La movilización social y política, masiva y pacífica, acompañada de una numerosa participación electoral, con coordinación estratégica, son los instrumentos que le quedan a la oposición para enfrentar los retos políticos en el contexto autoritario actual, de acuerdo con el politólogo John Magdaleno
Entrevista: César Batiz Redacción: Jesús Abreu
Los desafíos de la oposición en torno a la Plataforma Unitaria Democrática van más allá de la elección primaria prevista el 22 de octubre, pero la consulta interna opositora -si es exitosa- puede ser un mecanismo que conduzca a todos los factores de oposición involucrados en ese proceso a transitar una ruta estratégica coordinada, para enfrentar en 2024 unos comicios presidenciales que no serán libres ni mucho menos competitivos.
A poco más de dos meses para su celebración, la primaria está en riesgo. Esa es una de las primeras advertencias que destaca el politólogo John Magdaleno.
La elección interna opositora autogestionada, la opción que tuvo que elegir la Comisión Nacional de Primaria tras la renuncia forzada del directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE), implica retos en cuanto a la participación ciudadana, la legitimidad que otorgue a la candidatura ganadora y en la conformación de una fuerza de carácter político electoral que demanda una coordinación estratégica para 2024.
“La oposición está obligada a crear un clima de opinión de victoria inevitable para 2024 y a eso contribuiría un elevado número de participación en la primaria (…) está obligada a crear la apreciación, la idea, de que en efecto cada vez más gente forma parte de esa fuerza mayoritaria, político electoral”, resaltó Magdaleno en entrevista con el director de El Pitazo, César Batiz.
–¿Están en peligro las primarias?
–Están en riesgo, en mi opinión. Sí hay riesgos reales y remiten a unas dos o tres variables fundamentales. El primer tipo de riesgo que veo es de carácter técnico, logístico. Una primaria que tenga un limitado número de centros electorales con el potencial de participación que hay -que es importante-, presenta un primer tipo de problema. Desde septiembre del año pasado hasta marzo de este año, la disposición de ir a votar, cuando se le pregunta a los entrevistados en encuestas de cobertura nacional cuán dispuestos están de ir a votar en la elección primaria, ha estado rondando entre 17 % y 21 %.
En una encuesta reciente de cobertura nacional de Delphos que cerró a finales de junio, se registra un incremento de la disposición a votar: 40 % declaró estar seguro de ir a votar. En la encuesta anterior de Delphos eso era 21%. Hay un incremento de 19 puntos porcentuales entre la encuesta de noviembre de 2022 y la de junio de este año.
Supongamos que de ese 40 %, 25 % está muy seguro de ir a votar en la primaria del 22 de octubre. Si traducimos esos números que son disposición a votar sobre la base del Registro Electoral Permanente, tengo que hay un potencial de participación de más de 4.000.000 de electores. Hay un potencial de participación elevado. Ahora que eso se traduzca, en efecto, en la cifra de participación, depende de muchas condicionantes y variables que impactan de aquí al día de la votación.
La primaria debería contribuir a edificar esa fuerza que demanda coordinación estratégica
John Magdaleno, politólogo
Hay un importante potencial de participación en la primaria, por tanto depende de la ejecución, de detalles técnicos y también de la voluntad política que ese potencial se traduzca en número reales; este es el punto de fondo. ¿Cuáles son esos detalles técnicos y logísticos que deben resolverse para que ese potencial se traduzca en números reales? El número de centros de votación debe ser el más elevado posible, la localización de esos centros de votación, el nivel de dispersión para que la gente pueda llegar a expresar esa voluntad.
Nada más en el estado Barinas hay locaciones en las que para trasladarse de un municipio a otro puedes tardar cuatro o cinco horas. Cuando hablo de localización, dispersión, número de centros electorales, tienes que facilitar el número de manera que la mayor cantidad de electores que te están diciendo que están muy dispuestos a ir a votar puedan trasladarse; si el centro les queda muy lejos, ese potencial no se va a manifestar.
–Estamos hablando de un momento en Venezuela con falta de combustible. ¿Cómo se va a trasladar una persona cuatro o cinco horas para ir a votar?
