En los pueblos mineros del sur de Venezuela es común pagar con pepitas de oro desde un carro hasta una sopa, pero ¿cuántos gramos se necesitan por cada producto? ¿quién pone el precio del metal? ¿qué condiciones hay para pagar? Todas las respuestas están en la siguiente nota
María José Dugarte
Hace una semana, una mujer residente del estado Bolívar compartió un video sobre cómo compró con una pepita de oro una sopa a comerciantes de su zona. La publicación de TikTok se viralizó de inmediato, no solo por la propia práctica sino por la constatación audiovisual de un mercado que en lugar de bolívares o dólares, muestra los precios en gramas (así se les llama en la zona).
Unos se sorprendieron, otros se alarmaron, y por supuesto, varios culparon al chavismo al recordar el Arco Minero del Orinoco. Sin embargo, los verdaderos protagonistas de esa realidad, los que viven en Bolívar y Amazonas, entidades mineras del sur de Venezuela, manifestaron una sola cosa:
«Eso es normal desde hace años».
Por ejemplo, numerosos habitantes de El Callao, un pueblo minero de la entidad, viven de la minería artesanal desde que tienen memoria. Sin embargo, su labor y forma de vida, se extendió por las zonas vecinas desde que Venezuela entró en hiperinflación en 2017, y el motivo fue irrebatible:
«El oro, a pesar de todo, mantiene su valor».
Para entender qué se puede adquirir con una pepita de oro y cuál es su equivalente en bolívares o divisas, dónde se consigue y si efectivamente se acepta en todas partes, El Estímulo consultó a varios habitantes del estado Bolívar y esto fue lo que dijeron:
¿Dónde es más frecuente pagar con oro?
Jhony Piter, un cocinero que nació en El Callao, expresa lo siguiente: «Toda la vida ha sido frecuente el intercambio de comida o insumos por oro. Antes eso era solamente en El Callao, pero ahorita, con el auge de todo lo que está pasando, todo se paga con oro. No solo en El Callao, en casi todos los pueblos del sur».
Los pueblos a los que se refiere son los del kilómetro 88, Santa Elena de Uairén, Las Claritas, El Dorado, Tumeremo, Guasipati, entre otros. En su experiencia, hasta las tiendas de los centros comerciales preguntan a los clientes con qué van a pagar: «¿Oro o dólares?».
Esto es algo que reafirmó otra persona que pidió anonimato: «En el estado Bolívar, sobre todo de Upata, Troncal 10, hacia la Gran Sabana, es común pagar con oro desde antes del 2019. También en Maripa. Esto se vio acentuado desde la creación del Arco Minero».
En sus palabras, los que lideran el pago con oro son los comercios chinos. El cliente va, saca su pepita de oro, la pesa y se lleva el producto; si alguien necesita cambio, se lo dan en bolívares.
¿Quién pone el valor de la pepita de oro?
Para entender cómo se establece el valor de la pepita de oro, o como se le conoce en otras partes, grama, punto y raya, hay que saber que este equivale a un decigramo del metal. Entonces, para llegar a un gramo de oro, habría que tener 10 rayas, puntos o gramas.
Los poblados mineros, donde es común pagar con oro, establecen el valor de esa pepita de oro según el precio del metal precioso en Colombia o Brasil. La elección de países dependerá de cuán cercano esté el poblado de esa frontera. Sin embargo, usualmente es el país colombiano quien lleva el orden.
Para el momento de redacción de esta nota, miércoles 4 de agosto, el gramo de oro oficial cotiza en Colombia en $228.076,35 pesos. Si se divide por el precio de dólar oficial (3.913,59 pesos por dólar), la raya de oro equivale casi seis dólares americanos.
Hay que aclarar que no todos los que compran o aceptan el oro como moneda usan esa tasa de referencia, sino la del mercado paralelo, la cual actúa de una manera parecida a la venezolana.
“La gente se va a Brasil y Colombia y se estaba llevando todo el oro porque en Venezuela el tema de las alcabalas es horroroso. Te quieren matraquear en todas y te desnudan. En Colombia abren la puerta, preguntan “¿cuánto traen?” y lo pagan a mejor precio”, cuenta sobre la experiencia colombiana Nelsón Méndez, otro habitante de Bolívar.
A esos factores suma que en Venezuela no hay tanta variedad de productos como en los países vecinos, por lo tanto, los que quieren pueden ir con su oro a comprar alimentos, insumos y otros servicios.
Esto es lo que se paga con una pepita:
- Harina de maíz.
- 1 kilogramo de arroz.
- 1 kilogramo de azúcar.
- Mantequilla de 250 gramos.
- 1 kilogramos de verduras o vegetales.
- 2 kilogramos de sal.
Con más de una puedes pagar:
- 1 kilogramos de queso por tres rayas.
- 1 kilogramo de pollo o carne.
- 1 kilogramo de charcutería o embutidos por tres rayas.
- Salsa de toma pequeña por dos rayas.
- Lata de atún vale tres rayas.
- Una Coca-Cola cuesta cuatro rayas.
En el caso del transporte para llegar cerca de las minas, Méndez cuenta que todo hay que valorarlo en puntos de oro. Pone como ejemplo lo siguiente: «Un transporte por kilómetro te cobra una raya. Después de cierto nivel de dificultad para llegar o salir de las minas, eso lo tienes que pagar en rayas. Los mineros tienen algunos centros de salud como medio improvisados, y todo eso es pagado en rayas».
Piter, quien tiene familia a 600 metros de una mina en El Callao, dice que un pasaje hasta allá vale 30 dólares desde la ciudad, es decir 6 puntos. Sin embargo, de regreso el precio aumenta el triple o cuádruple.
En cuanto a los servicios médicos, Piter y Méndez señalan que una consulta especializada vale entre 8 y 10 rayas, mientras que una rutinaria vale 5.
Algo que Piter resalta es que en los poblados vecinos a las minas venden «bolsas mineras» a 2.5 o 3 rayas, y si es más cerca del lugar de trabajo, puede aumentar el doble.
En redes también venden en oro
En una búsqueda por Market Place, la plataforma de e-commerce de Facebook, El Estímulo encontró varios productos con precios en gramos de oro.
Aunque no deja de sorprender, esto es solo una muestra de que los precios en oro no son un tabú en los estados mineros.
¿En todas partes se acepta la pepita de oro?
La respuesta es sí, pero hay condicionantes que bajan su precio como si de un dólar antiguo o roto en una esquina se tratara. Méndez explica que la raya de oro tendrá más valor dependiendo de la pureza de la piedra. Si es un cochano, es decir que no pasó por ningún proceso de aleación, su valor no es igual a un oro fino.
Nelson Méndez cuenta que en una oportunidad tuvo que llamar a un amigo que sabía de calidad del oro para poder recibir un pago en rayas, y así como él muchos otros conocidos han debido hacerlo para asegurarse de que no los estafan.
En cuanto a temas de inseguridad, Jhony Piter señala: «La gente que anda con oro por todos lados tiene un dicho: ‘Quedarse callado’. De ahí viene el nombre El Callao. Siempre andan en silencio».