolanos, pero es un dueño muy particular, porque nadie les entrega cuentas, se está muriendo de hambre y tiene las reservas más grandes de petróleo, no tiene acceso al agua, no tiene acceso a la energía eléctrica. Retrocedimos 100 años. La Chevron está haciendo lo que hacían con Juan Vicente Gómez; retrocedimos 100 años en este país».

Respeta a quienes se marcharon de Venezuela e insiste en que también son valientes los que se quedan. «Los que quedamos tenemos que luchar por un cambio. No estamos entre la espada y la pared; estamos entre la espada y la espada. No hay otra posibilidad; es luchar o quedar de rodillas a esperar la muerte»

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