–Eso nos conduce al problema de la movilización: quién está asegurando la movilización. Los partidos de oposición se supone que deberían asegurarla.
–Si las encuestas están indicando que María Corina Machado gana con una amplia ventaja, ¿qué partido va a movilizar a sus electores para quedar a 20 %, 10 % o 5 % con respecto a María Corina Machado?
–Eso plantea un problema y aquí entramos ya en los riesgos políticos. Por un lado eso que señalas: si la brecha es tan abultada qué incentivos tienen el resto de los factores para que se celebre la primaria. Si se piensa que, efectivamente, la primaria no solo es para elegir un candidato o candidata unitario, sino para escoger la jefatura de la dirección opositora, qué incentivos tienen factores de oposición para continuar con la primaria, sobre todo si quien podría quedar como ganador o ganadora, está diciendo yo voy a barrer con ustedes, con el resto de la dirección política.
¿Qué incentivo se está generando para que el resto de los factores participen en la primaria? Sabiendo que el riesgo de que sean derrotados es elevado y al mismo tiempo para que legitime y acompañe esa opción política luego. Y viene un problema político adicional: dado que tres de los candidatos que participan en la primaria están inhabilitados y esto conduce a un problema que ya se sabía que había que abordar con mucha antelación, hay que sustituir al ganador o la ganadora de la primaria si este o esta son o están inhabilitados. ¿Cuál es ese mecanismo de sustitución? ¿Eso se puede acordar entre los factores que compiten en la primaria?
Por esa razón yo había propuesto el año pasado que en la primaria se votara estratégicamente por tres opciones en orden de prelación, en previsión de este escenario; es decir, que el elector supiera que tiene que votar por tres en el orden de prelación que sugiriera. Esto no fue lo que se decidió, ahora hay que buscar un mecanismo de sustitución.
La primaria tiene problemas y riesgos que deben ser abordados, no es que sea imposible o que no se pueda celebrar la primaria; si esos problemas son abordados exitosamente se celebra. Si no, existe el riesgo de que se aborte; ese es el riesgo real que existe a la fecha.
–De realizarse, ¿cuáles serían esos indicadores que nos señalarían que la primaria ha sido exitosa? Hablabas de uno que es la participación; si se da esa condición de que participen los que están seguros de participar, partiendo de que sea más o menos 25 % del electorado. En la primaria de 2012 que ganó Capriles, participaron 3.079.284 electores.
–Vamos a resumir en tres los objetivos que persigue la primaria. En primer lugar, el umbral de participación me parece importante, porque si hay una participación relevante en la primaria, eso ayuda a crear un clima de opinión favorable para la elección presidencial. De manera que una medida de éxito cuantitativa que podría proponer para la discusión es si en la primaria se registra, cuando menos, el volumen de participación de la primaria de febrero de 2012, cualquier cosa por encima de eso es un éxito superior. Mientras más se acerque el volumen de participación a los 4.000.000 de electores, mejor.
El Gobierno y en general el régimen autoritario no tienen ningún interés ni incentivo como para que la primaria tenga éxito
John Magdaleno, politólogo
Un segundo indicador que hablaría del éxito de la primaria es la robustez de la legitimación de la candidatura: cuán bien legitima la candidatura; cuánto soporte y respaldo reúne a favor de una candidatura. Si la primaria permitió, en virtud de la participación, que múltiples competidores tuvieran votaciones relevantes y sobre todo la ganadora o el ganador. Eso habla de una medida del éxito.
Otra medida tiene que ver con detalles técnicos y logísticos. Si la primaria dispuso un importante número de centros de votación y de mesas electorales como para que se pudieran expresar esa voluntad y disposición que aparece en los estudios.
Lo que no puede ocurrir respecto a este tercer indicador es que la confección técnica y logística de la primaria filtre el potencial de participación, que lo limite o restrinja. Si eso ocurre, la primaria no está cumpliendo con su propósito, porque si tienes un potencial de participación de más de 4.000.000 de electores y resulta que quedas con 1.500.000 o 2.000.000 de electores, ahí hay unos problemas porque las encuestas te están diciendo que hay una voluntad genuina de manifestar preferencia electoral en un umbral importante de electores, pero no lo habrías conseguido porque la modalidad con la que tuvo lugar la primaria no fue satisfactoria.
