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¿Qué está pasando con el consumo y los consumidores en Venezuela?

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Las proyecciones de Datanálisis contemplan que tras la caída del primer trimestre el consumo se estabilice y recupere el crecimiento para cerrar el año con un alza de 4%

@VSalmeron

El surgimiento de una sociedad con enormes diferencias obligó a Datanálisis a replantearse la manera de evaluar al consumidor y a generar una segmentación que refleje el giro hacia un mercado muy disímil, donde los distintos estratos tienen poco o nada en común.

“Venezuela es una mezcla heterogénea de distintos segmentos con una diferencia tan marcada que ya no tiene sentido referirse a la media. Ya no podemos trabajar tan fácilmente” dice Luis Vicente León, director de Datanálisis.

Para crear la nueva estratificación del consumidor la firma recolectó datos durante el primer trimestre del año y se apoyó en seis variables: acceso a divisas, situación de la vivienda, medios de transporte, servicios médicos y seguro, consumo de alimentos fuera del hogar y acceso a bienes y servicios.

El acceso a divisas o a un ingreso indexado es clave. El dólar desplazó al bolívar y se utiliza para fijar precios, ahorrar y en buena parte de las transacciones, por lo tanto, esta es una variable fundamental para medir la capacidad de consumo.

Un aspecto relevante es que la estratificación por zonas perdió efectividad. “La segmentación se cruzó. Puede haber alguien en un barrio de Petare, por ejemplo, con capacidad de compra en dólares porque tiene un negocio y un profesional universitario jubilado en un apartamento en El Cafetal, una zona de clase media, con una capacidad de consumo muy limitada”, dice Luis Vicente León.

El ingreso

La nueva estratificación segmenta a la población con base a su capacidad actual de compra y consumo. En el estrato alto se encuentra 3,7% de la población que forma parte de familias con un ingreso mensual superior a 5.560 dólares.

En el segundo peldaño está el estrato denominado como clase media emergente. Se trata de 12,9% de la población que pertenecen a familias con un ingreso entre 1.734 dólares al mes y 5.560 dólares.

En el tercer peldaño se ubica el segmento “medio establecido” que representa 22,7% de la población que forma parte de familias con un ingreso mensual entre 673 dólares y 1.734 dólares.

Sigue el estrato “bajo con oportunidades”, que representa a 26,8% de la población que forma parte de familias con un ingreso mensual entre 376 dólares y 673 dólares.

Finalmente está el estrato “bajo excluido”, donde se ubican 8,9 millones de personas, que representan 33,9% de la población y son parte de familias con un ingreso mensual entre 193 dólares y 376 dólares que no les permite alimentarse de forma adecuada.

Los emergentes

Luis Vicente León explica que la clase media emergente, un segmento inédito, incluye a un sector de la población que se adaptó mejor al cambio del mercado y no encaja en el perfil de la clase media tradicional que básicamente agrupa a profesionales con estudios universitarios.

“Esta clase media emergente no tiene una estructura profesional equivalente a la clase media profesional, puede ser un técnico, alguien que se dedicó a actividades comerciales, un joven que desarrolló un negocio por internet o que está vendiendo seguros alternativos. Son jóvenes, la mayoría alrededor de treinta años y se han adaptado mejor a la demanda”, dice Luis Vicente León.

Agrega que “también debemos considerar que en esta categoría puede haber personas con negocios relacionados a actividades ilegales”.

La geografía

Datanálisis construyó un promedio ponderado donde uno es el estrato bajo excluido, dos el bajo con oportunidades, tres el medio establecido, cuatro el medio emergente y cinco el alto para determinar cómo se clasifican las distintas zonas del país en cuanto a su capacidad de consumo.

El resultado es que Caracas con 2,41 puntos se ubica en la parte superior, seguida del resto de la región central con 2,31, Los Andes 2,29, Zulia 2,28, Oriente 2,18, Centro Occidente 2,14, Guayana 2,08 y Los llanos 1,79.

“Arrastrándola un poco Caracas se ubica en el segmento medio establecido. Es una Caracas sin grandes capacidades de consumo, con pérdida de lo que fue su esplendor del pasado, pero en el segmento medio”, dice Luis Vicente León.

Un dato relevante es que Caracas, Maracaibo y Lecherías en Anzoátegui concentran la mayor cantidad de la liquidez en dólares. En la región de Los Andes, Táchira y la actividad de la frontera, elevan el promedio.

El frenazo

Después de un declive que redujo el tamaño de la economía a la cuarta parte, Venezuela tocó fondo e inició una incipiente recuperación que oxigenó el ingreso y el consumo, pero el colapso de la moneda y la aceleración de la inflación entre el segundo semestre de 2022 y el comienzo de este año impactaron la capacidad de compra y golpearon la confianza del consumidor.

“La pequeña recuperación del consumo en 2022 generó unas expectativas muy altas, el venezolano es pendular. Cuando está en crisis ve todo muy negativo y cuando hay un pequeño respiro sobredimensiona las expectativas. Entonces, con la devaluación se desplomó el índice de confianza y cayó el consumo”, dice Luis Vicente León.

En el primer trimestre de este año el consumo, respecto al mismo lapso del año pasado, cayó 6% y el índice de confianza 22 puntos. No obstante, las proyecciones de Datanalisis contemplan que el consumo se estabilice en el segundo trimestre de este año con una variación cercana a cero y crezca 4,5% en el tercer trimestre y 6,8% en el cuarto trimestre.

Estas proyecciones se basan en que el gobierno tendrá un mayor margen de maniobra para estabilizar el tipo de cambio porque corregirá el flujo de ingresos de Pdvsa, que se vio afectado por la corrupción en la cobranza de los envíos de petróleo y en el ingreso de divisas por las actividades de Chevron.

“En el año, al tomar en cuenta la caída, la estabilización y el aumento de los últimos trimestres, habría un aumento de 4% en el consumo” dice Luis Vicente León.

La caída del consumo se manifestó principalmente en reducciones de compra en ropa, recreación, calzado, salidas a comer y viajes.

Las generaciones

Carlos Jiménez, a cargo del estudio de tendencias digitales en Datanálisis, explica que la estratificación por generaciones en Venezuela es: los baby boomers, nacidos entre 1945-1965, donde se ubica el 13% de la población; la generación X, con los nacidos entre 1965-1980, donde se ubica 18% de la población y los millennial, con los nacidos entre 1980-1995, que representan a 31% de la población.

Siguen la generación Z, que incluye los nacidos entre 1995-2010 y donde se ubica 17% de la población y la generación Alpha, donde están los nacidos a partir de 2010 y representa 21% de la población.

“Los millennials son la mayoría de la población y son los que mayor poder de compra tienen. Pero todos son importantes, por ejemplo, la generación Alpha son los niños y tienen gran influencia en algunas industrias como los alimentos. Por su parte, los de mayor edad, los baby bumers, generan la economía plateada que tiene que ver con los adultos mayores y actividades como servicios de salud”, explica Carlos Jiménez.

“Hay una alta sensibilidad al precio. Entre los valores que los consumidores reconocen en una marca destaca que tenga precios competitivos, que ofrezca productos que resuelven problemas pero que además son accesibles”, agrega Carlos Jiménez.

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