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Crónica de una muerte anunciada. Por Claudio Zamora

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Hasta ayer me sentía como el loco predicador que con su parlante anuncia el fin del mundo y pide a los feligreses que se arrepientan de sus pecados. La gran diferencia es que yo no lo hacía sobre un hecho hipotético e impreciso, sino sobre un acontecimiento que tenía fecha exacta, 21 de Noviembre fecha escogida para un nuevo fraude a lo que en apariencia queda de la democracia venezolana. No soy adivino, tampoco pitoniso, pero tengo incontables artículos anteriores que pueden ser corroborados por mis consecuentes lectores de las redes, periódicos y revistas digitales anunciando este desastre, lo que debo igualmente confesar es que me quede corto y loco. Si bien vaticinaba que el oficialismo arrasaría en estas elecciones sin necesidad como en otras elecciones de robar muchos votos por la sencilla razón que implosionaron a la oposición en el estricto sentido del término, una implosión es desde adentro y eso fue precisamente lo que hicieron, penetraron la interioridad de las organizaciones opositoras, le arrebataron los símbolos, le apresaron su dirigencia más representativa, le entregaron con ayuda del cómplice TSJ estas organizaciones a dirigentes afectos al régimen y los cuales tenían pactos secretos con el mismo, los dividieron y redujeron a su mínima expresión, por otro lado sin ningún tapujo desmotivaron a la mayor parte de la población entre la cual me encuentro, para que no votaran, a sabiendas de que tenían el triunfo asegurado no por contar con el favor popular, sino por tener tanto ventajismo que cualquier pelea sería tan desigual como una partida de futbol entre Cristiano y el maestro Tavares. En ese escenario existe un ínfimo pero representativo porcentaje de población que te garantiza los votos para la permanencia, son esos funcionarios públicos a los cuales le exigen incluso un capture de la pantalla de la mesa de votación, los miembros de la FFAA, la reserva, los milicianos, los becados de las misiones, las madres del barrio, los dirigentes de concejos comunales, ubch y todas las organizaciones creadas para vivir de las dadivas del gobierno y obtener unas escasas gotas de las ubres del estado. En lo que me quede corto fue en la mezquindad de sus premios de consuelo, había vaticinado la entrega por el gobierno de algunas gobernaciones y me atreví a señalar a Cojedes, Barinas, Yaracuy y Amazonas como unas de ellas, sólo acerté con Cojedes a la que se le suma Nueva Esparta y Zulia comprendiendo sólo ahora la macabra jugada del gobierno, estos últimos Estados han sido epicentro de todo tipo de problemas, por lejanía, insular una de ellos, son estados que padecen días y semanas sin servicios de agua, luz, comunicaciones, son fácilmente aislados en caso de conflicto uno por mar otro por sólo un puente, son fronterizos, no producen casi nada, uno era emporio petrolero, el otro centro turístico, parecen pueblos abandonados y requieren gruesas inversiones para que medio funcionen, inversiones que el gobierno central manejara a su antojo para ahogarlos cuando desee y nombrarles su “protector” como es su costumbre. Pero lejos de estos análisis y volviendo a nuestra “tragedia optimista” ¿Qué hacer el día después? Pienso como muchos que la salida a nuestra crisis no puede estar en los pasos fronterizos y aeropuertos, creo que es el momento de aglutinar al sector serio y responsable de la oposición que advirtió como lo hicimos unos cuantos este desastre, fijar una agenda única, trabajar por el referéndum revocatorio presidencial para el 2022 y extirpar este cáncer de raíz, no sin antes sacar de la caravana a los vendidos y fariseos que le hicieron el juego al gobierno participando como falsos opositores y hoy riendo de la candidez de sus escasos seguidores que volvieron a creer en sus vacías promesas de redención, esos son mucho peores que los mismos del gobierno, porque se escudan detrás de la cobardía y la traición. Yo, Sigo anidando esperanzas y ¡¡eso no me arrebata nadie¡¡ Tengo esperanzas al menos de un tibio comunicado de la UE en donde diga que no voto ni el 20% de los señalado por el gobierno y que los centros de votación parecían un cementerio a medianoche, pero a lo mejor es mucho pedir. Seguiremos conversando. [email protected]