Otro indicador es si la totalización permite un reconocimiento de los resultados sin mayor contratiempo. Estoy planteando indicadores técnicos y políticos como medidas de éxito. ¿Qué pasa si la primaria escoge una candidatura que luego la mayor parte de los factores de oposición no respaldan? ¿Podríamos decir que fue una primaria exitosa? Claramente no.
–El hecho de que las demás organizaciones de la oposición no respalden esa candidatura no quiere decir que no tenga el voto popular o incluso la intención del voto popular.
–Y no quiere decir que ninguno de los factores involucrados no tengan el voto popular, no solo quien está arriba, sino que el resto de los factores no tengan respaldo popular. Este punto es importante y me permito sacar una cuenta para que la gente entienda de lo que estamos hablando. Supongamos que en efecto María Corina Machado gana la primaria, que es lo que dicen todos los estudios como lo más probable a la fecha. Supongamos que terminan yendo los cuatro millones de lectores y que ella tiene la mitad de las preferencias de esos electores; eso quiere decir que ella tiene 2.000.000 de votos. ¿Eso es suficiente para construir una mayoría político electoral de cara a 2024? Claramente no.
Cuando menos la oposición necesitaría entre 6.000.000 y 8.000.000 de votos para elevar la probabilidad de un triunfo.
¿Cómo se resuelven y se encaran los riesgos de la primaria? Con coordinación; planteando opciones estratégicas entre todos los factores involucrados
John Magdaleno, politólogo
Frente a los espejismos de la primaria tú puedes ser un ganador o ganadora, pero dependiendo de tu desempeño posterior, de tu capacidad para generar alianza con otros factores; para atraer a otros públicos distintos, a otros conglomerados de electores, tendrás o no capital y fuerza para ser competitivo de cara a la presidencial, en el entendido de que la presidencial en el contexto de un régimen autoritario como el de Venezuela, no será una elección competitiva. Requieres desarrollar muchas más capacidades organizativas y de coordinación estratégica para que realmente construyas un músculo de envergadura.
La primaria te plantea unos espejismos que si no se administran bien, efectivamente quien gane la primaria pueda que tenga dificultades luego para construir mayoría dependiendo de cómo se conduzca, de su estrategia, de su capacidad para concitar respaldo de otros factores políticos de oposición.
–Hemos hablado de los indicadores que nos señalarían que la elección es positiva e incluso has señalado que si se lograran los objetivos, el efecto positivo que tendría para la candidatura y para la oposición en 2024. Ahora, si las primarias se llegaran a realizar pero no cumpliendo con los indicadores que nos señalan que es una elección de calidad, ¿qué pasaría?
–Hay tres cosas que pueden pasar que no serían afortunadas para la dirección opositora. ¿Qué pasaría si el volumen de participación fuese muy deficiente, entre 1.000.000 y 1.800.000 electores? Puede ser que no entusiasme tanto al resto de los electores para participar en la presidencial de 2024.
Para la elección presidencial de 2024, la oposición está forzada a crear un clima de opinión de victoria inevitable; la percepción de una victoria inevitable; de una fuerza político electoral arrolladora que es indetenible. Crear esa percepción es muy importante y eso, que no es lo único, contribuiría a un elevado número de participación en la primaria. Si no reúnes un número importante en la primaria, te quedas sin un instrumento para construir esa percepción, no quiere decir que no haya otras vías, pero el instrumento falla para construir esa percepción.
¿Qué pasa si en la primaria la legitimación de la candidatura es precaria? Supongamos que asisten 1.500.000 electores y que haya al final un resultado reñido entre cuatro candidatos, que la diferencia haya sido muy pequeña entre el primero y el resto de los candidatos siguientes. Ahí hay un problema que no va a evitar cierto nivel de roce entre las organizaciones que están detrás de esas candidaturas.
