En unas determinantes elecciones primarias en medio de la crisis económica agravada por la pandemia de covid, la mayor parte de los argentinos mostró su preferencia por la oposición. Si se confirma esta tendencia el 14 de noviembre el peronismo en su variante Kirchner está en riesgo, inclusive en las presidenciales de 2023.
Las elecciones primarias legislativas dejaron este domingo 1 de septiembre un fuerte revés al gobierno kirchnerista de peronista de centro-izquierda comandado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El resultado abre un nuevo panorama en el mapa político de Argentina.
Los resultados revelados en las últimas horas revelan que los candidatos de la opositora alianza de centro-derecha Juntos fueron los más votados de cara a las elecciones de medio término del próximo 14 de noviembre.
Las primarias, por ser obligatorias, representan un sondeo a escala real respecto a la gestión del mandatario. Esta es la primera prueba electoral para Fernández desde que llegó a la presidencia en diciembre de 2019 en llave con Cristina, la viuda de Néstor Kirchner y expresidenta.
Tormenta en el poder
“Todos escuchamos el veredicto de la gente con respeto y mucha atención”, dijo Alberto Fernández, rodeado de los principales referentes de su partido, tras conocerse los resultados.
“A partir de mañana vamos a trabajar para que en noviembre nos acompañen porque seguimos convencidos que estamos frente a dos modelos de país, uno que a todos incluye y otro que a muchos deja al costado”, dijo.
En la mayoría de los distritos del país los candidatos de la alianza oficialista Frente de Todos secundaron a los de Juntos, liderada por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
La provincia de Buenos Aires, tradicional bastión del peronismo con un tercio del electorado del país, dio a Juntos el 38,3% frente a 33,5% del oficialismo, escrutadas más del 76% de las mesas de votación.
En la capital federal, donde la fuerza de derecha es más fuerte, los números son aún más duros para el gobierno. Escrutado el 96% de las mesas, Juntos obtenía 48,27% de los votos frente a 24,62% de la alianza de Fernández.
“Es un escenario catastrófico para el gobierno, con estos números la perspectiva es que el triunfo opositor debería consolidarse dentro de dos meses”, dijo a la AFP el politólogo Carlos Fara.
Los argentinos volverán a las urnas el 14 de noviembre, cuando se renovarán 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 del Senado.
Lo que está en juego
La coalición gobernante arriesga la mayoría que actualmente tiene en el Senado. En la cámara baja ha transcurrido estos dos años en minoría y necesitaría diez bancas más para asegurar la mayoría.
Las primarias estuvieron signadas por la pandemia de covid-19 que retrasó las votaciones debido a medidas sanitarias en los centros de sufragios.
Un total de 34 millones de personas estaban habilitadas para votar, aunque la participación llegó a algo más del 67%.
Castigo
El resultado es un “castigo para el gobierno”, indicó Fara.
“Estos resultados reflejan que la mayoría prefiere que el gobierno pierda las elecciones legislativas, si bien falta ver qué ocurrirá finalmente en noviembre”, señaló.
Fernández llegó a la presidencia en diciembre de 2019, tres meses antes de registrarse el primer caso de covid-19.
La pandemia ha causado más de 113.000 muertes sobre 5,5 millones de casos con un marcado descenso de los contagios las últimas semanas conforme avanza la vacunación, uno de los puntos fuertes en los que basó su campaña. El 63,81% de los 45 millones de habitantes de Argentina ha recibido una dosis y 40,52% las dos.
“Pero el principal tema de preocupación de la gente es la economía y es el tema peor evaluado del gobierno, aunque el manejo de la pandemia con la vacunación lo estabilizó”, aseguró Fara.
Es la economía, che
Pese a todo el gobierno apuesta a sostener la reactivación que empezó a evidenciarse en una economía que está en recesión desde 2018 y cayó el año pasado 9,9%.
Sin embargo, los bolsillos de los argentinos siguen golpeados por una inflación que no da tregua y acumuló 29,1% de enero a julio pasado, con énfasis en los precios de los alimentos.
“Es un gobierno que viene con más desaprobación que aprobación desde hace más de un año, que había perdido la moderación que era una de las demandas que había premiado el electorado en 2019 y con mucha actitud de soberbia que lo desgastó”, explicó Fara.
Es un “fuerte llamado de atención al gobierno” y de su interpretación dependerá la segunda parte del mandato de Fernández, agregó.
El Estímulo/AFP