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La furia bolivariana | por César Pérez Vivas

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El ciudadano Nicolás Maduro Moros, desde su tribuna y en funciones de la Presidencia de la República, expresó el pasado jueves  18 de enero, durante el Congreso de la Nueva Época realizado en Caracas.lo siguiente:

“Vamos a activar el plan Furia Bolivariana, calle por calle, barrio por barrio, es un plan cívico, militar y policial para enfrentar cualquier intentona terrorista y golpista, se presente como se presente. Preparados para cualquier agresión contra la paz”, dijo Maduro (https://talcualdigital.com/provea-plan-furia-bolivariana-representa-una-estrategia-de-intimidacion-desde-2020/).

Al siguiente día, es decir el 19 de enero volvió sobre el tema en los siguientes términos: “…….les encargo a todos los compañeros de la industria petrolera, de todas las industrias, el plan furia bolivariana frente al golpismo, izquierda, izquierda y luego con la derecha avanzar, haciendo los planes, los programas, haciendo el trabajo, consolidando los sindicatos, la recuperación económica, los derechos laborales como lo tengo planificado, el ingreso de los trabajadores, porque este es un año para eso», aseguró Maduro. (https://efectococuyo.com/politica/maduro-sindicatos-progobierno-ejecucion-plan-furia-bolivariana/)

Se trata de un meta mensaje que encierra, conceptualmente, una invitación a la violencia contra los sectores sociales que están exigiendo a su gobierno un salario digno y a los sectores políticos que estamos trabajando y organizando a la sociedad para concurrir a las elecciones presidenciales establecidas por mandato constitucional para este año 2024.

La expresión por sí misma es una alusión a la violencia. En efecto la palabra FURIA, de acuerdo con el diccionario de la Academia de la Lengua significa: “ira, cólera, furor, irritación, rabia, saña, iracundia, exasperación, enojo, bilis, coraje…! Hace una descripción de la forma como en el boxeo se ataca a un contrincante: “…: izquierda, izquierda y luego con la derecha…..”

Todo el contexto discursivo está destinado a enviar un claro mensaje a sus cuadros políticos: atacar físicamente a los ciudadanos que han estado exigiendo a su gobierno respeto por sus derechos fundamentales.  Una clara incitación a la violencia contra los trabajadores y los ciudadanos en general. 

Resulta preocupante comprobar el nivel de insensatez en la que ha caído el señor Maduro en estas horas de tragedia humanitaria que su gobierno ha producido. Antes que aceptar la realidad y oír el justo reclamo de los educadores y de los demás trabajadores del sector público,  que con justicia exigen un salario digno, porque lo que reciben es una dádiva, lanza la orden de atacarlos físicamente. No otra cosa significa esa expresión Furia Bolivariana.

Es conveniente recordarle al Señor Maduro y a todo su entorno, que furia es la que su ineficiente y corrompida gestión ha producido en los trabajadores venezolanos. En efecto no hay un solo trabajador que no esté indignado con la confiscación del salario ejecutado por la revolución bolivariana. Comenzaron confiscando y expropiando empresas. Una de las consignas de esos procesos era el de adelantar semejante despropósito para empoderar  a los trabajadores. Las llamaron “empresas socialistas” “Empresas del pueblo”. Y terminaron convirtiendo las mismas en cajas chicas de los burócratas designados para administrarlas hasta llegar a su completo saqueo. La lista  de empresas confiscadas y saqueadas es muy larga, pero la misma comienza por PDVSA, las cementeras y las empresas básicas de Guayana. Todas quebradas y destruidas.  Las empresas para los trabajadores terminó siendo una quimera y hoy en día los únicos beneficiarios de esa política fue la legión de burócratas, civiles y militares, que se enriquecieron con el manejo de las mismas hasta el punto de llevarlas a la quiebra y confiscarle el salario a todos los trabajadores.

El otro elemento contenido en el mensaje de Maduro es el de la represión, que no es otra cosa que la violencia institucional del estado. Usar los organismos de seguridad del estado y el aparato de justicia para perseguir y someter a los trabajadores y a los disientes políticos, constituye una tarea propia de todo régimen autoritario.

La orden comenzó a cumplirse en la ciudad de Barinas donde se allanó, sin orden judicial alguna, la sede del sindicato de educadores para llevar a prisión al líder gremial Profesor Víctor Venegas.  El comisario político de la cúpula roja para Barinas, el señor Arreaza, justificó en la radio local de Barinas la violencia institucional contra Venegas por convocar, éste dirigente, al gremio docente a la protesta por sus reivindicaciones salariales.  El citado burócrata rojo justificó la acción porque los reclamos magisteriales y las respectivas manifestaciones no fueron antes  autorizadas por el propio gobierno para poderlas efectuar. Si así fuera siempre, jamás podría efectuarse protesta alguna pues el mismo gobierno no va a autorizar se le exija y reclamen sus deberes. 

La furia boliviana es en síntesis la respuesta del Estado-PSUV a la protesta social y a la lucha política destinada a preparar a los ciudadanos para asistir a votar este año y así poder sacar del poder a esa cúpula roja causante de la tragedia humanitaria que padecemos. Frente a la orden de incrementar la violencia y la represión, impartida por Nicolás Maduro, nuestra lucha debe reafirmarse en la acción pacífica, orientar adecuadamente a nuestros ciudadanos para no pisar el peine de la violencia que la cúpula gobernante nos coloca con el solo objetivo de sacarnos de la ruta electoral, para ellos perpetuarse en el poder. De modo que todos nuestros esfuerzos deben focalizarse en la tarea política y electoral para garantizar la derrota de a Maduro y de su proyecto hegemónico y continuista.