- Si la oposición venezolana quiere tener éxito en sus próximos retos políticos y electorales, debe -en primer lugar- definir cuál es su objetivo inmediato. Y sin que quepa espacio para las dudas, las crisis política y económica conforman la esencia de ese objetivo.
- Una vez definido el objetivo, es entonces cuando se pasaría a diseñar las estrategias necesarias para alcanzarlo. Es decir, con el objetivo en la mano es como sabremos dilucidar si llegó la hora de entrar en el Modo Solución o seguir en el Modo Combate.
- Un dato que pudiera ayudar a nuestros políticos a definir el objetivo inmediato: el 82% de los venezolanos considera que la crisis económica y la mala calidad de vida son más relevantes que la crisis política. Nunca olvidemos que en democracia los políticos se deben a los ciudadanos.
- La crisis económica -que sin duda es el resultado de una crisis política- es el epicentro de una mega crisis que alcanza dimensiones humanitarias (pobreza, diáspora, pésimos servicios públicos). Para la mayoría absoluta de los venezolanos, la solución de la crisis económica es la que debe marcar la pauta en la toma de decisiones de nuestros políticos de oficio, pero lamentablemente eso no ha sido posible en los últimos 10 años.
- El gobierno y la oposición estuvieron enfocados hasta hace poco en la crisis política, en definir quién controla el poder, y -lo peor-, pretendiendo solucionarla montados en un ring de boxeo (combinado con lucha libre, es decir, lucha sucia), dándose pescozones mortales sin generar resultados tangibles que beneficien al país.
- De manera que el objetivo fundamental, tanto del gobierno como de la oposición, consiste -ciertamente- en diseñar estrategias que ayuden a superar la crisis política. Sin embargo, éstas deben estar perfectamente alineadas con la solución de la crisis económica. No tiene sentido priorizar una relegando la otra. Hay que resolver ambas a la vez. Y aquí es donde entramos en la hora de las definiciones.
- Por ejemplo, un cambio de gobierno no resuelve de manera automática la crisis económica. Quizás hasta puede agravarla. Todo depende de cómo se produzca el cambio. Si se hace de manera fáctica, compulsiva, excluyente, vengativa, sin duda la crisis se profundizará.
- Dejo aquí otros datos que nos permiten aproximarnos a la clave para definir el objetivo central:
- Venezuela necesita con urgencia una cifra superior a los 50 mil millones de dólares para iniciar la reconstrucción del país y poner a marchar de nuevo el aparato productivo.
- Ni el estado venezolano, ni la banca internacional, ni la ayuda de otros países están en capacidad de cubrir ese monto. El aporte mayor lo harían los inversionistas privados nacionales y extranjeros.
- En el caso Venezuela, los inversionistas privados exigen 3 condiciones sine quanon para traer su capital: absoluta paz social y política (la teoría de la confrontación no lo garantiza), un marco jurídico confiable, y un gobierno que respete los acuerdos. Nunca olvidemos que no hay nada más cobarde que el capital.
- Por tanto, la crisis económica sólo puede resolverse a través de un desenlace político ordenado, consensuado entre gobierno y oposición, y de carácter electoral. La teoría de la confrontación va en dirección contraria al objetivo.
- Por eso hemos insistido en la necesidad de definir claramente el objetivo antes de ir a la calle a divulgar ideas que no conducen a ningún lugar. Peor aún, ni siquiera ayudan a resolver la crisis que conmueve a la nación. Los buenos políticos siempre, pero siempre tienen un alto sentido de responsabilidad social.
04 Septiembre 2023
@JesusSeguias
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”Hasta el final”: el enigma del momento.