Después de 18 años desde que una ONG acudió a la Corte Penal Internacional a consignar denuncias sobre violaciones de derechos humanos en Venezuela, el Fiscal de la CPI ha puesto límite a los tiempos para que los procesos preliminares pasen a fase investigativa e ir a juicio. El abogado William Cárdenas, del Comité Internacional contra la impunidad en Venezuela, resalta la importancia de la visita de Karim Khan para el avance de los casos que se procesan en La Haya

Apropósito de la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan a Venezuela, pulsamos la opinión del abogado William Cárdenas Rubio, presidente del Comité Internacional contra la impunidad en Venezuela (Ciciven), cuya organización no gubernamental ha consignado numerosos casos de violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad ante ese organismo internacional desde los inicios del gobierno chavista.

-¿Qué ocurrirá con ocasión de esta visita del Fiscal de la CPI a Venezuela?

-En primer lugar, desde la junta directiva de Ciciven, su equipo de asesores, así como desde las organizaciones fundadoras de Ciciven, la Plataforma Democrática de Venezolanos en Madrid, la Fundación el Amparo y Veneamérica, apostamos por el éxito en su visita. Tomemos en cuenta que han pasado 18 largos años desde que acudimos a la justicia universal de la Corte Penal Internacional para que pusieran su atención en lo que estaba ocurriendo en nuestro país, y esta es la primera vez que un Fiscal toma una iniciativa en este sentido. En segundo término, la visita tiene un elemento psicológico de primer orden para los responsables de los crímenes de lesa humanidad, pues tendrán que ver cara a cara a quien los puede sentar, de un momento a otro, en el banquillo de los acusados.

-De acuerdo a lo ocurrido en Colombia donde Khan acaba de firmar el cierre del examen preliminar que había sobre ese país ¿podría pensarse que esta visita puede aproximarse más a algún tipo de entendimiento que se tradujera en un resultado similar?

-Las situaciones de Colombia y Venezuela son completamente distintas. El Fiscal tiene clara la diferencia entre una democracia y una dictadura. En Colombia, con sus fallas, hay una democracia reconocida y en Venezuela hay una dictadura clara y rotunda. Ese acuerdo de Khan en Colombia no hace otra cosa que ratificar lo que ya había ocurrido en La Habana entre el gobierno colombiano y las FARC, dos partes en abierto conflicto armado. De hecho, es evidente que el acuerdo ya estaba negociado antes del viaje y Khan lo que ha hecho es formalizarlo con el presidente Iván Duque.

En nuestro caso la situación es completamente distinta. En Venezuela no hay un conflicto armado entre dos partes, hay un Estado victimario y sus víctimas de la sociedad civil. En el escritorio del Fiscal cursan los informes de los altos comisionados de Naciones Unidas, de la Misión Independiente de Determinación de los hechos de la ONU, de los expertos de la OEA, de las denuncias de seis Estados Parte y la que nosotros hemos presentados por las múltiples violaciones a los derechos humanos de una parte de la población civil venezolana por parte de una organización criminal que ha secuestrado los poderes públicos, que evidencian que en Venezuela se han cometido crímenes de lesa humanidad y eso es ineludible para las funciones que él ha asumido en la CPI.

-Sin embargo, el Fiscal ha sido invitado a visitar el país por el propio gobierno venezolano.

-Sí, es cierto, pero su visita no responde exclusivamente a esa invitación. Es evidente que la posición de Khan está en las respuestas que le dio al fiscal venezolano Tarek William Saab con motivo de su requerimiento de colaboración de la Fiscalía. Fueron de rechazo absoluto a sus pretensiones de tratar de utilizar tácticas procesales para obstruir el fin del examen preliminar. Es más, fue el mismo Khan quien solicitó que se le pusiera un plazo a dicha incidencia. Esto se traduce en su interés para que el examen llegue a término. Y en esto sí encaja perfectamente su viaje a Caracas, donde los responsables de los crímenes se afanan en tratar de maquillar las cárceles y la situación de los presos que se hacinan en ellas, creyendo que con eso van a engañar a este experto abogado, mientras un sudor frío les recorrerá el cuerpo cuando se les aproxime pues saben que es la persona que probablemente los sentará en el banquillo de La Haya.

-¿Podríamos entender que Khan ya tiene un criterio formado sobre el Caso Venezuela I?

-Seguro que sí, y también sobre el Caso Venezuela II presentado el 2020 por el canciller Jorge Arreaza. El Fiscal ha puesto en marcha lo que dijo en su discurso de toma de posesión el 16 de junio pasado: “Los exámenes preliminares no deben prolongarse indefinidamente, hay que ir a juicio”. Y esto es lo que ha estado cumpliendo en los 4 meses y medio que lleva en el cargo. Ha abierto la investigación en Filipinas, ha solicitado la autorización para abrir la de Afganistán, ha cerrado la de Colombia, y es muy posible que al volver a La Haya, abra la de Venezuela I y cierre la Venezuela II. De esa manera, de los 9 exámenes preliminares que encontró al llegar al cargo, solo le quedarán 4 o 5 pendientes, y lo podrá informar ante la Asamblea de Estados Parte entre el 6 y el 11 de diciembre próximo. Así que quienes tienen su responsabilidad comprometida en estos delitos en nuestro país pueden irse preparando para lo que se les viene encima.

