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‘Es la economía estupido’: El cambio político luce condicionado a que la gente organice su descontento  

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Puntos de vista y visiones que expresan analistas, académicos  y hombres de empresa sobre la débil institucionalidad del país, parten del frágil piso económico que por más de dos décadas ha traumatizado la calidad de vida de casi 80 por ciento de la población. John Magdaleno, José María Nogueroles, José Manuel Puente y Jorge Botti refieren las perspectivas Venezuela 2023

El Estímulo

economía estúpido» («the economy, stupid»), una frase que con frecuencia ha sido utilizada en el análisis de coyunturas conflictivas, para orientar acerca de estrategias que conduzcan a cambios políticos. Su origen; la victoria de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos, descontando sorpresivamente una amplia ventaja que favorecía al mandatario que aspiraba ser reelegido.

Frente a aquella desventaja, James Carville, asesor de la campaña electoral de Clinton, indicó que la estrategia debía enfocarse en la problemática que afectaba la calidad de vida de los ciudadanos y en sus necesidades más apremiantes. Lo hicieron, voltearon la tortilla y se logró el objetivo.

Esa sugerencia que entonces concretó exitosamente James Carville: «Es la economía estúpido», flota por estos tiempos en la Venezuela 2023 cuando se intenta una visión del corto plazo que al final conduzca a una trancisión, al cambio político posicionado en la mente de 80 por ciento de los venezolanos. Entonces, hay la urgencia de despejar incertidumbres, de conocer la visión, de «cómo ven la cosa» expertos analistas y hombres de empresa, y si definitivamente, para empezar, “es la economía…”

Las que siguen son anotaciones de las intervenciones de un panel integrado por John Magdaleno, analista político; José María Nogueroles, presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela; José Manuel Puente, economista y académico; y Jorge Botti, ex presidente de Fedecámaras; puntos de vista en los que automáticamente se fusionaron economía y política al intentar vislumbrar las «Perspectivas Venezuela 2023», foro convocado por la Cámara de Comercio del estado Nueva Esparta @camcomercione y moderado por Jorge Roig, también ex presidente de Fedecámaras, en la Universidad Corporativa Sigo, Porlamar.

Sin duda, luego de esta ocasiòn llega la reflexiòn hecha duda sobre aquella certera acotación de James Carville: «Es la economía?…».

Fuente de poder

El impacto de la guerra Rusia-Ucrania en el espacio mundial y marcadamente en el mercado de combustibles, impulsa vientos levemente favorables para Venezuela como país alternativo en el suministro petrolero. Esta premisa la observa John Magdaleno como necesaria en el análisis de cómo el piso de nuestra economía se puede airear e influenciar movimientos en el escenario político.

Adicionalmente y en el mismo sentido, el politólogo toma en cuenta el ámbito geopolítico regional con una cierta modificación en la relación del gobierno de Estados Unidos hacia el de Venezuela, tanto por la permanencia demócrata en instancias de poder legislativo como por el comprobado fracaso, así lo interpreta, de la política Trump de sanciones económicas y financieras como objetivo político erróneo contra la gestión de Nicolás Maduro.

De ahí el enlace directo con la licencia a la petrolera Chevron para reactivar operaciones aquí como parte del menú de negociaciones con la oposición venezolana en México y a condición de una apertura económica y muestra de señales de distensión política que no implican para Mauro mayores concesiones en materia de restitución de derechos políticos.

No obstante Magdaleno, investigador de transiciones políticas, no niega la posibilidad de una elección con márgenes de competitividad con garantías mínimas y como ventana de un cambio político. Se basa en ejemplos estudiados y documentados, pero no es optimista hacia un escenario de trancisión desde una conducta totalitaria hacia la restitución de la institucionalidad por una vía electoral que amenace a Maduro con la salida del poder, por el alto costo político que ello representa para él y para su entorno. En este punto surge el tema de generar ciertas garantías y no poner en un «callejón sin salida» eventuales negociaciones.

Entre tanto y como el Gobierno sigue en problemas con los ingresos en divisas por la imposibilidad de una recuperación importante de la producción petrolera, se puede estimar como muy probable que se mantenga el clima de conflictividad social a consecuencia de la merma de ingresos de la población y de las reiteradas reivindicaciones laborales.

En este punto estima Magdaleno que a la oposición se le presentarìa el reto de concentrarse en la gente y convertirla en “su fuente de poder potencial”, así como darle a la protesta un “saldo organizativo”, ya que sin esto no lograría avances en la negociación en México.

Opción financiera

En otro espacio de este foro «Perspectivas Venezuela 2023», las anotaciones recogen apreciaciones relacionadas con la ausencia de crédito bancario a partir de las limitaciones al encaje legal y como factor perturbador de la actividad productiva privada, generadora de empleos y de movilidad de la economía.

José María Nogueroles, presidente de la Asociacón Bancaria, considera que aún cuando el sector financiero experimenta un estado de reducción en su actividad, se pueden percibir perspectivas de crecimiento desde el mercado de capitales. Su punto de vista ante esta alternativa es reforzado por la aceptación de que también se evidencia “cierta pérdida de la tradicional presencia bancaria directa en el público, dada la movilidad de las plataformas electrónicas en la casi totalidad de las operaciones”.

