“Una persona que no tiene propósitos profundos en la vida, lo que hace es distraerse con placer”
Víctor Frankl
Américo De Grazia
Upata 7 de Agosto 2023
Tumeremo fue la última ciudad fundada en Venezuela por los colonizadores españoles en 1788, utilizando a los frailes capuchinos de ejecutores de estas misiones en medio de las adversidades y hostilidades que las circunstancias imponían. Así surgieron Angostura, Upata, Caicara, Guasipati, El Miamo, Guri y tantas otras empresas urbanas acompañadas de su respectivo propósito de auto sustentación económica. ¿Cuánto le asignaba la Corona española a estas ciudades?, ¿ cuál era el “situado” correspondiente a semejante propósito?, ¿Cómo se sostenían o desarrollaban las mismas?. Valdría la pena respondernos este elemental cuestionario, antes de entrar en materia contemporánea.
Fue al contrario, eran estas tierras, ciudades y gentilicio quienes primero, dotaron de fortuna a la monarquia, pero luego lo hicieron con la causa independentista. Fueron sus “misiones del Caroní”, las que apeltrechadas de ganado,leche, carne, queso, oro, alfarería,madera, cacao, café, entre otras, las que hacían viables el auge de estas incipientes comunidades.
Forjar esa Guayana, fue una proeza quizás poco enaltecida y en muchos casos satanízada; no obstante gracias a sus hombres, seguimos siendo una latente realidad, que espera paciente el paso de la historia.
En qué momento extravíanos el camino, cuándo dejamos el sentido común para lanzarnos por el tobogán del pensamiento mágico y las burbujas ilusionistas e insensatas. Burbuja es crear empresas “básicas”, subvencionadas con petróleo pero incapaces de auto sostenerse, manteniendo contratos colectivos leoninos sin el respaldo de la productividad. Burbuja es pedir HCM cuando tenemos músculo social para pelear por nuestros derechos y echarnos a llorar ahora que hemos envejecidos.
Guayana y los guayaneses tienen hoy, más oportunidades y futuro, que el registrado en tiempos de la conquista, la independencia, la era de los boom petroleros y la insensatez de los chavernicolas; ese debate debe darse, de cara a la gente, con los actores y protagonista de la vida real, más allá de lo económico, político, académicos y ciudadanos en general. Este debate trasciende a lo coyuntural. Debemos trabajar en base a lo que tenemos y el cómo usarlo para crecer sosteniblemente.
Tenemos rato brincando de burbuja en burbuja. Burbuja es regalarles el pescado, sin enseñarlos a pescar, burbuja es racionar la gasolina por placas, en cambio de producir combustible, burbuja es creer que podemos seguir surtiéndonos de agua con los mismos acueductos construidos hace 30 años atrás por Sucre Figarella, o confiar en el suministro eléctrico hechos por EDELCA hace 40 años y abandonados por el régimen en las últimas 5 décadas. Burbuja es insistir en la engañifa de la distribución de la riqueza, sin ser protagonistas de la productividad. Él germen de nuestro futuro, podemos encontrarlo en quienes llegaron a estas tierras a forjar Guayana, sin otro privilegio que su talento, constancia e iniciativa. Ya es hora de echar en la hoguera de banalidades todas las burbujas como sinónimo parasitario e inviable.