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Salario mínimo cayó a 5 dólares y la conflictividad laboral sigue a la orden del día

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El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registra 8.294 protestas entre 2022 y enero de 2023

Texto y fotos: Vanessa Davies

Riñones y pellejos acompañan las protestas en las que religiosamente participa el enfermero José Antonio Cádiz desde 2022. Con Roberto Carpio, trabajador jubilado, han desfilado huesos de todo tipo. También han aparecido patas de pollo. «Esto es lo que podemos comer, Nicolás», reclama Cádiz cada vez que puede. Su balance de los 10 años de gestión del mandatario Nicolás Maduro no es precisamente amable. «Esta es la peor persona que ha podido llegar a Miraflores, junto con el socialismo», afirma. «Tú no respetas al venezolano»,le dice a Maduro, «porque si el venezolano no come bien no le estás respetando la vida».

No son pancartas manufacturadas, sino hechas a mano, las que acompañan las movilizaciones que desde 2022 han mantenido en la calle a trabajadoras y trabajadores públicos. La inventiva popular se ha puesto al servicio de la denuncia. Un salario mínimo equivalente a cinco dólares al mes es el mayor acicate para las manifestaciones.

Con Maduro «ha ocurrido el empobrecimiento total de los trabajadores», acusa Dick Guanique, Coordinador Nacional del Frente Autónomo para la Defensa del Salario y el Sindicato. «Su política económica lo que ha hecho es destruir el salario, y ha eliminado las reivindicaciones logradas por los trabajadores». Cayó el empleo, no se discuten los contratos colectivos y el empleo sigue golpeado.

«Lamentablemente el presidente Nicolás Maduro en su política obrera ha sido un fracaso. Lejos de mejorar la calidad de vida de los trabajadores de este país ha arrebatado las conquistas de décadas, las contrataciones colectivas, el salario justo y pensiones para los trabajadores jubilados», critica Ana Yánez, coordinadora de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete).

En 2022 el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), declarado inexistente pero aplicado para el pago de salarios del sector público, alentó las protestas. «Se eliminaron las tablas salariales, los tabuladores», resalta Guanique. En 2023, como lo advierten los dirigentes gremiales y sindicales, es el hambre lo que los lleva a mantenerse en la calle.

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registra 8.294 protestas entre 2022 y enero de 2023.

El gesto de Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la UCV (Sinatra-UCV), cambia por completo cuando se le pregunta por los 10 años de gestión de Maduro. «Esta es la década de la regresión. Todo lo que se había logrado con el presidente Chávez, desde el punto de vista social, se ha perdido con Maduro».

René Cedillo, dirigente nacional de Bandera Roja, sostiene que las políticas de Maduro son una continuidad de las del presidente Chávez. «La diferencia es que ahora no tiene dinero para poder paliar algunos efectos sociales del paquete», subraya. El salario «se ha disminuido al punto de que casi no hay salario».

El sueldo mínimo es 130 bolívares; es decir, cinco dólares. Cada vez que el bolívar retrocede frente al dólar los trabajadores son un poco más pobres. Según Naciones Unidas una persona se encuentra en pobreza extrema si recibe un salario de menos de 1,90 dólares al día. Si el único ingreso de un venezolano son esos 130 bolívares, entonces sobrevive con 4 centavos de dólar por jornada. La canasta alimentaria llega a 500 dólares, y la básica supera los mil dólares.

«Desde marzo de 2022 están los trabajadores y los pensionados en la calle. Tenemos más de un año de movilizaciones», recuerda Cedillo. «Este año las movilizaciones han sido más contundentes». Como lo describe Guanique, el pasado 9 de enero comenzaron las protestas «y llevamos dos meses en lucha», mientras «lo que ha habido por parte del gobierno es oídos sordos, una intransigencia total».

Aunque el jefe del Estado defiende ser un presidente obrero «lo que ha demostrado es que es un enemigo de los trabajadores», opina, porque «ha podido tomar decisiones, resolver el problema de los salarios por la vía del impuesto a la gasolina, el arco minero, la entrada de recursos petroleros».

A juicio de Sánchez «Maduro va a pasar a la historia como el presidente que más daño le ha hecho a los trabajadores». Insiste en que se pudo hacer de otra manera, pero el camino que tomó el mandatario ha sido el de «una burguesía revolucionaria», lo que no es «ni una copia del gobierno chino, sino una vulgar caricatura».

El gobierno asegura que no tiene recursos. Atribuye a las sanciones la falta de dinero en las arcas del Estado. Yánez lo pone en duda. «Con una buena administración hay cómo pagar todos esos salarios y pensiones, y deuda que se tiene con los trabajadores. No sabemos cuál es el costo de producción y el dinero que tenemos por oro, coltán. Consideramos que sí hay para pagar», razona.

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