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Acuerdan hoja de ruta para la integración: Cumbre Unasur enturbiado por discrepancias sobre Nicolás Maduro

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Los dirigentes se comprometieron a trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países, entre otros temas.

Los presidentes sudamericanos reconocieron en una cumbre celebrada el martes en Brasilia la importancia de mantener un diálogo regular para impulsar la integración y proyectar la voz de la región en el mundo, y acordaron elaborar una hoja de ruta para supervisar dichos objetivos.

Los mandatarios acordaron establecer un “grupo de contacto”, encabezado por los cancilleres de los doce países reunidos, para evaluar “las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración” y la elaboración de una hoja de ruta “que será sometida a la consideración de los Jefes de Estado”, señaló la declaración que fue aprobada en la cumbre de Brasilia.

Al encuentro que tuvo lugar el martes en el Palacio Itamaraty, en Brasilia, asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acude Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros.

Los participantes acordaron volver a reunirse, en fecha y lugar a ser determinados, para repasar el curso de las iniciativas de cooperación sudamericana y determinar los próximos pasos, dijo el documento que fue difundido por el gobierno brasileño.

Los dirigentes se comprometieron a trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países; la mejora de la infraestructura y logística; el fortalecimiento de las cadenas de valor regionales; la aplicación de medidas de facilitación del comercio e integración financiera y la superación de las asimetría.

También acordaron esforzarse en la eliminación de medidas unilaterales y el acceso a los mercados por medio de la red de acuerdos de complementación económica, incluso en el marco de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), teniendo como meta una efectiva área de libre comercio sudamericana.

Los presidentes fueron convocados para identificar un conjunto de iniciativas en las áreas de salud, combate al delito transnacional, defensa, integración física y transición energética.

Pero la búsqueda de intereses comunes resultó por momentos difícil de alcanzar debido a que persisten las diferencias ideológicas y la polémica figura del presidente Nicolás Maduro se volvió a convertir en el centro de atención en una cita regional.

Varias discrepancias surgieron en torno a Maduro y la idoneidad de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) como foro de colaboración durante la cumbre convocada por el brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva, impulsor de la integración y quien busca retomar el liderazgo regional luego de volver al poder en enero por tercera vez.

El dilema de Venezuela en Sudamérica

Los roces en la cumbre Unasur comenzaron cuando cuando los presidentes de Chile, Gabriel Boric ; y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, criticaron la decisión de Lula de considerar al líder de Venezuela como un jefe de Estado elegido democráticamente.

Lula habría dicho periodistas que había un prejuicio “muy grande” contra el país y que la imagen de una Venezuela “antidemocrática y autoritaria” era una “narrativa” promovida por los países occidentales que imponen sanciones que exacerban la crisis humanitaria en la nación petrolera.

Pou se mostró abiertamente en desacuerdo con los comentarios de Lula. “Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo”, sostuvo.

En tanto, el presidente chileno dijo a periodistas fuera de la sede de la cumbre que discrepaba de los comentarios de Lula. “No es una construcción narrativa, es una realidad”, afirmó y señaló que los cerca de 5,000 refugiados venezolanos que viven en Chile también exigen una posición firme respecto al hecho de que los derechos humanos siempre deben ser respetados.

Luego de la reunión bilateral, Lula y Maduro instaron a que la cumbre no sacara a relucir las diferencias entre los distintos gobiernos.

Los dirigentes fueron convocados para identificar un conjunto de iniciativas en las áreas de salud, combate al delito transnacional, defensa, integración física y transición energética.

Pero la búsqueda de intereses comunes parece difícil de alcanzar cuando persisten las diferencias ideológicas y la figura de Maduro se vuelve a convertir en el centro de atención en una cita regional.

El analista argentino Jorge Arias, de la consultora Polilat, dijo a The Associated Press que “la presencia de Maduro es una piedra en el zapato. Siempre Venezuela, desde (el fallecido presidente Hugo) Chávez para acá, se ha convertido en un problema serio para América Latina ya que termina fijando agenda”.

“Veremos si son capaces de sortear esa piedra. Creo que no se puede dejar afuera al país Venezuela, más allá del oprobioso proceso político que atraviesa en estos momentos”, sostuvo Arias.

Líderes de la oposición brasileña cuestionaron a Lula por haber recibido con tanto respaldo a Maduro

“Vergüenza mundial al recibir al narcodictador Nicolás Maduro. Lula demuestra que no le importa la dictadura que siembra miedo, hambre y muerte”, dijo en Twitter Flavio Bolsonaro, hijo del expresidente derechista brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) y senador del Partido Liberal.

En su lista de propuestas para procurar una mayor integración, Lula habló de la creación de una moneda comercial común en sustitución del dólar estadounidense, así como de la apuesta por los bancos nacionales de desarrollo de los distintos países, un mercado energético común y la integración en materia defensa para proteger las fronteras.

El presidente brasileño destacó el potencial de la región. “Se espera que el PIB combinado de nuestros países alcance este año los cuatro billones de dólares (4.000 millones de dólares). Juntos somos la quinta economía mundial. Con una población de casi 450 millones de habitantes, constituimos un importante mercado de consumo”.

La definición de una agenda de objetivos se topa con las diferentes necesidades y realidades de los países, algunos de los cuales sufren crisis políticas y económicas o mantienen desacuerdos.

El gobierno de Maduro sigue generando cuestionamientos por las denuncias de violaciones a los derechos humanos, fuerzas de izquierda y centroizquierda gobiernan varias naciones y la derecha está en el poder en otras o asoma como una alternativa política.