-En Colombia no hubo encuentro con las víctimas, ¿eso podría tener una lectura muy negativa?

-En términos de equilibrio procesal, y especialmente en razón del Principio de Imparcialidad que rige las funciones del Fiscal de acuerdo a lo dispuesto en el Estatuto de Roma, podría pensarse que es así. Esto lo hemos discutido a profundidad en las reuniones de la Directiva de Ciciven y sus asesores, pero hay que entender cual es el carácter y fin último de este viaje para darnos cuenta de que no es el fin ni el propósito del Fiscal. En el caso colombiano, no tenía sentido, pues previamente se había pactado el fin del examen preliminar. Y en el nuestro, es evidente que donde Khan quiere ver a las víctimas es en el juicio, aportando sus pruebas, testimonios y evidencias que permitan condenar a la cadena de mando que ha sumido a Venezuela en un largo periodo de 20 años de criminalidad. Esto es lo que corresponde con su estrategia y habrá que tenerla presente, pues es el Fiscal el que tendrá el monopolio de la acción penal para encauzar a los presuntos responsables, formularles cargos, probarlos hasta el fin del juicio con la sentencia.

-Hay quienes consideran que las conversaciones del gobierno con una parte de la oposición en México y las próximas elecciones regionales del 21 de noviembre, podrían dar argumentos para que no se diera inicio a esta investigación en La Haya.

-Esta es justamente una de las desesperadas apuestas de Nicolás Maduro, sus cómplices y colaboradores. Pero atendiendo, en primer término, a la falta de legitimidad de esas negociaciones, tanto por los actores, como por los temas abordados, y en segundo lugar, al carácter imprescriptible de los crímenes de lesa humanidad que están por juzgarse, pocas o escasas posibilidades tienen de  arrojar resultados válidos, ni para el Fiscal, ni para nuestra sociedad, ni para la comunidad internacional.

Han tratado de hacernos ver que de allí va a salir la reinstitucionalización de la justicia, cuando quienes allí están no tienen ni competencia, ni cualidades para aportar nada en este sentido. La justicia, uno de los valores esenciales de una sociedad y uno de sus pilares, tiene que emanar del poder soberano, así como cualquier cambio o variación. Es como creer que el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, diga ahora que nuestro sistema judicial es  independiente e imparcial y con ello va a frenar el avance imparable del principio de complementariedad de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, que está a punto de ponerse en marcha después de muchos años de sacrificios.  Es, en cualquier caso, un último intento, que esperamos sea infructuoso. Después de esta visita, seguramente el Fiscal ponderará cuál es el momento adecuado para el inicio de la investigación.

-Esta es la primera visita del Fiscal a Latinoamérica, un interés que no mostraron los dos anteriores fiscales, ¿que opinión le merece?

-Desde que llegó Khan a la Fiscalía estamos notando un cambio sustantivo en nuestro caso, de hecho no nos imaginábamos que hoy estaría en Venezuela. Los anteriores fiscales Luis Moreno Ocampo y Fatou Bensouda nunca se lo plantearon. Tiene una importancia extraordinaria no solo para Venezuela sino para toda la región. Además, acaba de nombrar un asesor especial, el doctor Claudio Grosman, para los Asuntos Latinoamericanos, gran experto en la materia. Eso tampoco había ocurrido. Para los venezolanos tiene la virtud de atender el reclamo y clamor de justicia de nuestro pueblo, en Venezuela no hay justicia y eso ya ha sido ponderado en La Haya. Tampoco hay negociación de paz alguna. Cada día siguen sumándose víctimas bajo un sistema de impunidad inexpugnable. Solo tenemos que pensar que Venezuela tiene 6 millones de desplazados fuera de nuestro territorio, tantos o más que Siria, sin que en nuestro país haya habido guerra ni cataclismo alguno. La gente se sigue muriendo por la privación intencional de alimentos y medicinas que ha conducido al exterminio, la represión sigue siendo brutal, los asesinatos y las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, la persecución, las detenciones ilegales, los tratos crueles e inhumanos, las violaciones sexuales, las desapariciones, siguen siendo los instrumentos con los que esa organización criminal mantiene el control social, como fuente de poder.

-¿Usted tiene algún mensaje para el Fiscal?

-En nombre de todos los que integramos Ciciven confiamos en su vasta experiencia y capacidad para atender el clamor de justicia de miles de víctimas, de un pueblo que ha sido sometido a una de las tragedias más dramáticas de su historia y que sólo sueña con una palabra: justicia. Su presencia en Venezuela hará que por fin los responsables de estos crímenes sientan por primera vez el temor de que esta cerca la justicia complementaria de la CPI y de que no podrán engañarlo haciéndole ver que allí hay un sistema judicial competente y eficaz, o un eventual e inexistente acuerdo de paz. Todo lo contrario. Ellos se han encargado de crear un sistema judicial que les garantiza impunidad y la violencia y el crimen son sus armas más preciadas. Podrá mirarlos a los ojos y si le resisten la mirada decirles con ella, “nos vemos pronto en La Haya”.

Imágenes: Sabah Arar / AFP

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