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Asdrúbal Oliveros comparte datos útiles para el bolsillo de venezolanos

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Hay un importante aumento del consumo del sector privado y la economía crecerá este año en torno a 10% del PIB, pero el «Venezuela se arregló es una frase vacía», advierte Oliveros sobre el estado de cosas de esta desigual economía.

El Estimulo

 economista Asdrúbal Oliveros, socio de la firma Ecoanalítica y uno de los más respetados de Venezuela, actualiza su escenario para lo que resta de 2022: las cuentas de las empresas y el bolsillo de las personas deben considerar señales que van desde el nuevo gobierno en Colombia, hasta los precios del petróleo, la guerra de Rusia contra Ucrania y el estado de los servicios públicos en Venezuela y las remesas de la diáspora.

Oliveros participó como conferencista este miércoles 20 de julio en el seminario semestral privado «Prospectivas II Semestre del 2022», organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.

El panel de especialistas expuso escenarios del entorno internacional, económico, social y político de Venezuela, en momentos en que las condiciones generales del país apuntan a que se mantenga el «status quo», con ligeros cambios.

Asdrúbal Oliveros, Benigno Alarcón y Félix Seijas, en el seminario sobre Prospectivas del II Semestre de 2022. También intervinieron, de forma remota, el sociólogo Roberto León Briceño y la internacionalista Elsa Cardozo. Foto: Cortesía CEPG

En economía, la perspectiva general para el segundo semestre de este año sigue en el terreno positivo, dijo Oliveros.

Ecoanalítica proyecta un alza del Producto Interno Bruto (PIB, o suma total del valor de bienes y servicios que genera una economía) de 9,7% este 2022, contra 0,9% en 2021. La firma que lleva a a cabo revisiones trimestrales de los indicadores revisó al alza su proyección, que a inicios de año mantenía en 8%.

Oliveros, en posteriores declaraciones a la prensa tras su ponencia, explicó que ese aumento en las estimaciones del PIB se debe a que en esa última revisión de abril a junio de Ecoanalítica encontraron «indicadores más fuertes» de lo que habían previsto en términos de crecimiento, en sectores como alimentos y tecnología. También detectaron un mayor flujo de ingresos por parte del gobierno y mayor incremento del gasto.

«Todos estos factores nos llevaron a cambiar nuestra previsión desde el 8% que teníamos a niveles de casi 10% que es la estimación que tenemos en este momento», dijo sobre el crecimiento de la economía.

Inflación abre el paracaídas

En Venezuela «enfrentamos inflación en bolívares y aumento del costo de la vida en dólares y eso tiene incidencia directa en empresas y en familias», señaló Oliveros. Pero, esa escalada de los precios se ha desacelerado de manera significativa.

  • La baja de la inflación tiene varios factores, uno es un gobierno que ha reducido el déficit fiscal (desde 25 puntos del PIB en 2017, cuando empezó la hiperinflación, hasta siete puntos del PIB este año). Ese menor financiamiento monetario influye en el descenso de la inflación, explicó a periodistas.
  • (El déficit fiscal define la diferencia entre los ingresos y gastos que ejecuta un gobierno. Como ese hueco es tapado con emisión masiva de dinero sin respaldo, ese desbalance acelera los precios al alza).
  • El segundo elemento que explica por qué la inflación pierde fuerza tiene que ver con la contención de la tasa de cambio, gracias a la política del gobierno de vender divisas para frenar la depreciación.
  • El tercer elemento enumerado por Oliveros es la entrada de productos importados que son más baratos que los nacionales y que frenan márgenes, producen competencia y obligan al productor local a tener que controlar su precio.
  • «El gobierno sustituyó el control de precios por la competencia vía las importaciones. Ese es un factor que también explica», la menor inflación.
  • «El cuarto elemento tiene que ver con una política más laxa de control de precios. Eso le dio al sector privado más margen para operar, para planificar, en algunos sectores hay mayor competencia que redunda en menores precios para el consumidor», completa.

Cómo explicar aumento del consumo

El aumento del consumo, pese a que la mayoría de la población está en condiciones precarias, se explica por el conjunto de varios factores, señala Oliveros.

En el sector privado el salario mínimo promedio está subiendo; otro factor clave es que hay un aumento, mucho más leve, de los salarios (y bonos) en el sector público. Como éste es el principal empleador del país, cualquier leve mejoría se va a sentir en la capacidad de compra de un grupo importante de personas trabajadores y jubilados.

Otro factor importante es el envío de remesas desde el exterior, que se prevé sume $3.000 millones este año 2022, lo que equivale al 6% del PIB.

«Eso tiene un impacto directo en muchas familias que compran más gracias a sus familiares».

Otro factor de peso es el avance de la informalidad, los llamados «mata tigres».

Buen parte de estas personas no tiene un solo trabajo, sino diferentes fuentes de ingreso y eso ayuda a poder mantener capacidad de consumo.

«Todos estos factores en conjunto es lo que esta detrás de la reactivación del consumo privado de 10 por ciento», sentencia.

