Héctor Antolínez @hectorantolinez

Los politólogos Fernando Spiritto y Piero Trepiccione concuerdan en que, más allá del proceso electoral, el verdadero reto del G4 será la reconstrucción de un liderazgo que se gastó por la política abstencionista de los últimos años.

Caracas. Esta semana se confirmó lo que era un secreto a voces, que el G4, alianza que aglutina a los partidos Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, participará en las elecciones regionales y municipales del próximo 21 de noviembre.

Más allá del reto de hacer campaña electoral en medio de una pandemia y en un país con crisis económica, para el G4 se trata de un labor aún más cuesta arriba, por el desgaste de sus liderazgos y por los efectos de un discurso abstencionista que caló en buena parte de su militancia, la cual ahora, incluso, rompe filas con los partidos y señala que no va a votar, independientemente de lo que haga la Plataforma Unitaria que encabeza Juan Guaidó.

Para el politólogo Fernando Spiritto, el G4 no atraviesa un buen momento, y de hecho señaló que la participación en las elecciones del 21-N no responden tanto al deseo genuino de apostar por esta vía para mantener la lucha política en el país, sino más bien al hecho de haberse quedado sin otro camino que recorrer.

“La decisión de participar no es unánime, hay partidos que no son del G4 pero sí de la oposición, como ABP y La Causa R, que no van a participar. El G4 llegó a esta decisión de participar porque no tenía remedio. Guaidó perdió mucha legitimidad y agotó su capital político; mientras esto pasó el país se empezó a mover por su lado con las ONG y los liderazgos regionales. El G4 participa porque se vio abrumado por la realidad y no tuvo otro remedio para no quedarse atrás”, explicó Spiritto.

Para el politólogo, el G4 tiene dos retos por delante: el de reconstruir una maquinaria electoral que ya no existe, y el de motivar y movilizar a un sector de la oposición que ya no ve el voto como una alternativa viable para salir del chavismo. Añadió que esto es algo que Guaidó no puede hacer por su propia cuenta y que la clave está en retomar una estructura similar a la que se tuvo para el 2015.

La única manera de motivar a la población opositora para que participe es recomponiendo el liderazgo que tuvo el G4, y esto no creo que Guaidó pueda hacerlo solo. Sí podría un liderazgo colectivo como el que se tuvo en el 2015. Por eso el G4 debe unirse y mostrar que es una verdadera plataforma unitaria”, dijo.

Para Spiritto, la postura abstencionista de los últimos años, y el retraso en finalmente desecharla, le pasará factura al G4 en estos comicios, pero señaló que esto no significa que la lucha esté perdida.

“No es un todo o nada”

Con respecto a los posibles resultados que el 21-N podría arrojar, sea una victoria o una derrota para el G4 y la Plataforma Unitaria, Spiritto dijo que, incluso si estos pierden la mayoría de las elecciones, no necesariamente se trataría de un golpe lapidario. Comentó que la clave está en cómo enfoquen y vendan este proceso electoral.

No es un todo o nada. Si lo ven como tal, todo será un fracaso. Lo que el G4 debe hacer es plantearse un proceso más largo en el que lentamente se vaya recuperando la fuerza y se logre motivar a las personas para que crean en el voto”, comentó.

El politólogo aseguró que será clave que el liderazgo político mantenga motivada a la población en torno a la participación, y dijo que es ahí donde está una de las dudas, en sobre si serán de verdad capaces de hacer tal cosa y, con base en eso, reconstruir sus fuerzas para los procesos que vienen en los próximos años.

Fernando Spiritto. Foto: Cortesía elucabista.com

“Tengo una duda: ¿tienen la capacidad de reconstruir su fuerza a como estuvieron para enero de 2019? No lo sé. Viene un hito muy importante, el revocatorio, y el G4 debe ir trabajando desde estas elecciones pensando en ese proceso, no solo para tener un pueblo opositor que participe en esto, sino también para contar con una maquinaria que pueda cuidar los votos”, afirmó.

“Esa es una campaña electoral fuera de la polarización”

Para el politólogo Piero Trepiccione estas elecciones confrontarán al G4 con el reto de cómo afrontar estos comicios para lograr el mejor resultado posible. Él afirmó que es necesario que el G4 se proyecte con personalidad e innovación, algo que se traduce en dar más peso a los candidatos que a los propios partidos políticos.

El G4 tiene que pensar que esta es una elección donde la gente va a valorar más las propuestas de los candidatos, los nombres y los estilos de estos. No es una campaña que va a estar orientada a los apegos partidistas o ideológicos. Esta es una campaña electoral fuera de la polarización”, comentó.

Trepiccione insistió en que los temas locales y colectivos marcarán la dinámica de la campaña y que si la oposición y el G4 asumen esto tendrán una mayor posibilidad de triunfo, en especial, porque su oportunidad de ganar se reduce a un solo tema: la participación.

“Mientras más baja la participación, mejor para el PSUV; mientras más alta, mejor para el G4. Precisamente, por ese motivo la campaña tiene que ser innovadora, porque solo así se logrará desmontar o convertir en minoría a los sectores abstencionistas. Que las personas vayan a votar es la clave del éxito para la oposición”, sentenció.

Piero Trepiccione. Foto: Cortesía TalCualdigital.com
Elecciones que pueden verse como una primaria de la oposición

El resultado de las elecciones del 21-N no solo determinará los nuevos alcaldes y gobernadores del país, sino que posiblemente determine qué factor político opositor se proyectará para los próximos años como el que verdaderamente representa la voluntad del pueblo antichavista en Venezuela.

Por ese motivo Trepiccione dice que está de acuerdo con ver estas elecciones como unas posibles primarias entre la oposición, específicamente entre el G4, que pasó los últimos años absteniéndose de participar, y la Alianza Democrática, que, desde la negociación con el chavismo, ha tratado de hacerse un espacio en la política para retar a los partidos más grandes.

Estas elecciones pueden ser consideradas como unas primarias para definir quiénes tienen la potestad de conducir a la oposición y la transición política en el país. Por eso creo que el liderazgo opositor seguramente se aclarará con el resultado y veremos cuál factor será el que coordine una nueva hoja de ruta para Venezuela”, comentó.