En la planificación y ejecución de proyectos, utilizando la Tecnología Social SAI, nos apoyamos en los conceptos de Sinek (2009), resumidos en su ya famoso Círculo Dorado (The Golden Circle, en inglés), según el cual la motivación de la gente debe darse a través de la inspiración y no de la manipulación. Sinek (2009) enfatiza: La gente compra por qué lo haces (en inglés, “people buy why you do it”). Además de sugestiva, esta perspectiva de El Círculo Dorado insta a pensar, actuar y comunicarse, según unos círculos concéntricos, desde adentro hacia afuera: por qué, cómo y qué; siendo el problema que la mayoría de la gente lo hace en sentido contrario.
El por qué representa el motivo, causa o propósito, conocido comúnmente también como Visión. Cuando hablamos de proyectos SAI, nos referimos a cualquier campo o disciplina, entre otros: Telemedicina, administración de condominio, inmobiliaria, escritorio jurídico, consultorio médico, asesores de seguros, modernización de partidos políticos, servicios de ingeniería, servicios informáticos o construcción. Por ejemplo, al definir un proyecto SAI de Telemedicina, lo primero que debemos responder es por qué lo hacemos y la respuesta pudiera ser: porque queremos tener sistemas de salud de alta calidad, al servicio de todos.
El cómo es el proceso o metodología utilizada (en nuestro caso, la Tecnología Social SAI), para alcanzar un resultado satisfactorio. La Tecnología Social SAI es una metodología empleada en la formación y administración de capital social, de tal manera que es absolutamente necesario poder medir el capital social creado, como un componente del resultado del proyecto. De otra parte, siempre deberá existir una correlación entre el qué y el por qué; pero, la importancia del cómo está en su condición de elemento conector o enlace, entre uno y otro. Por eso es común escuchar que el secreto está en el cómo; en términos empresariales, en la patente (método).
El qué es el resultado obtenido o prueba tangible de haber logrado el propósito. En el caso de la Telemedicina, el resultado pudiera ser un sistema de redes de salud. Las características y funcionalidad del producto final deben ser auditadas, para verificar su efectividad. Cuando existe claridad en el por qué y en el cómo, el qué resulta relativamente fácil. Por ejemplo, para una empresa de manufactura, el qué lo representan los productos manufacturados, con sus precios, características, calidad y servicio. En el caso de la compañía Apple, puede fácilmente verse que las diferencias con sus competidores están más en el por qué y no tanto en el qué o el cómo.
Basándose exclusivamente en el capital social, todo proyecto SAI (la metodología constituye el cómo) deberá responder, por lo menos en parte, al por qué y al qué: ¿cuáles son los propósitos o motivos para crear capital social, individual y colectivo?; y, ¿qué características específicas del resultado del proyecto se relacionan directamente con la creación, administración y uso de capital social?, por sólo dar dos ejemplos de preguntas pertinentes. Finalmente, así como Sinek (2009) propone cambiar al mundo, comenzando por preguntarnos, siempre: por qué; nosotros proponemos, con el uso de la Tecnología Social SAI, salvar a la humanidad de la extinción, creando capital social y construyendo consensos. No es una fantasía, es un hermoso sueño.
Referencia:
Sinek, S. (2009). Start with why: How great leaders inspire everyone to take action.
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