Jhoalys Siverio @jhoalys
Comerciantes de productos perecederos fueron los más afectados por la falla eléctrica que dejó sin el servicio a casi todo el municipio Bolivariano Angostura. Habitantes indicaron que pese a ser el asentamiento de las represas Guri y Tocoma, las fallas eléctricas son recurrentes.
Puerto Ordaz. Después de seis días sin electricidad y ni una respuesta por parte de Corpoelec, habitantes del municipio Bolivariano Angostura, en Bolívar, cerraron el acceso a la entrada de La Paragua y poblaciones vecinas para exigir atención inmediata y la restitución del servicio.
La falla eléctrica, que a la fecha la empresa estatal no supo explicar a los afectados, además de provocar que la comunidad se quedara sin electricidad, dejó a algunas zonas sin señal Movilnet.
En Ciudad Piar estuvieron sin electricidad desde el pasado miércoles 6 de octubre hasta el sábado 9. Los sectores Tocomita, San Francisco y La Paragua siguieron a oscuras hasta este lunes. La protesta obligó a una comisión de Corpoelec a acercarse y prometer la restitución del servicio.
Gilberto Villarroel, habitante y dirigente en Angostura, confirmó que en horas de la tarde se restituyó la energía eléctrica en al menos el 50% de las zonas afectadas.
Corpoelec no decía nada, ni sabía a qué obedecía la falla. Los comerciantes que venden pollo y carne son los más afectados porque han perdido sus productos. Y los centros de salud no tienen planta eléctrica, ni la clínica de Ferrominera. Anoche estaban a oscuras, encomendados a Dios», denunció Villarroel.
El municipio Bolivariano Angostura es precisamente donde se ubican las represas Guri y Tocoma, aunque esta última sin funcionamiento. La primera alimenta de electricidad a entre 60 y 70 % del país.
«No entendemos cómo siendo el asiento de esas represas que en Ciudad Piar se vaya la luz casi todos los días», cuestionó Villarroel.
Salaron la comida
La conservación de alimentos fue el principal problema para los afectados. A unos se les pudrió parte de la comida, otros optaron por cocinarla toda. En el caso de Alfredo López, salaron parte de lo que quedaba para conservarla.
«Nos quedaba un poquito de carne y la salamos para que aguantara un poquito más. El problema es que mi mamá ni mi papá pudieron comerla porque son hipertensos y eso les hace daño. Es desesperante, porque uno resiste y come cualquier cosa, pero los niños no», comentó.
La preocupación aumentó cuando al pasar los días sin ninguna respuesta, se agotaban en los hogares las reservas de alimentos. La falta de electricidad y de señal de telefonía móvil dificultaban también la compra de comida y agua.
Desde el apagón del 7 de marzo de 2019, son cada vez más frecuentes los reportes de fallas eléctricas en Venezuela. A dos años del día en que todo el país quedó a oscuras, zonas de Caracas también sufren apagones diarios. La región occidental, sin embargo, fue la que desde entonces vive constantes cortes eléctricos prolongados.
Hasta agosto de este año, el Comité de Víctimas por los Apagones registró más de 90 mil fallas eléctricas en todo el país.
Cronica Uno