Sin embargo, optimista, cree que en ese contexto el servicio bancario revalida su condiciónpara satisfacernecesidades del público, no obstante la falta de financiamiento. Agrega que “desde el mercado de capitales se genera confianza en el público en relación directa con el reconocimiento que se le da a la empresa privada en la economía”, es decir, de acuerdo a lo que revelan los sondeos de opinión sobre aceptación de la actividad de variados sectores de la vida nacional; es decir empresarios, Iglesia católica, juventud, medios de comunicación y partido políticos. En definitiva es el soporte a las posibilidades que tiene el país en lo que se ratifica la importancia del crédito.

Con sus apreciaciones y colocando la mirada hacia el futuro, Nogueroles confía en la potencialidad del país a partir de la sostenibilidad en algunos espacios, como el turismo fundamentalmente, todo ello atado a un clima de normalización institucional en el que observa como requisito, la flexibilización de las sanciones internacionales a la gestión de Nicolás Maduro.

La peor caída

Un detalle a tomar en cuenta dentro de las consideraciones emitidas por el panel en este foro “Perspectivas Venezuela 2023”, consiste en que podría destacarse algunas tendencias recogidas por diversas encuestadoras en relación con apreciaciones sobre la sensación de mejoría en la situación de las personas.

En este sentido, el economista José Manuel Puente acota que luego de “una década muy mala, habrá en Venezuela un crecimiento por encima del promedio mundial de 2.7 por ciento”. Indica el detalle como favorable por varios factores: “El impacto petrolero por la guerra Rusia-Ucrania, una desgracia que paradójicamente es algo positivo para nuestra economía a la que se calcula en promedio un crecimiento de 5.6 por ciento este año”.

Aún cuando podría estimarse tendencias favorables en la economía por alguna percepción que en este sentido recogen los sondeos de algunas encuestadoras, Puente no deja de lado que “venimos de una recesión de 79 a 80 por ciento y que la caída de 2014 a 2020 fue la peor en el mundo en los últimos 40 años”.

Adicionalmente, él sugiere que para proyectar recuperación de la economía es fundamental tomar en cuenta el nivel de la deuda venezolana vencida y no pagada “de 70 mil millones de dólares con un default desde 2017 y que la deuda total la revolución la quintuplicó de 30 mil millones de dólares en 1998 a cerca de 160 mil millones, dilapidando el mayor impacto petrolero entre 2004 y 2014”.

Asimismo y previo a encuadrar estas proyecciones con el entorno político y social, José Manuel Puente estima que todo análisis no puede descartar que Venezuela tiene la inflación más alta del mundo que en enero rozó 40 por ciento, “con un peligroso acercamiento, de nuevo, a la hiperinflación. Y junto con lo anterior, el nivel de pobreza en la población aún es cercano a 89 por ciento”.

La proyección de este académico se va colocando en el plano de las posibilidades, siempre y cuando se vaya conformando un acuerdo que reinstitucionalice el país: “La superación de esta adversidad pasa necesariamente por la resolución del conflicto político, acompañado por un programa social de emergencia que eleve el salario mínimo más bajo de Latinoamèrica”.

Advierte, no obstante, que con todo lo anterior la tarea no estaría concluida porque “haría falta un crecimiento anual de 6 por ciento para alcanzar en 10 años el PIBde 1977”.

Y con la visión final de su conferencia, Puente nos deja un espacio en el que de una vez se ratifica que el cambio político que aspira la mayoría de los venezolanos es el peldaño indispensable para “la modificación estructural de la economía, afincada en el turismo y sostenida en un plan de reformas institucionales que atraigan necesarios recursos financieros internacionales, reforma fiscal sin control de precios con el progresivo desmontaje de la inconsistencia en la paridad monetaria, propiciándose la bancarización financiera en divisas. Y, por supuesto, como requisito fundamental la recuperación de la industria petrolera y la reestructuración de la deuda. Grandes problemas requieren grandes soluciones”.

“Empuja hacia la democracia»

Los gremios empresariales del país han asumido en la vocería de las organizaciones afiliadas a Fedecámaras, la ratificación del protagonismo en la modesta recuperación de la economía ante la incapacidad del Gobierno en el reacomodo del ya calificado ampliamente como el fracasado modelo centralizador y estatista

Así lo ratificó Jorge Botti en el cierre de “Perspectivas Venezuela 2023”. Para él resulta aleccionador cómo se ha incrementado, a través de lo que muestran los sondeo de opinión, la confianza en el sector empresarial con altos índices de aprobación muy cercanos a los que recibe la Conferencia Episcopal Venezolana.

Explica el también expresidente de Fedecámaras que los gremios empresariales han venido afianzando una vocería caracterizada por propuestas y argumentos orientados a las soluciones de los problemas que afectan a los ciudadanos.

“El panorama del país podría caracterizarse por un espacio en el que el techo está muy bajo y el piso muy endeble debido a la fragilidad institucional”. Tal consideración le permite asegurar que el sector empresarial “está en capacidad de aportar su empuje para que el país alcance una institucionalidad más sólida. Igualmente retomar iniciativas que contribuyan a la resolución del problema político”.

Con las anteriores consideraciones, Botti construye un piso argumental para sugerir, reafirmando la influencia del sector privado de la economía en la resolución de los problemas del país, que la proximidad de eventos electorales, tanto por las primarias de oposición en octubre próximo como comicios presidenciales en 2024, sean consecuencia de un acuerdo nacional para que surja una oportunidad inicial que permita enfilar hacia la recuperación de la economía y la reinstitucionalización nacional.

Luego, según la visión de Jorge Boti, debería proceder de manera progresivamente lenta “la transición hacia la democracia plena”