Ronda es definido como la acción de rondar, dar vueltas alrededor de algo o alguien. Así fueron bautizadas las continuas reuniones celebradas en México entre los representantes del usurpador gobierno venezolano y una minúscula parte de la oposición que se atribuye la representación de toda. Y por lo que se vislumbra tendrá más rondas que los anillos de Saturno. En Venezuela existe un noventa por ciento de la población que quiere salir de este gobierno y que considera que agotó las alternativas, ninguna de las empleadas ha dado el resultado deseado, en gran parte porque estamos ante un régimen dictatorial disfrazado de demócrata, el cual no ha tenido empacho en disparar a mansalva contra jóvenes estudiantes que protestaban, apresar a cualquier político opositor y condenarlo a los calabozos subterráneos de la policía política sin siquiera un juicio justo, tampoco en expropiar fábricas y empresas de personas no simpatizantes, ni abrir las fronteras para que huyan de la desgracia más de 6 millones que se encuentran regados por el mundo buscando subsistir lo que en Venezuela consideran imposible. Cuando se iniciaron las conversaciones muchos las asumimos como la única tabla de la que nos podíamos agarrar en el naufragio, no era para nosotros la salvación, pero la consideramos nuestra “peor es nada”, llegamos a pensar que bajo la mirada de la comunidad internacional y bajo su patrocinio se le iba a dificultar al gobierno hacer lo siempre, dar una patada a la mesa cuando no se le complacía. Este próximo viernes 15 de Octubre llegaremos a la cuarta ronda con negociaciones tan lentas e intrascendentes que generan las mismas expectativas de un ataque alienígeno. A esta fecha estaremos a un mes y seis días de las megaelecciones convocados por el gobierno y todavía ningún vocero de la oposición le ha manifestado al país si existen condiciones para la participación, quienes sabemos la respuesta estamos convencidos que estamos en el corredor de la muerte, contando los días para conocer el 22 de Noviembre que el gobierno ganó la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, entregando a la oposición algunas como premio de consolación y para dar apariencias de demócratas, pero ninguna de importancia o que pueda representar amenaza a sus intereses. Ningún representante se encargó de exigir modificación de la conformación del Consejo Nacional Electoral, tampoco de los circuitos electorales en los cuales el gobierno con menos votos obtiene más diputados, tampoco indulto para cientos de políticos presos que podían haber participado en la contienda como candidatos o la devolución de las tarjetas y los símbolos a los verdaderos representantes de los partidos de oposición, porque aparte de haberlos dividido con detenciones y amenazas a sus dirigentes, el Tribunal Supremo cómplice, se encargó de entregarles sus símbolos a dirigentes prefabricados, simpatizantes del gobierno para que concurran dos frentes en cada partido opositor. Todo esto sumado a la incoherencia de sus dirigentes que van divididos en casi todos los cargos sin la más mínima posibilidad de triunfo, les garantiza al gobierno hacerse de la mayoría de los cargos sin despeinarse e incluso con una abstención de más de 70% de los electores, para que con el mínimo porcentaje de votos podrán ganar, al ser el único movimiento político unificado alrededor de sus candidaturas, sumado a las dadivas entregadas como becas, bolsas de comida, bonos y otros estímulos a los votantes, en un país de pedigüeños obtendrán los resultados anhelados. En tanto en México siguen discutiendo cómo hacer para que les devuelvan el dinero retenido para repartírselo, ratificando que el Esequibo es nuestro, que lucharan contra el calentamiento global, la extinción del oso panda, el uso de preservativos ecológicos y el lenguaje de señas inclusivo (¿??) los muertos de hambre, los presos políticos, la falta de medicina, los niños fallecidos por falta de trasplante, el maltrato contra los emigrantes puede esperar, hay cosas más prioritarias. No mejora nada el enfermo. Seguiremos conversando. [email protected]