Atrás quedaron los días cuando paseaban en sus aviones privados y se daban vida de millonarios. Atrás quedaron el caviar, el champagne Dom Pérignon Rosé Gold, el Macallan de 60 años, las cenas donde mandaba el Domaine de la Romanée-Conti Grand Cru, las invitaciones rocambolescas, los paseos por los lugares más caros y exclusivos del mundo, las fiestas cursis, pero bien ostentosas. Atrás quedaron las rimbombancias, las shopping sprees y las echonerías.
Pero atrás también quedaron las lealtades, los amigos de ocasión y las relaciones de “negocio”. Nadie a quien le hayan puesto precio a su captura puede dormir tranquilo, ni que se haya hecho cirugía plástica.
Alex Saab, cuya última oportunidad para apelar fue desestimada por el Tribunal Supremo de Justicia de Cabo Verde, y el Pollo Carvajal -capturado más bien como una rata escondida en su guarida- deben estar temblando.
El primero, porque quienes pagaron por su defensa podrían convertirse en sus peores enemigos para evitar que hable. Porque de que va a hablar, va a hablar. Y como muchos otros sinvergüenzas como él, debe ser extremadamente cobarde. Va a cantar como un pajarito, el tremendo pajarote. Declaró su lealtad a Maduro… “jamás lo traicionaré”, escribió en una carta hecha pública: “Soy un patriota y un hijo agradecido de Venezuela. Jamás traicionaré a la República Bolivariana, al presidente Maduro y al valiente pueblo de Venezuela (…) espero estar de vuelta en Venezuela a tiempo para apoyar al presidente Nicolás Maduro y al PSUV (partido de gobierno) en las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores en noviembre”. Hace un año había dicho que lo habían torturado para que “hablara en contra de Maduro”. ¿A Maduro hoy lo conmoverá con eso? Porque si ha gastado tanto pagando la defensa del “embajador”, es porque este sabe mucho, no necesariamente porque sienta afecto por él…
El Pollo Carvajal también debe estar rezando todo lo que ha dejado de rezar en su vida para que se lo lleven a USA más rápido que inmediatamente. Porque allá, cuando cuente todo lo que sabe, tendrá algo de reducción de la pena que le tocaría, pero le echaría más leña a la candela que ya tienen encima Maduro y sus acólitos. En España, con Maduro, Díaz Canel y Rodríguez Zapatero intercediendo a favor de que no sea extraditado, corre el peligro de ser liquidado en prisión por gente de la Madre Patria a la que tampoco le conviene que suelte la lengua.
Encima y como si fuera poco, la segunda esposa y la hija de Alex Saab están nada más y nada menos que en Moscú. Y los rusos sugirieron que la extradición de Saab “podría poner en peligro las negociaciones en México”. ¿Y eso por qué?, me pregunto. Saab está acusado de narcotráfico, enriquecimiento ilícito y terrorismo. ¿En qué esas acusaciones tienen que ver con las negociaciones? ¿No es una confesión de partes que involucra al régimen venezolano?
Dicen que Saab ha sido un buen padre. Debe estar aterrado de que su hija más pequeña y su esposa estén en manos de los rusos.
Corre el rumor de que Rafael Ramírez también podría ser extraditado, pero a Venezuela. Y con él no tendrán la menor compasión. Porque cuando los aliados dejan de serlo, se convierten en enemigos peores que los enemigos del bando contrario. Y viendo lo que han hecho con los opositores, podemos imaginarnos lo que harán con él. Como ejemplo reciente ahí está el General de División Pedro Naranjo Suárez, quien fue Jefe del Servicio de Armamento, Comandante del Comando Aéreo del Segundo Comando y Jefatura de Estado Mayor de la Comandancia General de la Guardia Nacional Bolivariana, entre otros altos cargos, quien fue sacado esposado por efectivos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de la Clínica Metropolitana la noche de este viernes 10 de septiembre, a pesar del estado crítico de salud en el que se encuentra. Los reportes médicos hablan de un ACV y un tumor en el cerebro. La página de Runrunes refiere que, según la versión que maneja la abogada, “los médicos de la Policlínica Metropolitana que le atendieron advirtieron que el general Naranjo pudiera sufrir convulsiones o incluso entrar en coma». Y me imagino que el general conocerá a varios de sus carceleros de antiguas acciones… Por fortuna para él, lo devolvieron a la clínica.
Pero con “amigos” así, ¿quién necesita enemigos?… La moraleja de todas estas historias es que, como decimos en criollo, a todo cochino le llega su sábado.
¡Revolucionarios, llegó la hora de ponerse a temblar!