Si el ganador o ganadora de esa primaria quiere impulsar una nueva hegemonía dentro de la nueva dirección opositora y gobernar las decisiones de la oposición, eso va a plantear mucha fricción a la postre y puede dificultar la coordinación estratégica que se requiere para la presidencial.
¿Qué pasa si el nivel de dispersión de los centros electorales y la localización les dificulta tanto las cosas a los electores que termina generando irritación y la gente no puede expresarse a la postre? Ahí la primaria se convertiría en un bumerán porque levantaste una expectativa que no pudiste cumplir.
Esos son los riesgos. ¿Cómo se resuelven y se encaran? Con coordinación entre los actores; encarándolos todos, planteando las opciones estratégicas entre todos los factores involucrados como para que se intenten resolver, porque si no se resuelven, todos sin excepción cobran los costos del mal desempeño. Quien esté calculando que si la cosa sale mal, entonces se lo van a atribuir a fulano, no está entendiendo: todos cobran con el costo. Los electores les van a pasar la factura del mal desempeño a todos. Eso me permite pensar que todos tienen incentivos como para que se resuelvan esos problemas, porque de lo contrario todos cargan con el costo.
Tengo la impresión de que la mayoría de los electores va a hacer un voto generado por el entusiasmo de algunas candidaturas
John Magdaleno, politólogo
–Has hablado de los incentivos de la oposición. ¿Cuáles son los incentivos del gobierno de Maduro para permitir primero que haya primarias; para no torpedearlas, y luego para que haya unas elecciones en 2024?
–Yo no creo que tenga ningún incentivo el Gobierno como para que se celebre una primaria exitosa. Ya tienes un par de señales en esa dirección. En primer lugar, se sabe extraoficialmente de un preacuerdo que había respecto de las condiciones en las que el CNE podría apoyar logísticamente el proceso de la primaria, pero después de que se llega a ese preacuerdo sobreviene la renuncia forzada de rectores vinculados con el oficialismo. Es decir, tan pronto se sabe de la existencia de un preacuerdo, pocos días después vino la renuncia forzada de rectores vinculados con el oficialismo.
Ahí tienes una primera señal concreta de que desde el oficialismo no hay ningún interés en que la primaria tenga un resultado exitoso. De paso, el tiempo que se retrasó el CNE en contestar la solicitud formal que le presentó la Comisión Nacional de Primaria es otra indicación muy clara. Eso es lo que la obliga a decidir la primaria autogestionada, no le queda otra opción.
El Gobierno y en general el régimen autoritario no tienen ningún interés ni incentivo como para que la primaria tenga éxito. Si la primaria tiene éxito, mucha gente se estimula para ir a votar en la presidencial por alguna alternativa frente a la del Gobierno. Eso es indiscutible, de la misma forma en que olvidémonos de la idea de que en regímenes autoritarios como el venezolano, un autoritarismo hegemónico, va a haber una elección libre y competitiva, eso no es factible.
La pregunta es, echando mano de la experiencia comparada, porque se sabe de casos en los que ha habido elecciones semicompetitivas o no competitivas que contribuyeron al inicio de una transición a la democracia, ¿como puede confeccionar la oposición una estrategia para que, a sabiendas de que no hay una elección libre y competitiva, le plantee dilemas estrategicos severos a los principales factores de poder del régimen autoritario?
Si hay una participación relevante en la primaria, eso ayuda a crear un clima de opinión favorable para la elección presidencial
John Magdaleno, politólogo
–¿Y cómo puede la oposición?
–Por dos vías. Echando mano de dos instrumentos: de la movilización social y política masiva, no violenta, y con una participación electoral masiva. No hay para dónde agarrar. Eso supone que la oposición, en cualesquiera de los casos, tiene que trazar como estrategia dominante la movilización social y política masiva, por intermedio de la protesta y de la participación electoral. No hay otro camino del lado de la oposición. Y eso requiere de un nivel de coordinación entre todos los factores. Por eso es que elevar el nivel de rivalidad entre ellos puede ocasionar un serio daño a las capacidades para acometer estas tareas.
