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Tiempos de corregir | por Américo DeGrazia

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“…no sé si está claro que la Venezuela que fue no regresará”. 

Luis Ugalde 

Américo De Grazia 

Upata 13 de Marzo del 2023 

Maduro está en su peor momento, mientras la oposición no pasa por su mejor percepción ciudadana, pero la oportunidad para salir del régimen es excepcional. El régimen tiene las sanciones internacionales en su contra, no solo EEUU, sino la Unión Europea, la OEA, la ONU, la Corte Penal Internacional. la OIT, la Fiscalía de los EEUU entre otros. Huelgan las razones para que las sanciones no se levanten. Cada una de las acusaciones es más grave que la anterior. Los crímenes de lesa humanidad, la violación a los DDHH, los torturados, los presos políticos, la represión brutal, el exprópiese, la vulnerabilidad judicial y electoral, la inexistencia del estado de derecho, su alianza estratégica con grupos terrorista que hacen del país un santuario territorial y un paraíso fiscal para el ELN, las FARC, HEZBOLÁ y el Hamas. Las ejecuciones extrajudiciales, sus nexos con el narcotráfico, el secuestro de los partidos aliados a él, la clonación judicial de los partidos que le adversan, la inhabilitación de los líderes opositores que pudieran hacerle sombra, la censura y persecuciones en caliente a los medios y periodistas venezolanos. La confiscación de los derechos laborales, proscribir los sindicatos y gremios profesionales, el oro de sangre, el sicariato, los desplazados, las grabaciones y exposiciones al escarnio público de sus oponentes en radio y televisión, el abuso del poder, el desconocimiento de la legítima AN electa en el 2015, el secuestro de las FANB y todos los poderes públicos, son las razones vigente aún para no levantarles las sanciones y lo más importante, usar estos instrumentos inteligentemente para ponerlas al servicio de liberar a Venezuela. 

Por eso es pertinente revertir con audacia la carga de la narrativa oficialista. (1) “Levantamos las inhabilitaciones”,(2) “legalizamos los partidos”, (3) “entregamos condiciones electorales”…si nos levantan las sanciones. Las respuestas a esta narrativa están dadas de modo pragmático en el “Protocolo de Barinas”. Hacer unas primarias que legitimen un liderazgo (inhabilitado o no) capaz de pasar el testigo. Ahora bien, legitimar un liderazgo presidenciable con el voto popular, sin validar las organizaciones que lo respaldan, sospecho, será un prisionero del G3 deslegitimado, dando así rienda suelta al dibujo libre de la división y el justificativo perfecto para el abstencionismo. Basta de bailar al ritmo que nos coloque el madurismo, es hora de desafiar con las herramientas que tenemos a mano. La clave está en la unidad como patrimonio colectivo logrado en unas primarias abiertas y oportunas, sin excluidos. Validada por la comisión electoral de primarias, que sirva para legitimar el liderazgo y las organizaciones que le respaldan, validadas conforme al valor porcentual obtenido por cada una de ellas en sus tres instancias geográficas, nacional, regional y local. No es la misma realidad partidista la del Zulia, Miranda o Guayana. Es urgente anticipar eventos para construir escenarios. Tenemos oportunidad de derrotar a Maduro si logramos elevarle el costo político, construir el escenario para propinarle una derrota política, previa a la electoral.