Capital de Bolívar siente exigua Onda Tropical 41 y se caen puentes, desbordan ríos e inundan sectores. Cañafistola I y II, Maipure, Bajo Hondo y el Mereyal de las parroquias Marhuanta y Catedral, sufren los embates de las fuertes lluvias, debido a que se desbordó el río Cañafistola
Ciudad Bolívar.- Ante las fuertes lluvias en la ciudad capital durante las noches y madrugadas de este miércoles y jueves, el río Cañafistola se desbordó, y afectó a unas treinta familias de las comunidades Cañafistola I, II, Bajo Hondo (parroquia Marhuanta) y El Mereyal (parroquia Catedral).
Se activaron los organismos de Seguridad Ciudadana, además de las policías, Protección Civil, bomberos municipales y la Fuerza Armada, para realizar una inspección de riesgo motivado a la inundación por el paso de la onda tropical 41, quienes además atendieron a las familias afectadas, las cuales fueron atendidas también por personal de la alcaldía de Angostura del Orinoco.
El alcalde Sergio Hernández, a través de su cuenta en twitter informó que junto a los equipos asistenciales ofrecieron apoyo a cada una de las familias en las zonas afectadas. “Nos encontramos en El Mereyal, recorriendo la calle La Esperanza; realizando la inspección del área junto a los equipos de prevención y seguridad; llevando el accionar social y preventivo”.
El río Cañafistola, reclamó su cauce y se desbordó, inundó muchas viviendas de la zona aledaña, manifiestan los vecinos que a la media noche sintieron la corriente de agua, que entraba a sus viviendas, de inmediato todos se pusieron de pie, abrieron las puertas, para que el corrientar de agua pudiera salir.
Señalaron que era tan fuerte la corriente del agua, que se vieron obligados a tomar medidas y comenzar a sacar agua con tobos, pero no conforme, comenzaron a hacer diques, para evitar que la corriente de agua, les llevara sus enseres, debido a que hasta los patios de las viviendas estaban inundados, con lagunas de aguas, esto porque mientras la lluvia no cesaba, la corriente era más fuerte, debido a las caídas de agua que venían de otros lugares más altos y por supuesto se represaba en los patios más bajos de cada una de las viviendas.
El señor Julio Moreno, quien conjuntamente con su familia y su nieto recién nacido, fue uno de los más afectados, ya que su vivienda se inundó por completo y perdió varios enseres, añadió que para ese momento no se encentraba en su vivienda, porque le toco trabajar de noche y estaba de guardia, mientras que su hija y su esposa hacían esfuerzos para parar el rio de agua y luego sacar con un tobo, la que aun había quedado dentro de la vivienda.
Lugareños de los sectores afectados, decidieron cerrar la vía durante las dos mañanas antes de que llegaran las autoridades y atendieran sus necesidades, mencionaron que cada año al llegar el invierno se ven afectados por la crecida y desborde del río, indicaron que la tranca fue fructífera porque los organismos competentes llegaron y se comprometieron a canalizar el río Cañafistola, ya que no es esta la primera vez que se sale.
El río San Rafael también se desbordó durante el torrencial aguacero la noche y madrugada de este jueves, reclamando su cauce inundó todos los sectores aledaños al puente Las Campiñas.
Pero no fueron solamente esos sectores populosos los que recibieron embates de la fuerza de la naturaleza; casi la totalidad de la capital quedó sin el servicio de energía eléctrica desde las once de la noche del miércoles, recuperando el servicio paulatinamente por sectores pasadas las siete de la mañana del jueves. Brigadas dr Corpoelec informaban a la 1:30 am del jueves que no tenían acceso a las líneas de alta tensión afectadas debido a la crecida y torrente del río Cañafistola.
Con la caída del servicio eléctrico también se paralizó el servicio de agua potable en casi toda la ciudad, comenzando a recuperarse igualmente con lentitud a partir del mediodía de hoy jueves. Las telecomunicaciones también se vieron duramente afectadas.
Al momento de redacvión de esta información todavia habían ectores que no tienen ni luz ni agua.
Calles y avenidas fueron convertidas en intransitables chorrerones de agua cuyos niveles elevados anegaron viviendas y comercios en diferentes sectores de la ciudad capital, sin distingo de clase social.
Con información de Ivannia Moreno Palacios y Manuel Monrroy