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Celebrando el fracaso | por Claudio Zamora

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A este gobierno no podemos pedirle más en cuanto a exigencias se refiere, como al niño flojo y holgazán que todos los años repetía de año en el colegio, pretende que le celebremos los diez del boletín de calificaciones (Nota mínima aprobatoria en Venezuela) como un gran acontecimiento, la excelencia y los meritos se han ido borrando por propia imposición gubernamental, desde la eliminación de pruebas de aptitud académica para la educación superior, hasta la prohibición de reprobación de los alumnos en la básica y media, banalizando el esfuerzo y el conocimiento y tratando de democratizar los estudios para nivelar al malo, regular y al bueno con el mismo rasero. Desde las más altas esferas vemos a diario los gazapos en el pie de imagen en las televisoras oficiales, declaraciones de personeros empezando por el Presidente y Ministros, redacciones de periódicos o comunicados oficiales, se ha democratizado la mediocridad y la ignorancia, lo peor es que se exhibe y promueve con orgullo y desfachatez. Sólo ayer ocuparon los medios oficiales que son todos, para Celebrar los 31 años del Fracasado Golpe militar de 1992 que marco el inicio de la procesión hacia al despeñadero en la cual nos encontramos y que han sumido al país en la peor crisis política y social desde la Independencia. Celebrar y Conmemorar parecen sinónimos pero no lo son, se celebran acontecimientos alegres, triunfos, victorias, logros, éxitos y se conmemoran para recordar fechas memorables independientes de su resultado. En Europa se conmemora el fin del Holocausto, de las Guerras Mundiales, La Caída del Muro,

En Argentina Las Malvinas etc, Los fracasos se pueden conmemorar pero nunca celebrar a excepción como siempre, de Venezuela. Un Golpe Miliar donde se acribillo a mas de 40 personas entre civiles, militares y policías, y no se pudo lograr los objetivos, donde el líder rebelde se entregó mansamente ante las cámaras de televisión y ordenó la rendición incondicional de los otros grupos que si habían logrado sus objetivos, no tiene ningún motivo para celebrar, donde algunos colaboradores fueron apresados debajo de una cama orinados del miedo o tratando de huir disfrazados de mujer, no puede ser motivo de heroicas celebraciones. Esto es por el lado subjetivo o desde el punto de vista de los actores del proceso. Desde el punto de vista objetivo o de resultados como génesis de un movimiento, el balance es mucho peor, con sólo decir que ha fracturado la nación y ha obligado a huir del país a casi un tercio de la población es aval idóneo para reprobar el examen de suficiencia, pero si a eso le añadimos la destrucción del aparato productivo, la pulverización de todos los índices de desarrollo en cuanto a nutrición, desarrollo, educación, vivienda, salud, vialidad y todos los que se puedan estimar, si valoramos que nos encontramos en el fondo de las tablas mundiales en índices de corrupción, salario mínimo, alfabetismo, ingresos per capita, seguridad, beneficios laborales, libertad de expresión y muchos otros, no podríamos menos que vestirnos de negro con cirios encendidos y salir en caravanas fúnebres a conmemorar el pasaje más gris de nuestra historia republicana, pero un gobierno que a falta de triunfos celebra los fracasos, donde un golpe fallido es lo mejor que tienen en la alforja de guerras y la única batalla vencida fue la masacre televisiva a Oscar Pérez, un héroe romántico que tenia horas pidiendo clemencia y que se había rendido de manera pública y notoria, con todo eso fue pulverizado con un lanzacohetes ante la mirada atónita de todo un país. El 4 de Febrero es crónica de un fracaso por cualquiera de las aristas donde se enfoque y sólo lo celebran quienes nunca han saboreado un triunfo ni de manera indirecta. El Convaleciente, se alegra cuando respira. Coincidencialmente a nivel internacional se conmemora en esta fecha La Lucha contra el Cáncer , algún mensaje subliminal debe tener de trasfondo. Seguiremos conversando. [email protected]