La economía ilícita, que ya supone el 21% del PIB total, también tiene un fuerte impacto en los indicadores de consumo privado y del PIB, señala.

No, Venezuela NO se arregló

Oliveros coincide con otros economistas em que no se puede generalizar.

«Venezuela se arregló es una frase vacía», dice.

«Obviamente es una economía que tiene cambios importantes, eso es innegable. Uno de esos cambios tiene que ver con un gobierno que tiene mayor capacidad de ingresos y por lo tanto de gastos, pero obviamente es una economía que sigue teniendo problemas estructurales, muy profundos», advierte.

Entre estos problemas están los ligados a servicios públicos como electricidad, agua y transporte que, si se resolviesen, la capacidad de crecimiento de la economía sería mayor.

«Tienes también un grave problema de financiamiento en el sector privado, que necesita en este momento alrededor de 6.000 millones de dólares y la banca sólo está otorgando 500 millones, menos del 10 por ciento de lo que el sector privado necesita», precisa.

Hay otros indicadores clave que ayudan a estimar lo que más probablemente pasará el resto del año con la economía en general, con una mejora notable respecto a 2021 y respecto al período de la gran depresión vivida desde 2013, cuando la economía acumuló hasta 2020 un franco derrumbe que la llevó a perder el 80% de su tamaño:

IndicadorAño 2022Año 2021
PIB del Sector Petrolero8,7%2,8%
PIB no Petrolero9,8%0,5%
Exportaciones totales-7,5%15,9%
Importaciones Totales-84,3%15,8%
Producción Petrolera (Barriles por día)632.000 bpd756.700 bpd
Precio por barril cesta venezolana$78,7$50
Reservas Internacionales MM$5.750 millones4.802 millones
Inflación estimada150%688%
Ingresos del gobierno (Miles de Millones)$20.000 MM$4.000 MM
Déficit Fiscal7 pts del PIB25 pts del PIB (en 2017)

Fuente: Ecoanalítica, presentación Asdrúbal Oliveros

Recuperación gradual

Las señales positivas se ven en indicadores de venta y consumo, pese la aplicación del Impuesto a la Grandes Transacciones Financieras (que en realidad pecha toda transacción formal en divisas por muy pequeña que sea) ha supuesto un freno a la dolarización.

Pero este proceso es firme, y de hecho la relación es de tres a uno a favor del dólar contra el bolívares, en términos de la divisa más usada en el comercio.

Pero para el gobierno es muy costoso mantener contenido el tipo de cambio y el Banco Central inyecta enormes cantidades de dólares la mercado con este propósito.

De este modo el dólar oficial cuesta hoy 5,61 bolívares, pero el llamado punto de equilibrio, considerando la inflación, determina que debería estar en torno a Bs 22 por dólar.

Oliveros define esto como «una bomba de tiempo», pero aclara que el gobierno tiene suficientes divisas para mantener por ahora esta costosa política para estabilizar el tipo de cambio (como principal estrategia contra la inflación).

Maduro, dijo, sigue en su zona de confort, pese al complicado entorno mundial y la limitada producción petrolera.

“Incluso si el resto de 2022 fuera malo, (el precio) seguiría casi duplicando a 2021” y si se produjera una caída del barril, su impacto se sentiría en 2023.

Para las empresas los mayores desafíos están en el campo de la competitividad y el aumento del costo de vida en dólares. También hay una amenaza en ciernes: el previsible aumento del intercambio comercial con Colombia con la llegada al poder del presidente Gustavo Petro.

Este escenario de reanudación de relaciones comerciales formales entre los dos países podría cuadruplicar en 2023 el intercambio, que este año suma unos 250 millones.

Las empresas colombianas tienen alto nivel de competitividad, calidad y economía de escalas, y se la pondrán difícil a las firmas venezolanas. Esta competencia, no obstante, será beneficiosa para los consumidores.

“Mejoría” versus mayor desigualdad

Durante el mismo seminario, Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales, LACSO, y fundador del Observatorio Venezolano de Violencia, OVV, señaló que los cambios que se han producido en la economía y que pueden ser interpretados como mejoría, están provocando una mayor exclusión de sectores sociales que no pueden acceder a esas “mejorías” y a la vez fomentan una mayor desigualdad entre los grupos sociales y a lo interno de dichos grupos.

«De hecho, 92 % de la población piensa que la distribución de la riqueza en la sociedad venezolana es injusta», señaló Briceño León.

A su juicio, las tensiones entre grupos sociales se concentran entre aquellos que tienen privilegios políticos y/o económicos y el resto de la sociedad. Es decir, entre “los enchufados” y los demás.

No obstante, y a pesar del incremento de la desigualdad en el acceso a la salud, la educación y a los servicios, la mayoría de las personas piensa que el país mejorará en los próximos años.

“Pero esta visión optimista del futuro es limitada, pues se observa que casi la mitad de la población está pensando en emigrar y afirma que le gustaría trabajar en otro país”, advierte Briceño León.