–Y por eso la oposición está obligada a crear la percepción de una victoria inevitable.
–Sobre todo está obligada a crear la apreciación, la idea, la representación colectiva, de que en efecto cada vez más gente forma parte de esa fuerza mayoritaria, político electoral; crear la idea de que esto es indetenible.
En Serbia, en tiempos de Milošević, también se celebra una primaria, en una circunstancia -guardando las distancias- relativamente similar a la de la venezuela de hoy: había una fragmentación entre la oposición; 18 partidos de oposición que pretendían competir y se celebra una primaria, y uno de los secretos es que se celebra un acuerdo entre partidos de oposición y movimientos sociales. Cuando la gente empezó a decir, en el año 2000, este es el año; cuando había una convicción generalizada de que no se podía esperar más y que todo el mundo tenía que ser protagonista para el cambio y que tenían que sumarse al esfuerzo de construir esa fuerza, se pudo construir en efecto esa fuerza.
Imagínate que como saldo de la primaria la gente empiece a decir este es el año o en 2024. A eso debería contribuir la primaria, a edificar esa fuerza que demanda coordinación estratégica.
–Qué sabrá el Gobierno o Diosdado Cabello, quien en mítines en Caracas y Maracaibo -sin mucha gente por cierto- ha estado afirmando que son actividades para apoyar a Nicolas Maduro. En sus discursos ataca a las primarias y en especial a María Corina Machado. ¿Cuál es el propósito de estas actividades del vicepresidente del PSUV?
–Los regímenes autoritarios aprovechan muchas circunstancias para probar el nivel de respaldo de las instituciones, autoridades y decisores. Los mítines que se celebran en esta oportunidad intentan calibrar la capacidad de movilización y el nivel e intensidad de respaldo que hay por Nicolás Maduro. Para mí son ensayos, experimentos, para ver hasta qué punto funciona la movilización del partido; hasta qué punto los respaldos están entusiasmados como para estar detrás de una candidatura como la de Maduro.
Pero Cabello ha estado declarando en los últimos días que él cree que el número final de participación en la primaria rondará 1.500.000 electores. Desde el oficialismo siempre se mete el pie en la puerta, eso es una técnica de comunicación política.
Desde el oficialismo se esté figurando una agenda en la que se intenta seguir torpedeando la primaria, porque si tiene éxito, eso va a entusiasmar a muchos sectores del país. Leo esas declaraciones como intentos de meter el pie en la puerta, a sabiendas de que se podría estar construyendo una fuerza política que le plantee dilemas al autoritarismo.
–Hemos hablado que María Corina Machado lidera la intención de voto para las primarias. Es sabido también que los candidatos no solo ganan elecciones, sino que también las pierden. En caso que María Corina Machado no pueda soportar su ventaja, quiénes son dentro del cuadro de los 13 candidatos los que pudiesen llegar a tomar la ventaja en la preferencia electoral. ¿A quién vislumbras de acuerdo con las posibilidades de crecimiento?
–El segundo que aparece en las encuestas es Henrique Capriles, pero tiene el mismo problema de María Corina Machado, también está inhabilitado. Algún sector del electorado votará por el candidato al margen de que esté inhabilitado. Otra parte del electorado probablemente tenga un voto más estratégico, por alguien que pueda competir a la postre. Eso le abre la compuerta a outsiders o a algunos de los candidatos menos conocidos, para que mejoren sus cifras, pero queda poco tiempo, poco más de dos meses y medio, y lograr reconocimiento de porciones importantes del electorado no es asunto sencillo, sobre todo cuando los candidatos tienen tanto nivel de desconocimiento.
Habría que ver quiénes están en las primeras cinco posiciones para saber quién tendría mayor opción de aproximarse. El segundo es Capriles, según los estudios que he visto. Podría crecer el tercero y el cuarto, pero todo depende de cómo se desempeñe la campaña de cada quien, y de si alguno capitaliza un voto que se vuelva un poco más consciente. Tengo la impresión de que la mayoría de los electores no va a tener un voto más racional o estratégico, sino que va a hacer un voto generado esencialmente por el entusiasmo de algunas candidaturas.