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Campesinos y productores de El Candado, municipio Piar, denuncian amenazas y hostigamiento

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Los trabajadores del campo se armaron de valentía y decidieron levantar su voz, para exigirles a los organismos administradores de justicia que pongan coto a las múltiples persecuciones de las cuales son víctimas. Se cansaron de atropellos y humillaciones de ciertos personajes que tienen más de 4 años perturbando la paz y la actividad agrícola en el sector

Carlos Andrés Monsalve | Imágenes Bárbara Bouchuard

Upata.- Campesinos y productores agropecuarios del sector rural El Candado, ubicado a escasos kilómetros de la capital del municipio Piar, denunciaron que están sufriendo de manera permanente amenazas y hostigamiento por parte de particulares que actúan en complicidad con algunos jefes de organismos de seguridad.

Los trabajadores del campo se armaron de valentía y decidieron levantar su voz, para exigirles a los organismos administradores de justicia que pongan coto a las múltiples persecuciones de las cuales son víctimas. Se cansaron de atropellos y humillaciones de ciertos personajes que tienen más de 4 años perturbando la paz y la actividad agrícola en el sector.

La agricultora Marilyn Rondón, quien tiene más de 15 años laborando en el sector agrícola El Candado, aseguró ya no aguanta los acosos y las amenazas de muerte que le profiere Orlando Aguilar. A pesar que tener una Medida de Protección y Seguridad emitida por la Fiscalía Décima Sexta del Ministerio Público, emitida el 5 de mayo del 2021, el hostigamiento no cesa.

Relató Rondón que el año pasado se le metieron a su casa unos delincuentes armados respondiendo a las órdenes de Orlando Aguilar, para pedirle que desalojara su casa y su terreno dentro de un plazo determinado porque de lo contrario iban a sufrir las consecuencias.

Luego sufrió las amenazas de manera directa, “ este señor me dijo que no iba a descansar hasta sacarme de mis tierras, viva, muerta o presa me iba a sacar de allí”
.
Explicó que vecinos del sector ya han sido víctima de estos atropellos. Un Agricultor estuvo preso acusado de robo, pero salió en libertad porque no se logró demostrar ningún delito, sin embargo, ese mismo labriego fue detenido en días pasados acusado de cuatrero y los funcionarios que lo detuvieron le sembraron un arma de fuego para culparlo. Todo esto ocurre bajo planificación de Orlando Aguilar en componenda con los jefes de los organismos de seguridad.

César Dasilva denuncia atropellos.

Piden ayuda y justicia

Necesitamos ayuda, queremos que este señor cese de tanta injusticia, que deje de estar montando calumnia a las personas. Somos productores que queremos es trabajar, queremos vivir en paz. Este señor viene solo los fines de semana a amenazar y atropellar junto a uniformados de los cuerpos de seguridad”, dijo Marilyn Rondón.

Aseveró que ha acudido a la Fiscalía, Guardia Nacional, tribunales, policía, CICPC, Casa de la Mujer y otros organismos a pedir ayuda. Lo único que quiere es trabajar en paz en la parcela de terreno que le otorgó el Inti hace más de 15 años. Son muchas las familias afectadas por esta situación. El interés de Orlando Aguilar es sacarnos de las tierras para apoderarse de las mismas.
Por su parte, Lilian González productora de El Candado, afirmó que es insoportable la situación que está viviendo. Están a la merced de una persona que no produce nada, que no trabaja las tierras pero mantiene en sector en zozobra, en permanente amenaza y una sistemática persecución a sus vecinos con la intensión de apoderarse de sus parcelas.
Para González, es muy terrible vivir con miedo.
El señor Aguilar se mete en las casa de los vecinos para amenazarlos de meterlos presos por cualquier delito. Tiene la costumbre de disparar sus armas de fuego al aire para infundir miedo. Su ganado se mete a nuestras parcelas y se comen todo lo que producimos. No le podemos reclamar nada porque nos insulta y nos amenaza con mandarlos a la Guardia Nacional” .

Marilyn Rondón asegura que sigue la persecución.

Simulación de delitos

El productor agrario de El Candado, César Dasilva, acusó a Orlando Aguilar de perturbador de la actividad agrícola y de la paz en el sector, ya que se dedica a perseguir y amenazar a los campesinos con la aviesa intensión de apoderarse de las tierras.
Relató con toda responsabilidad que Orlando Aguilar llegó a su casa con el comandante de la Guardia Nacional, Wilson Hurtado, para reclamarle por el robo de un ganado. En vista que no tenía nada que ver con el asunto, el funcionario militar le decomisó un arma (bácula) que posee desde hace muchos años y con sus documentos en regla.

“El comandante Hurtado me prometió regresar la bácula en los próximos días, porque se trataba de un procedimiento”.

La sorpresa de César Dasilva fue mayor, al ver por las redes sociales unas personas detenidas por la Guardia Nacional acusadas de presunto robo, pero el arma que aparece en la fotografía como cuerpo del delito es su bácula decomisada en días pasados.
Presumo que mi bácula fue sembrada a esas personas detenidas por robo. Eso a mí me molesta porque eso no debe ser”.

Para dejar las cosas claras, Dasilva formuló una denuncia contra Orlando Aguilar y el comandante Hurtado, ya que le parece indebido e injusto esa acción de sembrarle armas a unas personas inocentes. Pide que le devuelvan su bácula y no lo involucre en situaciones que atentan contra paz y tranquilidad de su comunidad.

Acudirán a la Fiscalía y a la Zodi

Los campesinos y productores del campo afirmaron que acudirán a la Fiscalía del Ministerio Público y a la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) del estado Bolívar para que inicien una investigación al respecto. Solicitarán que estos organismos acudan al sector rural El Candado para que investiguen lo que está ocurriendo.
No se explican por qué luego de tantas denuncias formuladas por los productores de El Candado en diferentes organismos públicos en contra de Orlando Aguilar y algunos jefes de los organismos del Estado, no haya generado ni siquiera una citación. Pero cuando los denunciados son los campesinos y productores del campo, de inmediato los encarcelan sin derecho a nada.