Andrés López perdió un par de cholas mientras jugaba en la calle. Su madre no podía comprarle un nuevo par, por lo que el adolescente de 14 años se hizo unas con cauchos viejos. Ahora su ocurrencia es un emprendimiento

Por Gladylis Flores 

Ciudad Bolívar.– Un caucho y su propio ingenio llevaron a Andrés a crear un emprendimiento familiar. Cholas, chancletas, chanclas, sandalias hechas a base de caucho son el nuevo trabajo de Andrés López, de 14 años, quien comenzó a realizar este calzado luego de botar un par y que su mamá no pudiera reponerlo por la situación económica que atravesaban en su casa.

“Perdí mis cholas jugando con mis amigos y mi mamá no tenía para comprarme un nuevo par. Yo había visto a un muchacho cerca de mi casa que las hacía e intenté, con ayuda de mi abuelo. Todo salió de mi mente, saqué el hilo nailon del caucho y la aguja de un tacón de mi mamá. Las tiras las saqué de un bolso viejo”, contó Andrés a El Pitazo.

Al enseñarle el nuevo calzado a su mamá, esta se quedó sorprendida porque no sabía de dónde había sacado esas cholas; luego Andrés le explicó que él las había hecho él mismo. Desde ese momento se propuso hacer otros pares, pero para eso necesitaba insumos que en ese momento su madre no podía costear.

Carla Cabrera, madre de Andrés, quedó desempleada a raíz de la pandemia por COVID-19 Se enfermó y no pudo continuar en sus labores; dependían de lo poco que les mandaba el padre del joven, quien trabaja en un campamento minero de El Callao. En su hogar, en el sector La Sabanita de Ciudad Bolívar, vive junto a sus dos hijos y su padre, una persona de la tercera edad.

“Las agujas costaban cinco dólares y el nailon también. Eran 10 dólares que teníamos que restar del dinero de la comida; en ese momento no podía. A los días él se apareció con un nailon y una aguja, que se había ingeniado para sacarlo de un tacón y del caucho; así comenzó a hacer sus primeros pares de cholas”, relató Cabrera.

Al ver el ingenio de su hijo, Cabrera decidió que era el momento de apoyarlo e invirtió un dinero en tiras de colores, aguja e hilo de nailon. Los vecinos de Andrés confiaron en él y le encargaron sus primeros pares, que vendía a un precio asequible para todos. Así inició su emprendimiento.

“He ayudado a mucha gente de mi barrio. Los niños con los que juego se la pasan descalzos; les hice unas cholas a un precio más accesible para ellos, y así con otras personas. También ayudo a mi mamá y eso me pone contento. Todo lo hago solo, con ayuda de mi mamá y mi hermano, y eso me pone contento”, explicó Andrés.

Cada par de cholas cuesta entre cuatro y cinco dólares, dependiendo del modelo. Algunos negocios le regalan los cauchos viejos con los que hace el trabajo. De un caucho que no esté en mal estado puede hacer unos tres pares, dependiendo del tamaño.

Emprendimiento familiar

Lo que comenzó como una forma de resolver para no andar descalzo, pasó a ser el emprendimiento de la familia, pues ahora todos lo ayudan a conseguir cauchos, pelarlos, coser, tomar medidas, lijar, etc.

“Empecé a ver que tenía talento y debía apoyarlo. Un día estábamos viendo a una pediatra de Ciudad Bolívar que iba a llevar una jornada a un sector de la ciudad y Andrés decidió donar tres pares de cholas. Cuando le escribimos dijo que le gustaba la idea, pero que tenía una mejor. Lo publicó en sus redes sociales y desde ese momento el trabajo de mi hijo explotó, empezó a tener muchos pedidos y no nos damos abasto”, reveló Carla.

Andrés empezó a tener mucho apoyo. Personas que están fuera del país, entre esas Daniela Di Giacomo, Miss International 2005, le hicieron encargos grandes para donarlos a niños, niñas y jóvenes de bajos recursos.

Pero el trabajo de Andrés se dificultaba por la falta de herramientas; por eso se tardaba mucho más, hasta que recibió una donación desde Estados Unidos con algunos de los equipos que necesitaba. Sin embargo, le faltan algunos para poder mejorar la técnica y poder fabricar más rápido las cholas.

“Ahora se tarda medio día en fabricar un par de cholas; él busca la perfección y siempre está buscando en internet cómo mejorar las técnicas y realizar mejores acabados. Gracias a eso ha tenido más pedidos. Ahorita estamos buscando un equipo con el que pueda lijar mejor”, detalló la madre del adolescente.

El inicio de una pasión

Este trabajo solo tiene dos meses y le permitió ayudar económicamente a su familia, a tener un oficio y desarrollar una pasión. Además de alejarlo de la calle, situación que tenía preocupada a su madre.

“Se la pasaba jugando con otros muchachos en las canchas y él es muy inocente, me daba miedo que alguien lo metiera en un problema sin saber. Ahora siempre está en la casa. Cuando no está haciendo cholas está en internet buscando ideas o formas de mejorar su trabajo. Él está feliz y yo estoy tranquila”, confesó Cabrera.

Este nuevo oficio de Andrés lo ha hecho soñar en grande. Desea convertir en taller un galpón que hay en su casa , así como tener todas las herramientas para crear nuevos modelos y seguir produciendo más cholas o sandalias.

“Me emociona poder ayudar a mi mamá, tener mis herramientas, poder lijar bien y trabajar más cómodo. Me siento bien con este trabajo y con la ayuda de mi mamá y de mi hermano mayor”, mencionó Andrés.

La fama de Andrés se dio a través de Instagram y a través de su cuenta, @andreslopez2607, y la de su madre, @carlitacabrera70, recibe la decena de pedidos que lo ha mantenido ocupado y con una lista de espera para atender a sus clientes, tanto personas famosas como vecinos de su comunidad.